Violencia y acoso policial hacia las mujeres

Dos jóvenes denunciaron semanas atrás en las redes sociales que dos policías las interceptaron en la calle  y les solicitaron sus datos, porque una de ellas fumaba marihuana. Poco después, uno de los efectivos comenzó a enviarle mensajes a su celular. La denuncia tomó tanto impulso que llegó hasta el Ministerio, que obligado se dispuso a tomar medidas sobre el asunto y separó del cargo a los policías por "mal accionar y abuso de autoridad".

Pero el director nacional de la Guardia Republicana, Alfredo Clavijo, afirmó: "que la Republicana tome un teléfono para mandar un mensaje es como muy romántico".

El colectivo Mujer y Salud en Uruguay emitió un comunicado señalando que estas declaraciones de Clavijo refuerzan "estereotipos sexistas de control sobre el cuerpo y las vidas de las mujeres". "Pedir datos personales es un procedimiento policial irregular y utilizar los mismos para mandar mensajes acosadores es un ejercicio de poder inconcebible en democracia. No es "romanticismo", es acoso policial. Es violencia institucional machista"

Alfredo Clavijo sigue en su cargo, nadie lo ha removido de su puesto y expresa el pensamiento de la autoridad de ese aparato represivo. La mujer que es víctima de violencia, machismo y acoso también sufre la violencia de las instituciones que están al servicio de la represión.

La supuesta función de poner más efectivos en las calles para “cuidarnos de la violencia y los robos” es una gran mentira. En el año 2015 dos efectivos de la Guardia Republicana denunciaron al ex director, Rovert Yroa, por abuso de funciones y persecución. Tiempo después, uno de los efectivos que participó en la denuncia contra el director de la policía militarizara, Leonardo Santos, “se suicidó”. Rovert Yroa fue denunciado en la Comisión Permanente del Parlamento, por acoso moral y laboral sobre los efectivos, agresiones físicas contra ellos, práctica de tiro en condiciones riesgosas y por el delito de defraudación en algunas chacras administradas por la Guardia, entre tantas cosas.

Contra el machismo, el aparato represivo y el sistema social

Las mujeres no pueden depositar ninguna confianza en estas instituciones del capitalismo y deben solo confiar en la organización y la lucha. Los hombres trabajadores deben romper con el machismo y luchar junto a las mujeres contra la violencia y el acoso al que son sometidas. La lucha es de mujeres y hombres, de los trabajadores y trabajadoras que deben organizarse para terminar con este sistema social de explotación y machismo que es el capitalismo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *