Nahuel Moreno

El 25 de enero se cumplen 36 años de la muerte de Hugo Bressano Capacete, mejor conocido como Nahuel Moreno. Falleció en 1987 con apenas 62 años. “Veinticuatro sindicatos y seccionales obreras argentinas, 16 agrupaciones gremiales y 76 comisiones internas enviaron condolencias a su funeral. También lo hicieron, Comisiones Obreras de España, la Central Única de Trabajadores de Brasil, la Central Obrera Boliviana, la Central Única de Trabajadores de Colombia y otros 45 sindicatos latinoamericanos, además de prácticamente todos los partidos trotskistas del mundo, algunos de los cuales asistieron con delegaciones a su entierro. Según el diario Clarín, diez mil personas concurrieron a despedirlo”(1)

Su historia y su vida, son parte inseparable de la historia del Trotskismo argentino e internacional. Dentro de quienes se reivindican marxistas, Nauel Moreno tuvo el enorme mérito de romper con aquellos que solo se limitaban a las discusiones políticas de café, en interminables veladas. Moreno se planteó construir el partido socialista revolucionario en el seno mismo de la clase obrera y por eso se instaló con su familia y los compañeros en el barrio obrero de Villa Pobladora, en la zona fabril de Avellaneda.

El golpe de estado y la dictadura Argentina lo obligaron en 1976 al exilio, vivió unos meses en Francia y luego en Colombia. Los compañeros destacan especialmente su estadía en Colombia: “País este último que quiso especialmente, tal vez porque simbolizó su salto cualitativo como dirigente. Si Moreno siempre había tenido una visión internacional de los problemas y educó en ese sentido a los cuadros de su organización, hasta fines de los años ‘70 no había logrado forjar una corriente internacional que mereciera, como la LIT (Liga Internacional de los Trabajadores), el estatus de Liga”.

“Su lucha en el seno de la Cuarta Internacional para reunificación sobre bases principistas, se dio antes y después de la creación de la LIT, pero la formación de una corriente internacional propia surgió y se desarrolló con gran dinamismo a partir de 1976 con la incursión en Colombia. Ahí logró, en poco tiempo, ganar para sus posiciones a un partido entero: el Bloque Socialista. Su influencia se extendió luego a Centroamérica, México y Estados Unidos, consolidó varios grupos en Europa, principalmente el español y el sueco y le imprimió gran dinamismo a los partidos peruano, boliviano y brasileño».

Colombia significó un salto para la joven historia de la corriente obrera y revolucionaria: la intervención en la revolución nicaragüense de 1979 a través de la Brigada Simón Bolívar, una experiencia prácticamente inédita para la Cuarta Internacional.

En 1983 con la caída de la dictadura argentina, le permitió a Moreno volver a su país y volcarse a la formación de lo que sería un poderoso partido obrero: el Movimiento al Socialismo (MAS). También nos heredó un enorme acervo teórico, una obra escrita de más de 20 libros y decenas de documentos políticos y trabajos teóricos.

Los años 90, el cambio de signo en la situación mundial, la restauración capitalista en los ex Estados Obreros, el no haber podido construir y consolidar un sólido equipo de dirección, fueron algunas de las causas que explican la ruptura del MAS y el enorme retroceso que se vivió y se vive aún en las filas revolucionarias. Pero eso, ni sus errores, que el mismo Moreno reconocía, no cambian su estatura como dirigente marxista socialista e internacionalista.

En vida de Moreno y con mayor fuerza luego de su muerte, muchos quisieron culparlo por los fracasos. Guardando las enormes distancias, sería como intentar responsabilizar a Lenin o Trotsky por la burocratización del partido Bolchevique y la posterior destrucción de la III Internacional. Trotsky pudo responder a quienes se preguntaron cómo podía ser que Stalin lo hubiera derrotado, expulsado del partido y exiliado en la vieja URRS, siendo que él había sido el dirigente máximo del Ejército Rojo. La respuesta de Trotsky se basaba fundamentalmente, en explicar los cambios producidos en la situación objetiva de la lucha de clases y cómo estos repercuten en la conciencia de las masas. De esa forma y sumando otros elementos, Trotsky explicó el ascenso de la burocracia Stalinista y su política criminal que llevó a la derrota de varias revoluciones y liquidó no solo el partido bolchevique, sino también la Tercera Internacional y los propios Estados Obreros.

Las debilidades de la LIT

En diversas charlas y congresos, Moreno no se cansaba de alertar al partido: “Primero las direcciones; la falta de cuadros es un problema muy grande. Porque hay una dialéctica: al ser marginales respecto del movimiento de masas, no se forman cuadros porque los cuadros sólo se forman y se hacen en el movimiento de masas. Es un proceso muy contradictorio y dramático. Porque entonces, muchos ingresan al movimiento, les va mal y se desmoralizan; dejan de militar y son absorbidos por la sociedad burguesa. Si estuviéramos rodeados por el movimiento de masas sería distinto, consolidaría más a esos cuadros, y también sería distinto porque la inserción en el movimiento de masas nos dotaría de cuadros más capaces. Entonces, es una dialéctica infernal. Como no estamos en el movimiento de masas no tenemos grandes dirigentes y porque no tenemos grandes dirigentes, no estamos en el movimiento de masas”. (…)

El Trotskismo bárbaro

Moreno nos enseñaba con franqueza: “En los últimos 10 años tengo una cuota de pesimismo. Nosotros acuñamos la frase “trotskismo bárbaro”, porque desde hace 20 años yo acostumbro a decir en las reuniones internacionales que somos una organización trotskista bárbara e ignorante y que tenemos récord mundial de errores. La nuestra es la primera organización que conozco que hizo su historia en base a errores. Desde joven traté de inculcar que nos equivocamos mucho. Posadas se reía bastante de eso y siempre citaba nuestro informe de actividades en las reuniones de la Cuarta Internacional, porque nosotros siempre comenzábamos diciendo: ‘teniendo en cuenta la incapacidad de nuestra dirección, el carácter deficiente de nuestra formación marxista, el hecho de que venimos de un país atrasado donde no vivimos la cultura occidental, etc’. Esa era nuestra actitud, por eso Posadas le decía a la Cuarta: cómo se va a reconocer como miembro de la Internacional a una organización cuya dirección dice de símismo todo eso”.

El marxismo revolucionario sigue en lucha

Los procesos no son lineales, hoy las luchas heroicas de los pueblos en el mundo, nos muestran un gran cambio en la situación mundial. Los factores objetivos están de nuestro lado para poder recomponer la trinchera revolucionaria y construir el partido obrero y revolucionario y la Internacional. Moreno nos ha dejado una herencia política y teórica que -más allá de tal o cual corrección-, de conjunto tiene plena vigencia para la construcción del partido de la revolución socialista mundial.

Fuentes

1)https://nahuelmoreno.org/escritos/El_Tigre_de_Pobladora_1984.pdf

2) Un siglo de Luchas Ediciones Antídoto

3) Correo Internacional 27 de 1987