La llegada del Covid-19 (coronavirus) al Uruguay ha trastocado la vida social, política y económica, como ya lo ha venido haciendo en todo el mundo. La amenaza es grande, ya que los ejemplos del manejo desastroso de la crisis sanitaria por parte de los gobiernos, con su máxima expresión en España e Italia, muestran las consecuencias nefastas: los muertos se cuentan por miles y la pandemia está fuera de control.
Los gobiernos toman medidas tibias, insuficientes y a destiempo porque solo están interesados en preservar las ganancias de un puñado de poderosos, especulando con la salud de los trabajadores, los pobres y sectores populares, quienes son los más desprotegidos frente a la crisis sanitaria.
La crisis sanitaria, el gobierno y los trabajadores
En nuestro país, al momento de escribir esta nota, se reconocen oficialmente 79 casos confirmados de personas infectadas con coronavirus y 392 casos más de posibles infectados. Uruguay se encuentra entre los tres países con más infectados en relación a la cantidad de habitantes en América Latina, consecuencia de la inoperancia del gobierno y todo el régimen político.
Si bien se sabía que era inminente la llegada del Covid-19 a nuestro país, las autoridades políticas salientes y entrantes que vivían su “democrática y ejemplar transición” negociándose los cargos en el Estado y el traspaso de mando, no prepararon nada para mitigar lo más posible el impacto de este virus que ya es pandemia declarada.
El nuevo gobierno “multicolor” al asumir, siguió sin preocuparse ni tomar ninguna medida preventiva al respecto. El gobierno que ahora pide responsabilidad es quien ha actuado como el principal irresponsable.
Mientras en el mundo se profundizaba la crisis sanitaria y se esperaba la llegada del virus a cada rincón del planeta, el nuevo gobierno solo comenzó con algunos controles en el aeropuerto el fin de semana pasado cuando ya habían entrado varios vuelos desde Italia y toda Europa. Los tests necesarios y fundamentales para detectar el virus también están siendo aplicados en forma muy lenta y muy por debajo de lo recomendado (mientras que en muchos países se hacen 600 tests por día en Uruguay se realizan 20, indicó El Observador), por lo que se espera que el número de casos e infectados muy probablemente aumente de forma drástica en los próximos días y por lo tanto se profundice la problemática.
Dicen que quieren evitar el contagio pero ya son muchos los sindicatos (OSE, UTE, Frigoríficos, BPS, trabajadores tercerizados) que están denunciando que no se les garantiza ni las más mínimas condiciones de salubridad ante la pandemia.
Nos dicen que no salgamos de nuestras casas, pero muchísimos lugares de trabajo que no son indispensables, siguen funcionando por la irresponsabilidad patronal y esos trabajadores se ven obligados a ir para no perder su ingreso.
Además son miles los trabajadores independientes que viven el día a día o los que se encuentran en situación de calle, y no hay ninguna respuesta para ellos.
Ya se cuentan por miles los envíos al seguro de paro y los despidos, con la consiguiente pérdida de ingreso para los trabajadores.
Frente a esta situación angustiante para los trabajadores y sectores populares que ven peligrar su salud, su trabajo, sus ingresos y su subsistencia, el gobierno no ha dado ninguna respuesta, han mantenido el aumento de tarifas y no nos dicen más que… “mantengan la calma” y “sean responsables”… ¡Fácil decirlo para los patrones y quienes junto a ellos no ven peligrar sus jugosos salarios de parlamentario y jerarcas, cuyos ingresos le permiten atenderse en las mejores clínicas privadas!
Queda en evidencia la hipocresía de su discurso donde nos piden establecer una “unidad nacional” y “tirar todos para el mismo lado” ante la crisis sanitaria. Ellos solo tiran para el lado de las grandes patronales. Los trabajadores y sectores populares somos -como siempre- los que hacemos el mayor esfuerzo, los que estamos más expuestos y por lo tanto los más afectados.
Queda claro que no podemos tener ninguna confianza en el manejo del combate a la pandemia por parte del gobierno “multicolor” y de todo el régimen político.
Debemos exigir al gobierno un programa de emergencia que priorice la salud y la estabilidad económica de los trabajadores y sectores populares. En algunos países existieron protestas contra los gobiernos mediante caceroleos masivos ante la dificultad para manifestarse en las calles. Hay que buscar todas las herramientas de protesta posible por nuestros reclamos.
Desde IST proponemos luchar por las siguientes medidas de emergencia:
Por el cuidado de nuestra salud:
– Defendemos el derecho a quedarse en casa, manteniendo el salario para todos los trabajadores. Que esta paralización sea sin despidos ni rebaja salarial para los sectores no indispensables.
– Defendemos la paralización de todas las empresas, con excepción de las volcadas a la producción de alimentos, remedios y productos farmacéuticos necesarios para enfrentar la crisis. Los trabajadores de esas empresas deben contar con total protección en el trabajo.
Ante la irresponsabilidad del gobierno y las patronales: que los trabajadores elijan sus propios delegados para inspeccionar que se esté cumpliendo con la toda la protección necesaria para el desarrollo de su trabajo.
– Que el Estado realice reparto masivo y gratuito de alcohol en gel, tapabocas y jabón, a través de los sindicatos y organizaciones barriales y populares.
– Incorporación inmediata de todos los tests necesarios para poder realizar un control eficiente, masivo y gratuito. Todo el presupuesto necesario para los científicos de la Facultad de Ciencias que lo están desarrollando. Esto es esencial para el diagnóstico de casos con pocos o ningún síntoma que diseminan la enfermedad. Sin eso no se puede saber el número real de infectados y mucho menos controlar la enfermedad.
– Expropiación de las casas y apartamentos deshabitados así como de los hoteles y todos los edificios necesarios para garantizar el techo a todas las personas sin hogar o que viven en asentamientos. Entrega de canastas de alimentos a las familias que lo requieran, siempre a través de organizaciones sindicales y populares, porque la alimentación también es fundamental.
– Atención médica gratuita para toda la población. Que todos los hospitales y clínicas y privadas coloquen de inmediato y de manera gratuita sus instalaciones y recursos a disposición del Estado. En caso de negarse, que sean expropiados sin indemnización y puestos a funcionar bajo control de sus trabajadores.
– Expropiación sin pago de la industria productora de remedios para garantizar la fabricación y distribución gratuita de medicamentos para la población.
Para enfrentar la actual incertidumbre laboral y económica, exigir las sieguientes medidas mientras dure esta crisis sanitaria y luego evaluar:
– Prohibición inmediata de los despidos.
– Los trabajadores que se encuentran en el seguro de paro deben cobrar el 100% de su salario.
– Por un subsidio equivalente al salario mínimo para toda persona en situación de desempleo.
– Estatización bajo control de los trabajadores de las empresas que amenacen con el cierre, suspendan o despidan trabajadores.
– Dejar sin efecto el aumento de tarifas de UTE, Antel y OSE previsto para el primero de abril.
– No cobro de impuestos ni alquileres, ni tarifas de UTE, OSE, ANTEL por 6 meses para los trabajadores, jubilados, desempleados y pequeños comerciantes, con posibilidad de extensión si la situación lo amerita.
– Rebaja y congelamiento de precios de todos los productos de primera necesidad, tanto del rubro higiene como alimentación.
– Para garantizar estas medidas es necesario dejar de pagar la deuda externa y colocar impuestos progresivos al gran capital. La deuda debe estar al servicio de la población y no del pago a los usureros multimillonarios de los bancos y el gran capital.