Los millones de muertos por la pandemia no son “ni normales ni aceptables” *

El pasado 26 de octubre la Organización Mundial de la Salud -OMS-, en su reunión para analizar la situación de la crisis sanitaria generada por el coronavirus, concluyó que el virus sigue teniendo potencial para transmitirse internacionalmente y por ello requiere de una respuesta a nivel de todo el mundo. (1)

“Si el primer año de la pandemia de Covid-19 fue definido por un fracaso colectivo en tomar en serio la preparación y actuar rápidamente basándose en la ciencia, el segundo estuvo marcado por profundas desigualdades y un fracaso de los dirigentes en comprender nuestra interdependencia y actuar en consecuencia”, expresó un informe de la Junta de Vigilancia Mundial. La pandemia mostró un mundo “desigual, dividido e irresponsable”. (2)

Teniendo en cuenta la mortalidad excesiva relacionada directa e indirectamente con el Covid-19, la OMS estima que el número total de muertos por el virus podría ser de dos a tres veces superior”. De seis mil millones de dosis de vacunas aplicadas en todo el mundo, “solo 1,4% llegó a personas en países pobres”, según la Organización Mundial de Comercio.

“Debemos sentir una profunda vergüenza ante las múltiples tragedias, como el acaparamiento de vacunas, la devastadora escasez de oxígeno en los países de bajos ingresos, la generación de niños privados de educación, la desintegración de economías y los frágiles sistemas de salud”. Los millones de muertes causadas por la pandemia no son “ni normales ni aceptables”.

Desde el inicio de la pandemia nuestra corriente internacional, la LIT CI, junto a todos los partidos que hacemos parte en el mundo, denunciamos a todos los gobiernos, incluidos los “progresistas”, que al servicio del sistema capitalista son los responsables de esta política criminal. Los gobiernos al servicio del capital siguen privilegiando, a pesar de esta enorme tragedia, la ganancia sobre la salud del ser humano, y de alguna manera se ven obligados a reconocer organismos como la OMS y OMC.

Foto- https://www.m24.com.uy

Lacalle Pou: «No habrá marcha atrás»

A fines de julio el presidente de derecha Lacalle Pou decía a los periodistas que “la comunicación (sobre el Covid-19) con ustedes no es para generar alarma ni para dar marcha atrás, sino para informar” (…) Y de esa manera retórica el gobierno multicolor continuó con la política aperturista que genera, ahora y en plena ocupación de CTI, un enorme cúmulo de ganancias que fueron a parar a manos de las grandes patronales y las multinacionales. Para las y los trabajadores el resultado ha sido muy diferente: rebajas de salario, 70 mil despidos, decenas de miles en seguro de paro, 100 mil nuevos pobres y más personas viviendo sin un techo en la calle. Pero tanto las enormes ganancias de los ricos como la situación de trabajadores y pobres no son atribuibles a la pandemia como pregona el gobierno, sino a una política deliberada de la derecha que aplicó y aplica un brutal ajuste contra el pueblo trabajador al servicio de los más ricos.

A pesar de la vacunación, como ya se había visto en otros países, en Uruguay comienza un repunte de los casos de Covid-19 con brotes en escuelas como en Lavalleja, contagios en niños, no vacunados y aún en quienes se vacunaron con las dos dosis. Y al momento de cerrar esta nota, en Tacuarembó aparecían focos en un frigorífico y en eventos sociales. La estabilidad y baja de casos que tuvimos, como afirma hoy la OMS, no era el “final de la pandemia” como nos querían convencer desde el gobierno e incluso muchos “progresistas”. Uruguay lleva cerca de 6100 muertos desde el comienzo de la pandemia según datos oficiales, y si tomáramos en cuenta los que afirma la OMS “el número total de muertos por el virus podría ser de dos a tres veces superior”.

Primero la ganancia del capital, luego la salud pública

El concierto de María Becerra en Punta del Este desató una ola de críticas por parte de la comunidad artística uruguaya: mientras ellos tienen restricciones y aforo limitado, este espectáculo de “America Rockstars” fue multitudinario y prácticamente ausente de tapabocas. “El rol fundamental del MSP al elaborar recomendaciones consiste en proporcionar disposiciones que se tornan obligatorias en determinadas circunstancias”. Lamentablemente esas “circunstancias” aparecen con fuerza cuando hay movilizaciones de los trabajadores, paros y huelgas, protestas de mujeres contra la violencia o en la marcha LGTBI y no en las aglomeraciones de eventos como la de los grandes oligarcas que exponen en la Rural del Prado o el espectáculo de Punta del Este.

Se espera el ingreso de 100 mil personas, solo en noviembre

Los medios de comunicación vienen informando que “no hay alojamiento disponible en los hoteles de Montevideo para las fechas de las finales de la Libertadores y la Sudamericana” (3). Incluso estarían casi todos los alojamientos reservados en los balnearios de Piriápolis y Punta del Este. Las finales de estos partidos coinciden con la apertura de fronteras para extranjeros prevista para el 1 de noviembre. Se estima el ingreso de 100 mil personas y se ha abierto una discusión de cómo se podrá controlar ese ingreso masivo al país. El costo de las entradas para estos partidos lo hace prohibitivo para los trabajadores ya que tienen un costo que va de los 200 a los 650 dólares (entre 9 mil y 30 mil pesos uruguayos).

El sistema capitalista mundial y sus gobiernos son los responsables de esta pandemia

Como expresamos desde la LIT CI:

«El sistema capitalista mundial y sus gobiernos son los responsables de esta pandemia y de su impacto. En primer lugar, porque la sobreexplotación de los recursos naturales más allá de sus límites generó las condiciones para el surgimiento creciente de pandemias por zoonosis, como es el caso del Covid-19.

Lo es porque demoró conscientemente, durante años, el desarrollo de vacunas contra virus de este tipo porque no daban ganancias, a pesar de las advertencias de los especialistas. Lo es porque, una vez desatada esta pandemia, la enfrentó con sistemas de salud pública deteriorados por décadas y con una investigación y desarrollo farmacológico y tecnológico medicinal dominado por la ganancia de las empresas privadas. De allí deriva la profunda desigualdad mundial de acceso a las vacunas y recursos técnicos necesarios. Lo es también porque incluso cuando intentaba combatir a la pandemia con medidas restrictivas parciales, lo hacía con el objetivo principal de recuperar rápidamente los niveles habituales de explotación de los trabajadores e impulsó la repugnante y criminal política de la “nueva normalidad”.

Queremos ser categóricos, la pandemia lejos de estar terminando o con posibilidades de ser “mitigada” está en su peor momento. La política de naturalización de las muertes y de la normalización de la enfermedad es un acto criminal sobre los trabajadores y pobres del mundo. La desigualdad de las campañas de vacunación mundial y la reapertura creciente de las actividades económicas resultan en la persistencia de la pandemia y en el surgimiento de nuevas cepas más contagiosas y peligrosas.

El costo en vidas y sufrimiento recae siempre sobre la clase trabajadora y las masas del mundo. ¡No podemos aceptar esto! ¡No podemos aceptar que el desastre que producen el capitalismo y sus gobiernos recaiga sobre nuestras espaldas!

Por eso, mantiene toda su vigencia el llamado a luchar hoy por exigencias tales como la vacunación masiva y gratuita para todo el mundo; la ruptura de los derechos de patente de las vacunas; la defensa de los sistemas de salud pública y la necesidad de grandes inversiones en ellas, y la expropiación de los grandes conglomerados de producción de vacunas y tecnología médica para la elaboración de un plan internacional solidario de combate a la pandemia, controlado por los trabajadores (especialmente por aquellos especializados).

Al mismo tiempo, tal como señalamos en los numerosos artículos y declaraciones dedicados a la pandemia, reafirmamos que la enfermedad de fondo es el capitalismo imperialista y sus consecuencias en todo el mundo.

Resulta absolutamente claro que el capitalismo imperialista no puede ser ‘reformado’ o ‘mejorado’. Es necesario un cambio radical de sociedad y de los criterios de producción y funcionamiento que hoy tiene. Por eso, las luchas presentes y futuras de los trabajadores y las masas deben ser un paso en el camino de la lucha por el poder y por una revolución obrera y socialista que cambie de raíz este presente desolador. Lo que está en juego ya no es solo tal o cual conquista sino la propia supervivencia de la Humanidad.» (4)

Fuentes

*)https://www.montevideo.com.uy/Salud/El-mundo-no-aprendio-de-la-pandemia-de-covid-19-segun-un-informe-uc802240

2) informe de la Junta de Vigilancia Mundial de la Preparación (GPMB, por sus siglas en inglés)
https://www.la-razon.com/mundo/2021/10/26/el-mundo-no-ha-aprendido-de-la-pandemia-de-covid-19-segun-un-informe/

3) https://www.infobae.com/america/deportes/2021/10/25/montevideo-espera-recibir-cerca-de-100000-brasilenos-para-las-finales-de-la-sudamericana-y-la-libertadores/

4) https://litci.org/es/66832-2/ – texto de Alejandro Iturbe