Es raro el día que no recibamos información sobre algún hecho de violencia sucedido en alguna cárcel del país, sea el Penal de Libertad o la cárcel de Santiago Vázquez, los dos establecimientos más grandes, donde la situación mantiene encendidas las luces rojas en forma permanente, desde hace varios años.
Escrito por Mónica
En el Parlamento, hay una Comisión que sigue el tema. El Comisionado de cárceles le presenta un informe anualmente. Así lo hizo en el pasado mes de mayo el actual Comisionado Juan Miguel Petit.
A nivel de la ONU, existe también una Comisión sobre las cárceles. Hace unos años, su representante Manfred Nowak visitó el país y realizó su informe, en el que señalaba:
«Las condiciones de reclusión en dos de las prisiones visitadas eran espantosas … el penal de Libertad, un ‘símbolo infame’ de la dictadura, que … 20 años después, con un gobierno democrático, presenta … condiciones infrahumanas en flagrante violación de las normas internacionales». Nowak agregaba: “… los internos se hacinan como animales enjaulados … solo pueden salir de sus celdas un máximo de cuatro horas semanales …”.
El Comisionado parlamentario presentó un informe igualmente terrible. La población carcelaria supera las 11.000 personas. Además, la cantidad crece ininterrumpidamente desde 2006. Los presos son en su mayoría hombres jóvenes menores de 35 años (70% del total), solamente con estudios primarios, con al menos un hijo (63%). Ratifica que siguen las condiciones de encierro, con un nivel de hacinamiento casi del 100% en esos lugares; en celdas para tres reclusos hay cinco o seis.
El informe destaca que hay falta de programas sociales y educativos, que sirvan para superar las horas de ocio y las adicciones. Agrega que es evidente el tema de analfabetismo, lo que hará aún más difícil la reinserción en la sociedad.
Evaluando unidad por unidad, el Comisionado señaló que un 25% de los presos tiene oportunidades de rehabilitación, un 45% tiene insuficientes posibilidades y que un 30% de los presos está en condiciones de “trato cruel, inhumano o degradante”.
Dice el Comisionado: “En el informe digo que hay leves avances, pero alentadores. Se requiere que las políticas sociales lleguen a la cárcel, si no es un gueto … creo que es importante reflexionar que la mala cárcel es delito mañana. La cárcel con tratamiento y rehabilitación previene el delito”.
El FA abandonó a los presos comunes y privilegió a los militares genocidas
El Frente Amplio lleva 13 años en el gobierno y poco o nada ha hecho por los presos comunes. No destina mayor presupuesto para solucionar el hacinamiento. No se financian programas socio-educativos más que en un grupo pequeño de módulos. No hay equipos multidisciplinarios trabajando para la recuperación de estos jóvenes que -muchas veces sin condena- están pagando muy caro sus errores.
En cambio una cárcel VIP, una cárcel modelo fue instalada para los militares presos por su actuación como torturadores y violadores durante la dictadura. Allí tienen todos los privilegios. Porque los presos ricos, como los hermanos Peirano, Campiani y tantos otros -cuyas estafas todos recordamos aún- disfrutan de los privilegios de una pequeña cárcel VIP en el interior del país.
Queda claro que para este gobierno, la vida de los presos pobres vale muy poco. Les han dado la espalda y los abandonan a su suerte; es la misma política de descalabro de la educación pública, el Hospital de Clínicas y la salud pública o los hogares del INAU.
A cambio, favorecen la intervención de numerosas ONG’s y de los privados, a través de la Participación Pública Privada, que es un gran negocio para los grandes empresarios