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Un primer Balance:

Las luchas y el repudio al gobierno de Lacalle

Ha pasado más de un año de la fecha en la cual la enorme mayoría de las y los trabajadores uruguayos rechazábamos en las urnas la continuidad del gobierno de derecha de los Lacalle, Manini Rios y Sanguinetti. Aquel resultado electoral expresó, de forma distorsionada, un conjunto de movilizaciones y luchas que venían rechazando el paquete de medidas antiobreras de la LUC, la liquidación de la educación pública con la “Trasformación Educativa”, la privatización del agua con el proyecto Neptuno, el aumento de la edad para jubilarnos a los 65 años, los salarios de miseria, el aumento de la pobreza, de las ollas populares, de la precarización, de los despidos y la impunidad.

Fue el rechazo a la escandalosa corrupción donde conocimos a los Astesiano y los Marset; a toda una política de sometimiento al imperialismo norteamericano y la sumisión de todos los partidos de la coalición de derecha a los planes de saqueo imperialista contra nuestro país.

A caballo de estas luchas, los escándalos y las crisis incesantes del gobierno, se fue gestando un amplio repudio contra el mismo que terminaría en una dura derrota electoral de la cual hasta hoy los dirigentes “multicolores” se siguen pasando facturas.

La primera vuelta y el plebiscito

Dentro de esa bronca y esas luchas se conquistó con una campaña desde abajo llevar a plebiscito el tema de la Seguridad Social. Una campaña de los militantes de base, que recolectó 800mil firmas en plena pandemia y que dividió a la alta burocracia sindical que no quería llevar esa tarea adelante.

La recolección de firmas por el plebiscito comenzó a mostrar con mucha claridad al conjunto del pueblo uruguayo que gran parte de la dirigencia que se dice de “izquierda” agrupada en el FA, se unía sin sonrojarse a la derecha corrupta y represora en su campaña contra la propuesta que encabezaron las y los trabajadores de la Seguridad Social.

Yamandú Orsi, Carolina Cosse, Mujica y una larga lista de dirigentes del FA, aconsejaron no votar el plebiscito. Nos decían que ellos lo solucionarían si ganaban las elecciones. Pero a pesar de esta furibunda campaña en contra que unió a los grandes empresarios, los partidos de la derecha y la inmensa mayoría de los dirigentes del FA -y teniendo en cuenta que el terreno electoral es el más favorable para la burguesía-, la papeleta del SI, aunque no ganó, recibió cerca de un millón de votos.

Este hecho en sí mismo ya mostraba un síntoma muy importante y progresivo: miles y miles de trabajadores, de estudiantes, de jubilados, desobedecían el “mandato” de la dirección del FA. Y no solo eso, sino que ya se comenzaban a escuchar cada vez más alto, las críticas de las bases frenteamplistas a sus dirigentes por su posición vergonzosa y anti-obrera.

La segunda vuelta

A pesarque las encuestas daban un final incierto por un resultado que sería parejo, no hubo que esperar mucho tiempo después del cierre de las urnas: Orsi ganó por 4 puntos de diferencia. La mayoría de los trabajadores volvía a llevar al FA al gobierno.

En los festejos de la noche del 24 de noviembre cuando fue derrotado el delfín de Lacalle Pou, Álvaro Delgado, se produjeron manifestaciones espontáneas y masivas. La más grande fue en la Plaza Independencia y por 18 de Julio, pero también hubo celebraciones en muchos barrios populares. Trabajadoras y trabajadores salieron a expresar su mezcla de alegría y bronca que quedó plasmada en la frase de una votante del FA que decía “se va el gobierno pillo, de los corruptos y los pedófilos”.

Desde IST, tanto en primera como en segunda vuelta, hicimos campaña junto al Frente de Trabajadores, para construir una izquierda socialista por fuera de el FA, que para nosotros ya no tenía ni tiene nada de “progresista”. A más de un año de esa elección es momento de hacer un primer balance del gobierno de Orsi, Oddone y la política que ha llevado adelante.

EL FA gobierna y no cambia el rumbo

Contra las esperanzas de muchos trabajadores, ya en la transición de gobierno llegaron los mil despidos en Yazaky. La patronal no da marcha atrás y no pasa nada. Poco tiempo después se conocerán públicamente los dichos lamentables y tan repudiados de Lucia Topolasky, que para favorecer a los torturadores y violadores de DDHH presos en Domingo Arena afirmó que en los juicios para llevar a prisión a los golpistas y asesinos, “algunos mintieron”.

Luego de ello conoceremos que la Ministra de Vivienda del FA, Cecilia Cairo, no pagó la contribución en los últimos 30 años. En el mes de abril luego de muchos cuestionamientos y varias idas y venidas, la Ministra presentó su renuncia. En mayo la vicepresidenta de la Administración Nacional de Puertos, Alejandra Koch, también presentó su renuncia tras conocerse que “había ascendido a su esposo, Ricardo Suárez, y a un chofer, además de a otras cuatro personas durante el gobierno de Luis Lacalle Pou”.

Siguió el año, y para los trabajadores continuaron los despidos, las patronales especulan y cierran por meses varios Frigoríficos. El gremio de SOOFRICA recibe un gran golpe ante el despido del dirigente Raúl Torres en el Frigorífico Canelones, propiedad de Minerva Foods. Las prórrogas y extensiones del seguro de paro, suspenciones y despidos, pre anuncian un 2026 muy complejo para los trabajadores de la carne.

Oddone: un símbolo de la cada vez mayor derechización de los dirigentes del FA

Una de las figuras de gobierno más repudiadas por los trabajadores es el Ministro de Economía, Gabriel Oddone. Un fiel representante de los organismos internacionales y defensor de las políticas antiobreras. En el mes de julio -y en varias ocasiones más-, Oddone, sin sonrojarse, elogió la gestión de Milei en la Cumbre del Mercosur afirmando que «Argentina logró un gran avance». El ministro declaraba esto en medio de los despidos masivos, rebajas de salarios y represión que aplica en “plan motosierra” contra las y los trabajadores argentinos.

Las movilizaciones por Palestina y la bronca contra el gobierno

Frente a esta realidad, los trabajadores, las bases y los jóvenes no se quedaron de brazos cruzados esperando por las bonitas promesas de campaña. Rápidamente comenzaron las luchas y las manifestaciones.

Las movilizaciones contra el genocidio en Palestina, que resonaron en todo el mundo, también fueron creciendo en nuestro país. Los propios comité de base del FA comenzaron a colgar banderas por Palestina y a denunciar el genocidio, mientras crecían las críticas desde las bases al presidente, que se negaba a utilizar el término genocidio. Lo que reflejaba la discusión era mucho más que el uso de una “palabra”. Era un cuestionamiento a la política del gobierno de Orsi, que se alineó claramente con Israel y mantuvo una postura cómplice con el sionismo. La última protesta por Palestina no solo fue la más grande en número -se estiman entre 20 y 30mil personas-, sino que tuvo un importante eje de fuerte crítica al gobierno. Esto se evidenció en pancartas que decían “La posición del gobierno uruguayo es una vergüenza” y los cánticos de jóvenes que decían “Orsi, tibieza, tu cara da vergüenza”.

Por otra parte, en el marco de ocupaciones estudiantiles por presupuesto y el 6+1%, en la lucha de los docentes y funcionarios de la Udelar, explotó el conflicto de las maestras en la enseñanza que pararon 72 horas por la violencia social, que ahora irrumpe dentro de las escuelas y que expresó una fuerte bronca contra el gobierno que no ha dado ningún tipo de respuesta de fondo. Hay que destacar también la lucha que hace meses vienen dando los trabajadores tercerizados del MIDES (SUTIGA) por el derecho básico de cobrar su salario: el gobierno del FA y el Ministro “socialista”, Gonzalo Civila, violan los derechos más elementales de los trabajadores.

A esto hay que agregar que recientemente el gobierno del FA por medio de su presidente Yamandú Orsi, admitió que habló con el presidente de la Suprema Corte de Justicia por los presos en la cárcel de Domingo Arena. Ante ello Familiares de desaparecidos consideraron «llamativa e improcedente» la reunión de Orsi con presidente de la Suprema Corte de Justicia, por los militares presos por violaciones a los Derechos Humanos, que incluyen condenas por torturas, asesinatos, desaparición y violación entre otros.

Estas luchas y la bronca que se expresan por abajo reflejan que cada vez existe menos confianza en los dirigentes del FA. Cada vez con mayor claridad los trabajadores comienzan a ver que este es un gobierno de los grandes capitalistas, que no da respuestas a los reclamos obreros. Estos elementos hacen prever que el comienzo del año en 2026 vuelva a poner a la orden del día, más temprano que tarde, nuevas luchas y conflictos.

¿Qué hacer frete a esta realidad?

Este gobierno del FA, poco o nada a cambiado de la política económica del gobierno de Lacalle Pou. Podemos afirmar que ha sido más de lo mismo. Pautas salariales que no cubren los aumentos reales de precios, vía libre a las patronales que despiden, un ministro de economía que elogia a Milei, un presidente que se alinea con Israel y en el parlamento una alianza para tener mayoría parlamentaria, que lleva a votar unidos a el FA y la ultraderecha de Cabildo Abierto. Con esos votos es que se aprobó el presupuesto, que está al servicio del gran capital y el FMI. Este gobierno del FA, Incluso se ha negado a gravar con el 1% al sector más rico de la sociedad, a pesar de ser esa una propuesta totalmente insuficiente.

Estos hechos evidenciaron una crisis en el FA y crece la bronca por abajo contra los dirigentes. Así surgieron voces criticas en su interior, que buscan canalizar las criticas “por adentro” para evitar que algún sector rompa. Una expresión de lo que decimos se plasmó en reuniones públicas denominadas “Frenteamplistas tenemos que hablar”. Desde IST creemos que más allá que pueda haber honestos compañeros que busquen un cambio allí, lamentablemente no lo encontrarán. Porque por todo lo que expresamos en es esta nota, el FA caducó, no sirve a los intereses de los trabajadores, incluso como una fuerza electoral o partido reformista. Ya no es ni siquiera progresista.

Este hecho forma parte de un proceso en toda Latinoamérica. Las luchas obreras y populares contra los planes de ajuste del imperialismo y las patronales están profundizando el enfrentamiento y desnudando a los distintos gobiernos que se dicen progresistas: así está sucediendo con el peronismo en la Argentina, con Boric en Chile o con Lula en Brasil. Porque su política de conciliación de clases los llevó a un callejón sin salida: más capitalismo, más explotación y más sometimiento al imperialismo.

Nosotros los socialistas agrupados en IST, nos encontraremos en 2026 como lo hicimos este año, con los compañeros en lucha como los tercerizados del MIDES, los trabajadores de frigoríficos, de los supermercados, en la educación pública con docentes, funcionarios y maestras, y con los trabajadores que seguro darán batalla contra este plan económico al servicio de los patrones y los mas ricos.

En ese camino les propondremos que además de las importantes peleas que damos a nivel sindical, hay que comenzar a construir una izquierda revolucionaria y socialista. No podemos dejar que la decepción con el gobierno y los falsos izquierdistas terminen llevando agua al molino de los ajustadores y represores como Milei.

Para ello es necesario darle la espalda a los dirigentes del FA que se acomodaron en el capitalismo y fundar un partido de las y los trabajadores, socialista y revolucionario, por fuera del FA. Necesitamos una izquierda revolucionaria independiente de la patronal el gobierno y los burócratas sindicales. Te llamamos a acercarte a conversar, a que nos ayudes a construir la izquierda obrera socialista y revolucionaria.