El presidente Lacalle Pou que encabeza el gobierno de coalición de derecha ha venido insistiendo en la necesidad de firmar un Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Uruguay y China e incluso con Estados Unidos. Para ello necesita el aval de sus socios del MERCOSUR, un tratado entre las burguesías de Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay. Lacalle y todo el gobierno de derecha vienen presentando al TLC como algo muy beneficioso para nuestro país y una oportunidad, que según él afirma, no se puede perder.
¿Todos ganamos con el TLC con China o Estados Unidos?
Este tipo de tratados son muy beneficiosos para los empresarios, especialmente los exportadores. Significan la posibilidad de que esas grandes empresas puedan vender sus mercaderías a China, en este caso sin pagar aranceles (impuestos con los que actualmente se graban las importaciones). Toda esa enorme masa de dinero que ya no se pagaría iría a parar a las cuentas bancarias del sector empresarial cárnico y agroexportador, que será uno de los grandes beneficiados.
La importancia de China en las exportaciones de la cadena cárnica “ha aumentado significativamente en los últimos 10 años: mientras que en 2010 este destino representaba solo el 10% del valor exportado de estos productos, en lo que va de 2021 pasó a representar el 51%” . Estos empresarios deberían pagar en 2021 más de 150 millones de dólares por exportar productos cárnicos a China. Firmar un Tratado de Libre Comercio (TLC) con China implicaría que ese dinero, 150 millones de dólares, se quedará en manos de los grandes empresarios y multinacionales dueños de frigoríficos y del sector agroexportador.
Y los trabajadores, ¿cómo quedan frente a un TLC?
La historia nos muestra que –salvo pequeñas excepciones- los trabajadores siempre hemos sido perjudicados. Las patronales ya hablan de la necesidad de una “mano de obra más competitiva y flexible”. Esto significa que pretenden profundizar la rebaja de salarios, seguir quitándonos conquistas, empeorar las condiciones de trabajo precarizando aún más el empleo. El ejemplo de lo sucedido en Chile debe servirnos para reflexionar y aprender.
Lamentablemente, en septiembre de este año la cúpula del PIT CNT, a pesar de algunas críticas, dijo que esperaban “que el movimiento sindical, así como los empresarios, sean convocados a una mesa de trabajo de cara a la posibilidad de poder opinar sobre las características de este tratado. Del mismo modo entendemos que sería de gran aporte realizar un Foro Consultivo que nos aporte datos sobre el impacto de este TLC en nuestra economía y empleo” .
Con esta postura no hacen más que volver a levantar la política que el FA planteó en 2018 cuando Tabaré Vázquez y el presidente chino Xi Jinping, consideraron “de forma positiva la posibilidad de firmar un TLC”.
Los trabajadores ya sabemos que estos acuerdos significan peores salarios e infames condiciones de trabajo. No debemos dejar que nos vuelvan a engañar con estas negociaciones en las que la gran mayoría de los asalariados llevamos las de perder.
Por el contrario, debemos discutir en nuestros sindicatos y lugares de trabajo estas propuestas y exigir fuertes medidas de lucha para derrotar este plan siniestro de la derecha al servicio de las patronales cárnicas y agroexportadoras, que es también una forma más de continuar entregando nuestra soberanía.
El ejemplo de Chile: de muestra basta un botón
Chile es un país que ha realizado 16 tratados de libre comercio (TLC). La gran rebelión del pueblo chileno puso al desnudo las horrendas condiciones de trabajo, la precariedad de los contratos laborales, los bajos salarios y las críticas condiciones de vida de los sectores trabajadores y populares.
Nuestros compañeros del MIT de Chile así lo denuncian: “En los últimos debates ha salido al tapete la importancia de un límite fundamental impuesto por el ‘Acuerdo por la Paz’ a la Convención Constituyente: la imposibilidad de cuestionar los Tratados de Libre Comercio.”
“La historia de las relaciones comerciales de este país con el resto de los países del mundo, nos muestra que cada compromiso firmado por el Estado chileno en acuerdos o tratados comerciales ha tenido y sigue teniendo una repercusión enorme para la economía nacional y concretamente para el bolsillo de cada familia de este país.
Tanto para los miles de familias trabajadoras que se ven golpeadas por las debacles que provocan estos compromisos comerciales como también para las diez familias más ricas a quienes los Tratados de Libre Comercio les han permitido extender sus negocios al Mercado Mundial, a cambio de entregar las riquezas de este país, abriendo la economía a la ‘inversión’ extranjera.”
Fuente: MIT Chile