El jueves 8 de julio fue un día de celebración para los trabajadores, trabajadoras y jóvenes quienes con la fuerza, la bronca y la tenacidad hicieron posible que ese día fueran entregadas casi 800 mil firmas para habilitar el referéndum contra 135 artículos de la LUC. A pesar de no haber convocatoria para movilizarse sino solo un llamado a una caravana de vehículos, fueron más de mil personas las que se concentraron a expresar su bronca contenida contra este gobierno ajustador en la puerta de la Corte Electoral.
Hasta entrada la noche, grupos de militantes y trabajadores continuaban los festejos en las inmediaciones de la Plaza Independencia. La alegría por el logro obtenido se extendió hasta el día siguiente y se hizo visible en los lugares de trabajo junto a los comentarios contra el gobierno.
Estas firmas han sido producto del enorme sacrificio que llevaron adelante los militantes sindicales, las mujeres, las bases frenteamplistas y los barrios obreros. Fueron ellos quienes tomaron la tarea en sus manos organizándose para recorrer cada rincón del país. De estos compañeros y compañeras es el triunfo de las 800 mil firmas y la apertura del referéndum. Todo esto a pesar de la pandemia y la limitación del derecho de reunión impuesto por el gobierno antiobrero de Lacalle Pou. Este pronunciamiento popular es un primer golpe para el gobierno y expresión de rebeldía contra su política de ajuste, rebaja de salarios y desocupación.
Este logro se dio a pesar de la actitud que tuvo la timorata dirigencia del FA y del PIT-CNT, quienes demoraron y vacilaron. Primero para no ir contra toda la ley sino solo contra 135 artículos y luego, cuando por fin se comenzó con la campaña, la consideraron en sus inicios como un “error político” y una “bala que no debía gastarse”. Se preocuparon más por el diálogo y las negociaciones con el gobierno. Desconfiaban de la base y pensaban en la derrota antes de empezar. Como reconoció R. Michelini: “nunca imaginamos que la gente esto se lo iba a poner al hombro” (1).
Esta dirigencia solo al final se subió al carro. Esto ocurrió, por un lado, por la presión y la abnegación de las bases que obligó a muchos dirigentes a salir de sus sillones y despachos e ir a recorrer las calles, y por otro lado, para figurar en los medios de comunicación e intentar capitalizar y apropiarse de un triunfo que no les pertenece. Las firmas fueron una conquista de las bases y no de los dirigentes.
El nuevo escenario
Sin embargo, lo fundamental no se decidirá en las urnas sino en la calle. Porque ya tenemos ejemplos de votaciones que triunfaron en las urnas como el referéndum contra las privatizaciones de las empresas públicas o del agua, pero de todas formas en los hechos no se respetan.
Por eso no podemos ni confiar ni esperar los plazos de la Corte Electoral. Ya mismo debemos salir a pelear. Necesitamos unificar la lucha contra la LUC con el resto de los conflictos en curso, organizando una gran pelea desde abajo y en las calles, con los métodos de lucha de los trabajadores. Para esta tarea, solo podemos confiar en nuestras propias fuerzas, porque los dirigentes del FA y el PIT-CNT, como lo demostraron en la campaña contra la LUC, no están a la altura.
Cerca de 27 mil firmas contra toda la LUC
La iniciativa de referéndum contra toda la LUC impulsada por algunas organizaciones minoritarias y de vanguardia, entre las cuales estaba IST, logró 27 mil firmas que son muy valiosas. 27 mil jóvenes, trabajadores y trabajadoras apoyaron una campaña que no contó con ningún apoyo, ninguna financiación ni propaganda masiva. A pesar de ello, logramos junto a algunos sindicatos de base las firmas de muchísimos votantes del FA que desoyeron a sus dirigentes, quienes se dedicaron a atacar y confundir a quienes se disponían a firmar contra toda la LUC. Y estos dirigentes tenían sus razones para atacarnos, sus legisladores de la bancada del FA, acompañando a la derecha, habían votado más de la mitad de los artículos de LUC en el parlamento.
- 98.7FM «La mañana en camino» 6/7/21