El derecho de asilo político en nuestro país tiene una tradición que se remonta por lo menos a la primer presidencia del colorado José Batlle y Ordoñez. Su posición frente a perseguidos políticos y muchos luchadores sociales deportados por esos años de Argentina, permitió que pudieran establecerse en Uruguay, entre muchos otros, un gran número de anarquistas.
Tomamos nota de este dato no para para ensalzar al batllismo como lo hacen actualmente los dirigentes del FA, sino para identificar el proceso histórico, la tradición en la cual se enmarcó el reclamo de asilo a los vascos en 1994 mediante la huelga convocada por el PIT-CNT, la movilización y la solidaridad internacional de esos días.
Operativo y colaboración de Lacalle con España
En marzo 1990 asumía como presidente Luis Alberto Ramón Lacalle de Herrera, padre del actual presidente. Llegaba con él al gobierno el sector más reaccionario del Partido Nacional. Su política era profundizar la privatizaciones y aplicar los planes del FMI. Para eso debía enfrentar los reclamos obreros aumentando la represión y recortando las libertades democráticas. Lacalle sucedió en el gobierno al colorado Julio María Sanguinetti, quien se jactaba que sus gobiernos de mano dura “no habían perdido una sola huelga”.
La persecución en España
En España entre 1983 y 1987 debemos recordar que actuaron los denominados Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL). Esta era una organización para-policial que aplicó el Terrorismo de Estado contra los que ellos señalaban como integrantes de la ETA y “su entorno”.
Este grupo asesino a un total de 27 personas. Varias denuncias obligaron la apertura de un proceso judicial. Allí quedó probado que la organización estaba financiada por altos funcionarios del Ministerio del Interior del Gobierno socialdemócrata de Felipe González.
El seguimiento a los vascos en Uruguay
En 1992 el ministro del Interior Juan Andrés Ramírez (Blanco), comenzó a perseguir a un grupo de ciudadanos de origen vasco. Los mismos eran acusados por el gobierno de España de pertenecer al grupo terrorista Euskadi Ta Askatasuna, ETA (“País Vasco y Libertad”). Según ellos, operaba en nuestro país desde “La Trainera», un conocido restaurante en la calle Charrúa.
En el mes de mayo fue nombrado como nuevo ministro del Interior del gobierno de Lacalle Ángel María Gianola. Ese mes fueron detenidas 30 personas en Uruguay, de los cuales fueron procesados trece, acusadas por falsificación de documento público. España exigía la prisión para diez de ellos y pidió la extradición de ocho.
El gobierno español presionaba tanto con visitas diplomáticas como con millonarios créditos y donaciones a Uruguay. El gobierno de Lacalle decidió levantar la causa en Uruguay de tres ciudadanos: Jesús María Goitia, Mikel Ibáñez y Luis Lizarralde, lo cual permitiría y facilitaría la extradición a España.
En ese marco los tres ciudadanos vascos acusados por el gobierno español comenzaron una segunda huelga de hambre, ya que su extradición era inminente y se encontraban alojados luego de negociaciones en centro hospitalario de Jacinto Vera: El Hospital Filtro.
EL MLN y el FA
El Movimiento de Liberación Nacional (Tupamaros), una guerrilla urbana fundada en los años 60, se había asimilado al FA luego de la dictadura y se constituyó como parte del MPP. En los hechos del Filtro, CX 44, onda radial que en esa época arrendaba el MLN, y la CX 36, del 26 de Marzo, trasmitían en vivo y exhortaban a participar de la concentración.
El domingo 21 de agosto la Mesa Política del Frente Amplio resolvió apoyar el derecho de asilo y convocó también a los frenteamplistas. Una movilización se realizó el día 22 desde la Plaza del Entrevero hasta llegar al Hospital Filtro, «en defensa de la vida y el derecho de asilo». Ese año se realizaban las elecciones y dentro del FA a varios dirigentes les preocupaba perder votos.
Un cambio en la situación
El martes 23 el PIT-CNT decidió una huelga general con una manifestación desde las primeras horas de la tarde que llevó a concentrar a muchos trabajadores en las inmediaciones del Filtro. Pero a la medianoche dio marcha atrás y resolvió levantar -por 19 votos contra 15- la huelga general.
Así el día 24 a pesar de mantenerse una gran concentración, la situación habían cambiando. Los apoyos se habían reducido y la mayoría de la dirigencia sindical burocrática dejaba aislada la pelea por el derecho al asilo político.
Los candidatos del FA, Tabaré Vázquez, Liber Seregni y Mariano Arana, apenas pasaron unos minutos por la concentración. Se querían desligar para cuidar los votos de las elecciones que serian ese año. Este aislamiento y en los hechos complicidad con el gobierno de Lacalle preanunciaba lo que finalmente se vendría.
El encierro para una bestial represión
Quienes estábamos allí el día 24 podíamos ir verificando un cerco sobre la concentración. Con sus escudos sobre Bulevar Artigas, un fila robusta de la Guardia de Coraceros contenían la aproximación de los manifestantes, hacia una de las entradas del hospital frente a comisaria 13.
En lo que hoy es el Nuevo Centro Shopping se encontraban en esa época los talleres de Cutcsa. Enormes galpones donde estaban escondidos una numerosa guardia a caballo que cerraba la parte lateral hasta la avenida Luis Alberto de Herrera. En el correr del día la guardia montada reprimió repetidamente con sus sables a quienes nos manifestábamos.
Cerca de las 20 horas los patrulleros entraron desde el otro extremo de Herrera y Bulevar Artigas a los balazos desde sus ventanillas. Falsas ambulancias acompañando a alta velocidad fueron la señal para aplicar ya sin más un violenta represión.
Se usaron “escopetas que disparaban balines de 6 y 9 mm y revólveres calibre 38 que causaron unos 90 heridos y pudieron haber provocado más muertos. Así lo reconocieron los principales responsables: el entonces presidente Luis Alberto Lacalle y su ministro del Interior Ángel Gianola. El presidente lamentó no haber planificado mejor la operación”
Los asesinatos de Morroni y Facal
Nuestra corriente IST, en ese momento Convergencia Socialista, llamó a investigar, juzgar y castigar a todos los responsables materiales e intelectuales del gobierno frente a la bestial represión que terminaron con la vida de Fernando Morroni y Roberto Facal. Cientos de heridos, un enfermero que recibió 4 disparados por atender heridos y muchas más atrocidades fueron cometida bajo el régimen democrático burgués del gobierno de Lacalle.
Las tareas democráticas y la unidad de la lucha
Igual que sucede los 20 de mayo, el 24 de agosto no puede ser algo aislado, una reivindicación que conmemora una o dos veces al año. Las tareas democráticas no resueltas, que desde IST apoyamos, tienen la necesidad de se unificadas de forma conciente. Hay que construir una amplia unidad para movilizar y profundizar esta pelea con todos los sectores, sindicatos, organizaciones y partidos que defienden los Derechos Humanos . Esa lucha debe profundizarse, para lo cual hay que abrir un debate fraterno y crítico.
La clase trabajadora debe encauzar la lucha y la fuerza de miles que continuamos reclamando Juicio y Castigo a los culpables, que como consigna de transición cuestiona y apunta en los hechos y de forma objetiva a los gobiernos de turno y al propio sistema capitalista.
Fuentes
https://brecha.com.uy/mantuvimos-una-negociacion-gobierno-lacalle