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Las recientes elecciones internas representaron un golpe para el gobierno derechista de Lacalle Pou. Así lo muestran los números: el Partido Nacional perdió más de 120mil votos, los colorados 80mil y el ultraderechista y defensor de los torturadores, Cabildo Abierto, 30mil.

Fue expresión de la bronca por las rebajas salariales y el robo de las jubilaciones. Por los escandalosos casos de espionaje, mafia y corrupción vinculados a los casos Marset y Astesiano; por los abusos de G. Penadés; por los acomodos de Irene Moreire y los de Salto Grande; por la joda en la Policía y la Justicia que terminó con renuncias como las de Heber e Iturralde.

El otro elemento de la elección es que el Frente Amplio duplicó su votación, lo que “desbordó sus propias expectativas” (Brecha 5/7/24). Un sector importante de trabajadores expresó su bronca contra el gobierno votando al FA.

El gobierno acusó el golpe y ya empezaron las riñas internas entorno a la elección de la vicepresidencia. Pero las elecciones no fueron el único golpe al gobierno. También lo son la confirmación del plebiscito contra las AFAP y el robo jubilatorio, y el revés judicial contra el proyecto privatizador de Neptuno. Ambos hechos reflejo de la lucha desde abajo.

La dirección del FA ahora se envalentona y a caballo de la bronca contra el gobierno empieza a hablar incluso de ganar en primera vuelta. Sin embargo, esos mismos dirigentes que sostuvieron al gobierno durante las crisis más escandalosas, también han defendido las AFAP y ni siquiera quieren apoyar el plebiscito.

Por eso los trabajadores no podemos tener ilusiones de que las cosas vayan a mejorar para nosotros, gane quien gane, porque todos defienden el capitalismo. Por lo tanto no habrá soluciones de fondo para los obreros de los frigoríficos o de la pesca, para los estudiantes o las mujeres obreras.

Desde abajo, tenemos dos tareas muy importantes.

Una, la de organizarnos para luchar por el triunfo del plebiscito y todos nuestros reclamos, en el camino de construir una dirección sindical clasista, combativa y apoyada en la democracia obrera. Y dos, la de construir un partido revolucionario que luche por el Socialismo Internacional para terminar con este capitalismo cada día más podrido. Para eso te invitamos a construir IST y la Liga Internacional de los Trabajadores – LITCI.