¿Una dirección sindical para empatar o para ganar?

Recuperemos los sindicatos para los trabajadores

En medio del gran paro general del 14 de julio, el presidente de la central, Fernando Pereira, dijo a los periodistas que no es que el PIT-CNT no "analice la realidad". Afirmó que conocen y analizan lo que sucede tanto en Venezuela, Argentina, China y Brasil: "Como lo vemos es que planteamos una pauta para empatar, para que cuando el país crezca pelear por un aumento".

¿Qué pasa con estos dirigentes?

¿No es posible luchar hoy por un verdadero aumento de salarios?

Otra vez nos quieren meter el verso de que primero se tiene que hacer crecer la “torta” para que después entonces podamos pedir aumentos de salarios. Esto lo dice siempre la patronal y el gobierno, pero lamentablemente el mismo día del paro general, Fernando Pereira dijo que ellos “solo quiere empatar”. ¿De que lado están estos dirigentes?

Los trabajadores tienen bronca no solo con el gobierno sino también con la dirección del PIT-CNT. Muchos obreros o trabajadores públicos no paran en los paros parciales de 4 horas y afirman que son inútiles. Nosotros compartimos esa bronca y sabemos que en muchas cosas tienen razón y que estos burócratas han desacreditado las medidas de lucha. Hay un problema importante que tenemos que resolver en nuestras organizaciones sindicales y para ello debemos organizarnos entre los trabajadores.

La gran mayoría de las máximos dirigentes de los sindicatos se han convertido en burócratas sindicales. Pasaron a ser una casta que se separó de los obreros, tanto es así que la gran mayoría de ellos dejaron de trabajar hace años. No solo viven del salario, sino que usan las grandes conquistas obreras, los dineros de los viáticos y el fuero sindical, para provecho propio y de unos pocos que están a su alrededor. Es así que duplican sus sueldos y hacen de los sindicatos cómodas oficinas, los convirtieron en una especie de club social, con campings o colonias de vacaciones que encima pueden usar pocos trabajadores.

Esta burocracia que se enquistó ha desprestigiado las medidas de lucha, las dividió por sindicato o incluso por sector. Cada dirigente defiende su chacra y sus privilegios y pasa en forma continua de negociación en negociación. No consultan a la base, resuelven la mayoría de las cosas a espalda de los trabajadores y llegan incluso (como en la lucha pasada del magisterio) a firmar acuerdos que son rechazados en las asambleas de base. Todos ellos han hecho una carrera de ser dirigente sindical y luego el FA les tiene reservado un cargo por sus “buenos servicios”, como por ejemplo, el que le dieron a Juan Castillo, hoy funcionario de este gobierno ajustador en el Ministerio de Trabajo.

Necesitamos construir otra dirección totalmente diferente, que responda a los trabajadores, que quiera ganar y no empatar, que luche en forma consecuente. Los dirigentes deben ser portavoces de lo que decidan las asambleas de base. No pueden firmar ningún acuerdo sin que esto sea sometido a la discusión y votación en asambleas representativas y deben respetar lo que se resolvió en ellas. Por ello, la consigna que nos abra paso a nuevos dirigentes y a la construcción de una nueva dirección debe ser que la base decida.

¡Que todo se decida en asambleas, que la base decida!

¡Por la revocabilidad de los dirigentes si lo decide la asamblea! Basta de dirigentes atornillados al sillón, que sean revocables en cualquier momento.

Control permanente sobre los viáticos, fueros y los dineros sindicales por la asamblea, estos se deben usar al servicio de la lucha.

Fondo de Huelga – Debe haber un dinero especial destinado al fondo de huelga para que no se quiebre la lucha por razones económicas. Si es necesario en medio de una larga lucha, se deben vender las colonias de vacaciones, los terrenos y propiedades, para garantizar que trabajadores tengan para pagar sus cuentas y alimentar a la familia.

Fuera el Estado de los sindicatos- Basta de descuento compulsivo de la cuota sindical. Que los dirigentes en las empresas públicas y privadas den la cara y salgan a cobrar mes a mes la cuota sindical entre los trabajadores, en los lugares de trabajo.

Solo imponiendo estas medidas podremos comenzar a construir una nueva dirección al servicio de la lucha y los intereses de los trabajadores.