La medida del paro general del pasado 17 de junio contó con el explícito rechazo por parte del gobierno de Lacalle Pou. Legisladores, ministros y funcionarios de la coalición, junto a los principales medios masivos de comunicación, se pronunciaron para criticar la medida.
Escrito por Federico
Es que este gobierno antiobrero, como fiel representante de las grandes patronales, destila su odio de clase ante cualquier medida de lucha que tomen los trabajadores. Su discurso contra el paro hace parte de toda una campaña contra las organizaciones obreras, a las cuales quieren debilitar para dificultar la lucha y seguir rebajándonos el salario y ajustándonos.
Por eso profundizan todo el entramado legal y represivo para limitar y reprimir protestas y para que los sindicatos sean cada vez más controlados por el Estado.
Así sucede con la limitación del derecho de huelga contenida en la LUC, con las “comisiones investigadoras” del parlamento que quieren meterse en la interna de los sindicatos o con la personería jurídica que quieren imponer a los mismos.
Los obreros de FRIOPAN, procesados por ocupar la planta, son un ejemplo de lo que quieren: no luche porque puede ir preso. El mismo objetivo buscan con las sanciones a los docentes sindicalizados, con la persecución al dirigente Gabriel Soto de AUTE o con la intimación del Ministerio de Trabajo a los obreros del SUNCA en el conflicto en UPM2.
Esa política antisindical del gobierno de Lacalle Pou tiene que ver con que el capitalismo, sobre todo en momentos de crisis como la actual, sabe que al descargar la crisis sobre los de abajo puede desatar protestas, por eso quiere maniatar y desarticular a las organizaciones de los trabajadores para debilitar nuestra resistencia.
Por eso desde IST rechazamos la campaña de desprestigio por parte del gobierno y las patronales, así como cualquier intervención del gobierno, ministerios o del parlamento en las cuestiones internas de los sindicatos. Defendemos la independencia de los sindicatos frente al Estado.
Somos los trabajadores los que debemos resolver cómo funciona y qué dirigentes queremos en el PIT-CNT.
Necesitamos sindicatos y una dirección para luchar y enfrentar esta ofensiva contra nuestras organizaciones.
Lamentablemente, ese rol de lucha no es el que cumplen la mayoría de los dirigentes sindicales del PIT-CNT. Fernando Pereira declaró, casi que pidiendo disculpas:
“No hemos hecho una sola movilización masiva desde que la pandemia tiene casos importantes. (…). Hemos actuado con tanta responsabilidad que cuesta entender las críticas”. (1)
Estos dirigentes están más preocupados por darle explicaciones al gobierno y los patrones que a los trabajadores. Esta burocracia sindical hace décadas no trabaja y usa la importante conquista de los fueros a su antojo, así como los bienes de los sindicatos sin ningún tipo de consulta a la base.
Es una aristocracia obrera que defiende sus cargos y su privilegiado modo de vida, que la separa por un abismo de la realidad que viven cotidianamente los tercerizados, los desempleados, los cientos de miles que cobran menos de 20 mil pesos.
Lejos de querer combatir al capitalismo, a las patronales y el gobierno, viven de sus migajas. Por eso solo quieren “dialogar” y negociar.
Es por ello que, para transformar los sindicatos en verdaderas herramientas de lucha de las amplias masas explotadas, debemos forjar una nueva dirección desde la base que esté en la primera línea de las luchas y no atornillados en los sillones de las oficinas o del parlamento. Una dirección que defienda:
-
- Independencia de los sindicatos frente al Estado.
-
- Por la democracia obrera, que todo se decida y se controle en la base, incluso el uso de cada peso de las finanzas y los fueros sindicales.
-
- Rotación de los cargos de dirección. Después de dos años, que vuelvan a la base y a trabajar. Que los mandatos sean revocables si así lo deciden los trabajadores mediante asambleas.
1) El Observador 16/6/21.