La publicidad de Montevideo Gay Friendly de la Intendencia de Montevideo deja en claro que somos un país que acepta a los turistas con dinero que llegan al Aeropuerto de Carrasco. Pero esta aceptación que promocionan muestra las diferencias de clases. A pesar de que tenemos conquistados derechos como el Matrimonio Igualitario, el cual conseguimos con la lucha, los gays, lesbianas, bisexuales y transexuales de contexto pobre todavía sufren la opresión.
Escrito por Katia
En Uruguay, según los datos de ASSE, la esperanza de vida de los y las transexuales es de 45 años, mientras para el resto de las personas es de 75 años. No solamente por los asesinatos aún sin justicia de odio y discriminación, sino por las enfermedades, estigmas y malos trabajos a los que se ven sometidos (generalmente prostitución).
Si bien se está trabajando en el parlamento en una ley para los transexuales que, según dicen, dará más empleo y mejoras en las condiciones de vida, sabemos bien que sin presupuesto es imposible, como sucede con la ley de violencia de género. El gobierno tiene que dejar de pagar la deuda externa y volcar ese dinero a mejorar las condiciones de las minorías oprimidas.
Homofobia encubierta y acceso a la salud
Aunque como país todavía hablemos sobre lo progresistas que somos, hay mucha homofobia generalizada. Por ejemplo, algunos cuestionarios en centros de salud a la hora de donar sangre aún presentan preguntas sobre la orientación sexual de la persona. En varios lugares del mundo está prohibido que los homosexuales donen sangre. En Uruguay todavía se rechazan estas donaciones por considerarlos población de riesgo.
Cuando se habla sobre sexualidad en mutualistas y hospitales siempre es desde el punto de vista heterosexual. Las consultas no tocan el tema de los cambios de género, salud sexual en homosexuales o riesgos específicos de salud. La discriminación en la consulta médica es muy real.
Al hablar de las discriminaciones y ataques hablamos también de clases. Los pobres, negros, inmigrantes, homosexuales y trans son quienes más sufren frente a los ataques conservadores.
Tal como con las otras opresiones, la solución de fondo es la lucha contra el capitalismo. Un sistema opresor y explotador que usa estas discriminaciones como forma de dividirnos, de generar desigualdades y falta de derechos para controlarnos en todo aspecto. Desde IST llamamos a la comunidad LGBT a unirse a las luchas para formar un partido revolucionario que derrote al capitalismo.