La derrota electoral de Bolsonaro en Brasil y los sucesos posteriores de cortes de ruta por parte de un sector de sus seguidores ultraderechistas, los cuales empezaron a ser combatidos por trabajadores que se organizan para disolver los bloqueos, abren un nuevo capítulo de la profunda crisis política que afecta al país. Augura que el enfrentamiento entre las clases se agudiza en el gigante de Latinoamérica y sus consecuencias repercutirán en todo el continente.
Estos sucesos se enmarcan en una crisis capitalista mundial que se sigue agravando. Los organismos internacionales prevén una recesión mundial para 2023 y algunas voces hablan de otro shock como la crisis financiera de 2008/09, está vez más profunda. La inflación más alta en 40 años en Estados Unidos y el mundo, el desplome del crecimiento en China y la crisis energética europea con la guerra en Ucrania como telón de fondo, están alimentando el fenómeno.
Ante ese panorama, la burguesía imperialista yanqui aumenta el saqueo del planeta fortaleciendo el dólar, lo que entre otras cosas encarece más la deuda externa de los países, la cual ha aumentado considerablemente con la pandemia debido a los préstamos que las naciones tomaron de los organismos internacionales.
El presidente del Banco Mundial (BM), David Malpass, advirtió que el mundo se encamina a una nueva ola de crisis de la deuda. Todos estos síntomas marcan la gigantesca crisis capitalista mundial que se va gestando y de la cual atravesamos los primeros momentos. Los trabajadores debemos prepararnos para una dura pelea por una salida obrera y socialista a la crisis.
Arbeleche en Washington
En Uruguay el gobierno y la burguesía ya comienzan a ver las primeras complicaciones que se asoman producto de esta crisis mundial. Después de amasar fortunas con exportaciones y precios récord se espera una baja importante de ambas cosas, lo cual lo obliga a aumentar el ataque a los trabajadores para mantener las ganancias patronales y cumplir con el sometimiento al imperialismo.
Así fue que la ministra de economía, Azucena Arbeleche, viajó a mediados de octubre a Washington para exponer frente a autoridades del Banco Mundial y el FMI lo bien que hace los deberes. Mostró los resultados de la “regla fiscal” que se aprobó con la LUC, cuya función es recortar el presupuesto público en salarios, salud, educación, etc, para así pagar la deuda externa.
En ese sentido, FENAPES ha denunciado el recorte de 80 millones de dólares del presupuesto educativo en este año. Y mientras tanto, se prevé que el año próximo el gobierno destine más de 3.700 millones de dólares al pago de intereses y “amortizaciones” de la deuda. Esta cifra es casi el doble del presupuesto que se le brinda a la educación.
Arbeleche también habló en EEUU de las “reformas estructurales” que el gobierno está llevando adelante. Se refería a la entrega de la educación y nuestras jubilaciones, dos reformas que esos organismos internacionales exigen para seguir lucrando y robando los recursos y derechos de los trabajadores y que el gobierno antiobrero de Lacalle Pou se viene empeñando en realizar.
El paro del 15, las luchas y la dirección
Por abajo las luchas y la bronca contra el gobierno y sus ataques continúan. Tanto es así, que la burocracia sindical se ha visto obligada por esa presión de las bases a convocar un paro parcial para el 15 de noviembre. Este paro que desde las bases debemos hacer que sea contundente es una nueva oportunidad para tomar impulso, movilizarnos, profundizar la organización desde abajo y colocar como objetivo la derrota de las reformas antiobreras del gobierno, al contrario de lo que quiere la alta cúpula del PIT-CNT, que solo quiere diálogo y apaciguar la pelea vendiendo la ilusión de que esperando y votando un gobierno del FA -¡en dos años!-, nuestros problemas se solucionan.
Por eso desde la lucha educativa y el resto de los conflictos en curso tenemos la tarea de construir una nueva dirección que se apoye en la democracia obrera, que quiera enfrentar en serio al gobierno para derrotarlo, que retome la solidaridad obrera internacional y cuyo horizonte sea la destrucción del capitalismo.
● Por un gran paro el 15 de noviembre!
● No al pago de la deuda externa, ruptura con el FMI y el BM!
● Abajo la reforma educativa y de la seguridad social!
● ¡6+1% ahora!
● Solidaridad internacional: viva la organización obrera contra las provocaciones bolsonaristas!
● Por la unidad socialista de América Latina.