En épocas de crisis el hilo siempre rompe por el lado más fino: los trabajadores y sus familias. No es diferente en Colonia Nicolich, barrio del cual ya hemos tratado en números anteriores de nuestro periódico.

Escrito por Jeni

Además de todas las complicaciones que nos ha traído la pandemia del Covid-19, sufrimos el raleo de las frecuencias de ómnibus. En los comienzos de la pandemia circulaban en Montevideo y área metropolitana menos del cincuenta por ciento de las unidades, en nuestro barrio llegó a circular un 30%, hoy estamos con un 50% del servicio.

Desde que la emergencia sanitaria comenzó, hubo trabajadores y trabajadoras que no
dejaron de trabajar ni un solo día y tuvieron que lidiar con la falta de ómnibus para
trasladarse. La prueba de esto es que las unidades iban repletas, imposible respetar el
distanciamiento social.

Muchos canarios somos rehenes del pésimo servicio de la empresa COPSA, que cobra
precios exorbitantes de los boletos y cuyas unidades están en muy mal estado. Además
de eso, en algunas zonas pasan muchísimos menos ómnibus de los que se necesitan por
día, como es el caso de Colonia Nicolich.

Al retomarse las clases presenciales en la educación, muchos padres y madres
decidieron no mandar a sus hijos a los centros educativos por miedo a que se quedaran
en la calle muchas horas debido a la falta de locomoción.

La forma que tienen de taparnos el ojo es poner algunos ómnibus que nos acercan al
empalme de las rutas 101 y 102 o hasta Zonamerica y ahí hay que tomar otro. Pero de
esa forma el boleto se encarece, además de lo que implica tener que estarse bajando de
un ómnibus y subiendo a otro.

Por la ruta 102 pasa la línea DM1, es una línea que se inventó para poner al servicio de
Zonamerica y que es cubierta por varias compañías: Coetc, Cutcsa, Ucot y Copsa. Al
principio los vecinos de la zona no lo podíamos usar porque sencillamente no paraba, lo
veíamos pasar casi vacío y seguíamos esperando. Si las empresas de transporte tenían
pérdida, Zonamerica les cubría, pero, como buenos capitalistas, cuando vieron que los
números no les cerraban, echaron mano a los trabajadores y el DM1 empezó a parar en
algunas paradas, más tarde, en todas. El dinero de los trabajadores cubrió las pérdidas y
por supuesto que ahora les genera ganancias. El Dm1 ahora va completo, más que nada
es usado por trabajadores y estudiantes de Colonia Nicolich, pero el precio del boleto no
se ha bajado.

Entonces cuando por seis u ocho horas no tenes un solo ómnibus que te lleve para 8 de
octubre alegan que podes tomarte el DM1 hasta el empalme y allí tomarte otro. El
problema es que el DM1 te cobra 71 pesos por tres kilómetros! Esta línea no hace ningún
tipo de combinación, solo boleto metropolitano desde hace un poco tiempo. Y encima
después tenes que tomarte otro ómnibus, es como mucho para el bolsillo de un
trabajador.

Ninguno de los gobiernos municipales que ha tenido Canelones solucionó el problema de
la locomoción en Colonia Nicolich. No podemos seguir aceptando las excusas y falsas
promesas que nos meten. Los trabajadores y trabajadoras exigimos un transporte digno
con un boleto trabajador.

Pero para lograr eso es necesaria la organización y la lucha de todos los trabajadores
unidos y que estos reclamos no sean agarrados por los partidos políticos sólo para sus
propagandas de campaña como ya sucedió en las elecciones próximas pasadas y luego quede en promesas incumplidas y mentiras.