En Uruguay, la violencia contra las mujeres cada vez se manifiesta de forma más candente. Mientras los políticos y la burguesía local venden la imagen de Uruguay como el ejemplo republicano de «La democracia», esconden que es esta la que ampara la explotación sexual, los abusos y los femicidios a los que las mujeres pobres y trabajadoras estamos sometidas.
Escrito por Katia
Las denuncias por violencia de género se han duplicado: una cada 23 minutos, debido a la situación de encierro por el Covid. Uruguay ocupa según datos de la Cepal, el sexto lugar de femicidios relación a la cantidad de habitantes en Latinoamérica y el Caribe, ubicándose por encima de países como Argentina, Brasil o México. (1)
Recientemente fue confirmado el asesinato de Alison (18 años) en Canelones, que se encontraba desaparecida desde el 5 de junio. Sus padres denunciaron la desidia de la policía y la justicia. Fue mediante la movilización de los familiares, los vecinos y organizaciones que se obligó a las autoridades (que actuaron de forma muy tardía) a tomar cartas en el asunto.
Previo a esto, fue noticia el abuso sexual que terminó en el embarazo de una preadolescente de 12 años, quien era violada por su padrastro desde los 9 años. El sistema de salud no detectó ni el abuso ni el embarazo hasta que este era evidente.
Este hecho está lejos de ser un caso aislado. En 2019 se realizaron 1100 denuncias por abuso sexual a adolescentes (más de dos por día). Se estima que estas cifras trepan al doble o más, debido a los cientos y cientos de casos que ni siquiera llegan a conocerse, mucho menos a denunciarse. Los casos denunciados son la punta del iceberg.
Recientemente, Montevideo Portal informó que el edil del Partido Nacional, Oscar Fracuelli, fue formalizado por el abuso sexual a su hijastra de 9 años. (2)
En este marco se destapó mediante la denominada «Operación Océano» (3), cuyo epicentro está en la lujosa Punta del Este y que involucra a empresarios, jueces, profesionales y docentes, en lo que es la mayor operación en la historia de nuestro país relacionada a la explotación sexual. Por este caso ya existen una veintena de imputados aunque solo uno de ellos está preso de forma preventiva. El propio Jorge Díaz mencionó que debido a su poderío, estos personajes tienen contratados a buffets de abogados, agencias publicitarias y periodistas para su «defensa». (4) Esta operación demuestra los vínculos de la explotación sexual con los más altos funcionarios y empresarios de este país.
Esta situación de violencia estructural contra las mujeres está arraigada y es promovida por este sistema capitalista y por este régimen político. Desde el parlamento no se brindan soluciones, ni siquiera otorgan presupuesto para que exista el personal y la capacidad que permita realizar el seguimiento a las miles de denuncias. Las que pagamos las consecuencias somos las mujeres, muchas veces con nuestra propia vida.
Tanto se quiere invisibilizar el tema que durante una sesión del parlamento Martín Lema interrumpió a la diputada frenteamplista Verónica Mato, quien estaba hablando sobre la violencia machista, con la excusa de que sus palabras eran «hirientes». ¿Pero no lo es cuando nos violan y asesinan? Tampoco les molesta cuando una diputada de Cabildo Abierto compara a los femicidios con «exceso de amor», o cuando Manini Ríos defiende torturadores en plena sesión parlamentaria.
Si algo se ha demostrado en todos los casos es que si no nos organizamos, si no salimos a las calles para protestar, ni siquiera obtenemos las respuestas más mínimas. Así como nos hacemos presentes cada 8 de marzo, o como cuando el pasado 3 de junio fuimos miles en Plaza Independencia para gritar nuestra rabia frente a esta realidad, la lucha continua para hacer frente a un sistema que oprime a las mujeres y que ni siquiera levanta un dedo frente a los femicidios.
Es por eso que frente a esta realidad que no soportamos, que nos hace indignar cada vez que vemos un nuevo femicidio, un nuevo abuso o una nueva desaparición, debemos organizarnos. No alcanza con que los noticieros dediquen algunos minutos al tema cuando algún caso que se transforma en notorio hace estallar la bronca.
Debemos organizarnos para exigir campañas masivas por los grandes medios y en los barrios contra el abuso sexual, contra la violencia hacia las mujeres. Para capacitar al personal de salud de forma profunda y permanente para la detección de abusos.
Para que se otorguen todos los recursos que permitan dar soluciones inmediatas a las mujeres que denuncian y donde se aliente a hacerlo a aquellas que por muchos motivos no lo hacen. Que se desmantelen las redes de trata y sus vínculos con el Estado, que explotan y desaparecen a nuestras gurisas, y que los culpables vayan presos.
Esta situación es producto de que este sistema capitalista está totalmente podrido y es incapaz de brindar hasta las más elementales respuestas. Por eso, además de reclamar medidas urgentes debemos luchar por tirar abajo este sistema que nos oprime y nos mata.
1) https://oig.cepal.org/es/indicadores/feminicidio
2) https://www.montevideo.com.uy/Noticias/Soriano-edil-del-Partido-Nacional-fue-formalizado-por-abuso-sexual-a-nina-de-9-anos-uc756011
4)https://www.elpais.com.uy/informacion/judiciales/operacion-oceano-intuiamos-existencia-fenomeno-profundidad-dijo-diaz.html