Penadés fue imputado por 22 delitos y fue a parar a una cárcel vip de Florida. Muchos adolescentes fueron abusados por este político que se paseaba impunemente por los pasillos del Palacio Legislativo y tenía a varios ayudándolo a conseguir víctimas. Menores de edad, pobres, a los que les hacía promesas usando su poder económico y político.
Cuando la información salió a la luz, Penadés tuvo apoyo de muchos miembros del Partido Nacional y hasta del presidente, quien lo defendió en los medios diciendo «sería un mal amigo si no le creo, no tendría confianza». Y la coalición no se quedó atrás, porque Domenech, de Cabildo Abierto, declaró que era un «circo romano», que se negaba a condenar a Penadés y que había motivaciones políticas en la denuncia.
Pero el encubrimiento no nos sorprende en este sistema, es cuestión de mirar otros casos anteriores que fueron tapados, como el caso conocido como Operación Océano, donde los culpables siguen sueltos y campantes a pesar de las pruebas. Recordemos también a Horacio de los Santos, de la intendencia de Paysandú, a quien le redujeron la pena por el caso conocido como la Casita del Parque.
¡Cárcel común para Penadés y todos los políticos abusadores y corruptos!
A todo esto, se suma que el propio Penadés intentó utilizar su orientación sexual como excusa, diciendo que era el motivo por el que estaban en su contra. Décadas de lucha de un sector oprimido
usadas como argumento de un abusador de menores, faltando el respeto a quienes día a día realmente son excluidos por ser parte de la comunidad LGBTIQ. A pesar de que el apoyo ya no es tan descarado, sigue estando por lo bajo.
Sino no se explica que Penadés no vaya a una cárcel común. Mientras cientos de presos pobres viven hacinamiento y hambre, incluidas mujeres que están presas por delitos menores, Penadés duerme con todos sus lujos, después de abusar de decenas de niños y adolescentes. Lo peor es que dentro de este sistema Penadés es solo una muestra de lo que hay escondido
El abuso de menores, el machismo y la corrupción tienen vía libre, y muchos no llegan a ser imputados, sino que se oculta su accionar constantemente. Por eso necesitamos tirar abajo este sistema que encubre y violenta. ¡Digamos basta de una vez por todas!