Constanza Moreira realizó un breve comentario en Facebook acerca de la situación de Laura Remersaro, a la que apoyó “sean cuales fueres las circunstancias del caso” por “la especial vulnerabilidad que las mujeres públicas tienen”, en el marco de su destitución por el caso del prostíbulo clandestino que funcionaba en un apartamento a nombre de Remersaro, y del cual la misma estaba al tanto al menos desde setiembre de 2015.
De forma muy hábil, Moreira barniza su defensa como un reclamo de género (pues, es cierto que las mujeres siempre son víctimas mayores de la discriminación, incluso en la actividad política y como figuras públicas). Pero Moreira no ve –o no quiere ver- que Remersaro es a su vez responsable por la explotación sexual que se daba en su apartamento en forma clandestina, directa o como mínimo, indirectamente.
Moreira no parece tener la misma solidaridad por las mujeres que eran explotadas sexualmente, para las que sin ser públicas, sufren todos los días siendo víctimas de un negocio profundamente machista y muy naturalizado. Moreira no dice una palabra al respecto de la situación de esas mujeres, no denuncia el negocio perverso de la prostitución. Como lamentablemente, tampoco dijo una palabra cuando por ejemplo, el gobierno que ella integra, dejó a más de 800 obreras (gran parte jefas de familia) de FRIPUR.
Esta declaración de Moreira, es un llamado de atención a todas las honestas mujeres trabajadoras militantes –o no- del FA. ¿Esa es la herramienta del cambio que podrá emanciparnos a las mujeres?
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