El ex rector Arocena se aseguró de dejarnos algo bien en claro: la Segunda Reforma Universitaria es el camino que él eligió para nuestra universidad, con él como el mesías a cargo. Ahora tenemos un nuevo rector, pero Markarian no se alejó de los planes arocenistas. Según las palabras bonitas de los reformistas, sólo pueden venir cosas buenas: “transformaciones profundas, cogobierno participativo, democratización del conocimiento, desarrollo integral”. Sin embargo, hay más cosas que se esconden por detrás de este proceso.
El cambio quizás más visible en la Universidad son los nuevos planes de estudio, ya implementados en la mayoría de los institutos. Éstos traen grandes promesas, como armar tu propia agenda, elegir materias opcionales e innovaciones en los contenidos. En los hechos la realidad es diferente: se implementaron cupos, lo que impide que muchos estudiantes podamos elegir materias y horarios convenientes con nuestras actividades. Para cualquier persona que trabaje ir a facultad es imposible debido a los pocos horarios y las restricciones que se aplican con los cupos.
En la Facultad de Humanidades el Centro de Estudiantes se ha declarado en conflicto
Denuncian la falta de docentes, cuya plantilla no se ha incrementado desde el 2010, la falta de horarios para quienes estudian y trabajan, y una reforma de los planes de estudio que se lleva adelante por el rectorado contraria a los intereses de los que estudiamos. Desde el 14 de abril una asamblea ha decidido movilizarse y enfrentar estas medidas. La Facultad de Medicina también es víctima de estos nuevos planes y reformas.
En 2009 se implementó un nuevo plan, que acortó los años de estudio de 8 a 7, por lo que los estudiantes se han movilizado. Con este acortamiento de la carrera dos generaciones se superpusieron, y es por eso que este año son 800 los estudiantes que precisan cursar el internado, en lugar de los 350 de años anteriores. Sin embargo las autoridades de UdelaR se niegan a brindar estos espacios, y los cupos son nuevamente los que determinan quienes continúan la carrera y quienes no. A todo esto, también se bajará el número de personas remuneradas, cuando el internado requiere nada menos que 44 horas semanales.
En Psicología, también se ha bajado el número de años de la carrera y los contenidos han caído en picada. Los cupos dejaron a decenas de estudiantes fuera y los pocos horarios generan el abandono de otros. Algunas materias con nombres llamativos (por ejemplo, Herramientas para el trabajo intelectual) brindan una enseñanza totalmente superficial, bajando los contenidos propios de esta contrarreforma educativa.
La mercantilización a la vista
La reforma planteada en los últimos años no se trata de extensión, relación universidad-pueblo y carreras útiles. Se trata de un proceso mercantilista basado en el llamado Plan Bolonia europeo, que busca dar concesiones a las empresas sobre la universidad, haciendo de la educación un gran negocio.
El estado de nuestra educación pública se va deteriorando cada vez más, a pesar de la auto propaganda que Arocena tenga. Fernando Techera, Secretario de Organización de la FEUU afirmó hace unos meses que “La segunda Reforma Universitaria no existe, salvo quizás en el imaginario de alguno. La adaptación de la Universidad de la República (UDELAR) a las demandas del mercado y a las recomendaciones de diferentes organismos internacionales se ha hecho con una parafernalia excesiva. Sin embargo, huelga reconocer la habilidad para fundamentar toda una serie de cambios de los más mercantiles con una retórica tan petulante y vacía. Y junto a lo anterior, el intento gradilocuente para autodenominarse los herederos de los reformistas de Córdoba. Esto es simplemente fantástico.”
Coincidimos totalmente con esto, pero lamentablemente no se pasa de las palabras a la acción para detener esta destrucción de la universidad y la educación pública. Los estudiantes en nuestras facultades debemos organizarnos para exigir a los dirigentes de la FEUU que están contra la mercantilización que convoquen a asambleas en todas las facultades para entre todos decidir como salimos de conjunto a dar una pelea contra la reforma privatizadora del gobierno que continúa con el nuevo rector.