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A Milagros también la mató la violencia machista

El 25 de octubre conocimos la noticia que Milagros Chamorro se había suicidado en un centro de salud privado en el departamento de Maldonado. Milagros fue víctima de una violación grupal a la edad de 15 años en el edificio Parquemar de Punta del Este.

En 2022, luego de muchos años de sufrimiento y tras sentirse apoyada por su familia y amigos, realizó la denuncia pública y judicial de lo que había vivido doce años atrás. “Nunca me había animado a afrontar. No había tenido la fuerza que se necesita” (…) “las herramientas no eran las mismas con las que contamos hoy día” declaraba la joven al noticiero de San Carlos.

Sin embargo, el caso fue cerrado por la justicia ese mismo año. El motivo: el delito “había prescripto” ya que la violación había ocurrido bajo el viejo Código Penal. Milagros se había presentado a la justicia luego de que una persona cercana a quienes denunció como sus violadores la apoyara.

Luego de que la justicia desestimara por “prescripción” el abuso sufrido volvieron sus quebrantos, su depresión y el estrés de haber tenido que volver a contar todo aquella violencia y el ultraje vivido. “Esa noche no solo fui violada: fui ultrajada, me arrebataron mi inocencia, me cosificaron y expusieron como un trofeo. (…) Luego se rieron muchos años, difundieron a muchas personas fotos y videos”.

Un sistema social que alienta el abuso machista: el capitalismo

Milagros no solo tuvo que luchar todos estos años contra el abuso grupal y sus secuelas. Tuvo que enfrentarse a una justicia negacionista y a una sociedad capitalista que alienta esta violencia contra la mujer. En este Uruguay capitalista año tras año vemos desfilar ante nuestros ojos decenas y decenas de feminicidios, muchos casos como el de Milagros, denuncias de violación y asesinatos de mujeres frente a sus hijos. Mujeres que denuncian abusos en facultades, parques, centros de salud, el parlamento y lugares de trabajo.

A ello se suman algunos locutores radiales con mucha audiencia que se burlan, cuestionan, las denigran y hacen campaña contra los derechos de la mujer. Legisladores que hacen parte de este coro de violencia bestial, cuestionando leyes y derechos de la mujer o directamente abusando como hemos conocido por denuncias públicas.

¿Cómo cuidarnos? ¿Cómo terminar con la violencia machista?

El 2 de noviembre familiares, amigos y compañeros de Milagros se concentraron en la ciudad de Maldonado a protestar frente a la jefatura de Policía. En su mayoría mujeres jóvenes realizaron una sentada. Este lunes 4 de noviembre se realizó también en Montevideo una concentración de mujeres y colectivos feministas.

Las mujeres enfrentamos este flagelo machista de abusos, violaciones, asesinatos, miedo, cuestionamientos de cómo vestimos, recortes de derechos. Debemos soportar ganar menos por la misma tarea por el solo hecho de ser mujer. Por este enorme abuso, por esta enorme violencia, debemos organizarnos y responder con fuerza, movilizarnos para visibilizar la situación.

Respetamos y valoramos mucho a las mujeres que se organizan en grupos feministas, creemos que estos problemas gravísimos se deben afrontar con las mujeres dirigiendo. Pero creemos que también es necesario que los varones se planten frente a esos hombres violadores y abusadores, que se pongan al lado de las mujeres que están luchando y se enfrenten al machismo de igual forma, contra un sistema capitalista que nos mata, nos violenta y nos explota.

El problema central que cruza todo este andamiaje dantesco de crímenes, violencias y vulneración continua de derechos se asienta sobre una sociedad capitalista que es la base que lo alienta y lo reproduce de muchas maneras. Para terminar con el machismo de raíz, para acabar con la violencia contra la mujer, habrá que pensar el camino para derribar este sistema del capital, donde todo se compra y se vende, donde todo es una mercancía.

La mujer trabajadora debe colocarse al frente de esta enorme lucha

Por eso la mujer trabajadora está llamada a ponerse al frente de esta enorme pelea, porque incluso cuando hacemos las denuncias esta justicia sigue siendo burguesa y machista. Es cada vez más necesario organizar de forma creciente comisiones dirigidas por mujeres y acompañadas por todos los compañeros de la clase trabajadora para dar una fuerte batalla en las calles.

El 8 de marzo no puede ser solo una vez al año. La organización para defender nuestras vidas y nuestros derechos solo la lograremos con la movilización permanente en las calles. Preparar la caída de este putrefacto y violento sistema social dando paso a otra sociedad donde no existan las clases sociales y donde las mujeres puedan vivir tranquilas. Encontrémonos en las calles, en las luchas, en las comisiones de mujeres y pongamos manos a la obra para lograr ese fin.