Los incendios forestales que devastaron más de 30mil hectáreas durante el fin y principio de año en Paysandú, Rio Negro y la Costa de Oro, sorprendieron por su magnitud, nunca vista en nuestro país.
Escrito por Federico
Pocos días después de la ola de calor que marcó temperaturas record, una torrencial lluvia provocó inundaciones que llegaron incluso a barrios que no acostumbran a sufrirlas como Malvín, lo que generó mayor trascendencia a un problema que pasa desapercibido y mucho más comunmente en barrios populares o asentamientos que se ubican al costado de arroyos tanto en la capital como en el interior.
Por un lado tenemos la negligencia, la falta de infraestructura, personal y presupuesto para combatir estos sucesos extremos cuando ocurren y por otro, la cuestión de fondo: el colapso ambiental que está provocando el capitalismo, conocido popularmente como el “cambio climático”, tendiendo a generar cada vez desastres naturales de mayor magnitud.
Esto último, es lo que toman de manera hipócrita las autoridades del gobierno y las intendencias para lavarse las manos: “es producto del cambio climático” y nada podemos hacer. De esta forma, ni toman medidas inmediatas que permitan prevenir y mitigar lo más posible (incluso pudiendo preverlo, ya que el tema de los incendios fue noticia mundial por los ocasionados en Europa, Australia y Estados Unidos), ni tampoco combaten el cambio climático que solo invocan para justificar su inoperancia y en definitiva, para defender este sistema capitalista.
El presidente Lacalle Pou reconoció que “se llegó tarde”… y en esa frase a la prensa quedó su intervención en el tema de los incendios.
Falta de presupuesto y la negligencia empresarial agravan el problema
Los vecinos de Río Negro reclamaron al intendente Lafluf la falta de protocolos de las empresas forestales así como su negligencia de dejar entre 500 y 1000 metros de separación entre las plantaciones y las localidades para evitar que en caso de incendio el fuego no llegue a los hogares. (1)
Las empresas forestales se han expandido desde los años 80, promovidas por todos los gobiernos, siendo las multinacionales Montes del Plata y UPM las que tienen mayor superficie, obteniendo ganancias millonarias, exoneraciones de impuestos y ni siquiera se hacen cargo de las prevenciones mínimas, a pesar del riesgo de incendios que implica la propia actividad en este contexto.
Por otra parte, los vecinos reclamaron la necesidad de instalar un destacamento de bomberos en la zona. En ese sentido, COFE emitió un comunicado en apoyo a los reclamos de bomberos, exigiendo el aumento de personal y afirmando que “un trabajador articula tareas donde sería necesario el triple de trabajadores”. (2)
Los propios trabajadores y vecinos de las localidades respondieron enseguida colaborando con agua y ayudando en las tareas para tratar de extinguir el fuego, demostrando su capacidad de organización y sacrificio, a pesar de que era necesario una coordinación e infraestructura -y personal capacitadao y equipado adecuadamente-, mucho más amplia que la que podían en ese momento realizar los vecinos de manera aislada en los diferentes lugares y sin los elementos necesarios.
Finalmente, la lluvia terminó siendo fundamental para extinguir el fuego, pero ¿se correrá la misma suerte en el futuro?
Capitalismo y desequilibrio ambiental
Sin embargo, aunque es urgente exigir que se destine presupuesto para contar con más personal e infraestructura para mitigar en lo inmediato sucesos como los acontecidos -presupuesto que deberá salir de impuestos progresivos al capital, sobre todo de las propias empresas como Montes del Plata y UPM-, el problema de fondo es el sistema de producción capitalista, que ha llevado al planeta a un punto ambiental de no retorno.
El uso y la explotación irracional de los recursos naturales movido solo por el interés de lucro de un puñado de millonarios está llevando al planeta a la barbarie, donde cada vez serán más comunes los incendios incontrolables, las inundaciones, las sequías, con la destrucción de fauna y flora que todo ello implica, y favoreciendo un escenario donde incluso se produzcan nuevas pandemias.
Esta crisis ecológica provocada por el capitalismo es analizada en profundidad en la última revista “Correo Internacional” de nuestra internacional, la LITCI, donde se aborda el colapso ambiental en el que el capitalismo ha dado un salto cualitativo en los últimos tiempos y que puede descargarse acá: https://litci.org/es/colapso-ambiental-el-capitalismo-es-el-responsable/
Socialismo o barbarie
No hay salida dentro del capitalismo. El discurso de un “capitalismo verde” es totalmente utópico. Por eso la “izquierda” que propone “humanizar” o “mejorar” el capitalismo haciéndolo “sustentable”, no ofrece alternativa, porque tal cosa es imposible por la propia dinámica de la producción capitalista. Porque como ya planteaba Marx: “El capitalismo tiende a destruir sus dos fuentes de riqueza: la naturaleza y los seres humanos”, y hoy lo hace más que nunca.
Esta realidad pone más al rojo vivo que nunca la necesidad de destruir este sistema para construir el socialismo a nivel mundial. Esa es la única forma de poder comenzar a revertir esta situación mediante la planificación económica, el uso racional de los recursos en equilibrio con la naturaleza, mediante la organización y decisión democrática de los trabajadores que deberán gobernar con sus propias instituciones.
La consigna “Socialismo o barbarie” pronunciada por la revolucionaria Rosa Luxemburgo en 1916 nunca estuvo más actual como en este momento histórico. Los trabajadores y trabajadoras tenemos la enorme tarea de terminar con el capitalismo, antes que sea tarde.
Fuentes:
2) https://ladiaria.com.uy/trabajo/articulo/2021/12/cofe-manifesto-su-apoyo-a-los-reclamos-laborales-de-los-bomberos/