
Reproducimos extracto del libro «Conversaciones con Nahuel Moreno» (1986)
“Yo diría más bien que la mayor parte de mi militancia política ha estado, sigue estando, volcada al partido mundial, a la construcción de la Cuarta Internacional. El partido mundial es la prioridad número uno del movimiento obrero, porque existe una economía y una política mundial, a la cual están supeditadas las realidades nacionales.
El imperialismo aplica una sola política, a través del FMI, a todos los países, adelantados o atrasados, que tengan deudas con la banca internacional. Y esto que decirnos con respecto a la deuda externa, es cierto en todos los terrenos de la política y la economía.
La existencia de una política mundial es característica del capitalismo y, puesto que se trata de derrocar a éste, se necesita un instrumento acorde con esa realidad y esa tarea.
El movimiento de masas mundial requiere distintas herramientas para cada uno de los problemas que plantea la lucha de clases. Para luchar en el terreno económico la clase obrera creó los sindicatos. No es casual que las primeras organizaciones sindicales nacieran en Inglaterra, la cuna de la revolución industrial. Pero de la necesidad de elaborar una política mundial no se deriva necesariamente la necesidad de una organización mundial. Justamente yo quiero demostrar lo contrario.
Sigamos con el ejemplo anterior. Los obreros necesitan sindicatos para luchar por sus salarios, estabilidad laboral, etcétera, contra sus explotadores nacionales. Necesitan partidos políticos para defender sus intereses de clase. En el terreno internacional necesitan un movimiento sindical unido. Desgraciadamente, esas organizaciones se han perdido (…). La economía mundial exige el desarrollo de grandes organizaciones sindicales internacionales. Su ausencia significa un gran retraso para el movimiento de masas.
Entrevistador: Por lo que acaba de decir, parece que esas organizaciones sindicales internacionales existieron alguna vez.
Efectivamente, y tuvieron mucha fuerza. Existió una internacional sindical amarilla y paralelamente a ella la Internacional Sindical Roja, creada por la Tercera Internacional, que fue
muy fuerte, muy bien organizada. La Federación Sindical Internacional (llamada “amarilla”) agrupaba a los sindicatos dirigidos por los partidos socialdemócratas europeos. Desapareció durante la Segunda Guerra Mundial. La Internacional Sindical Roja fue creada por la Tercera Internacional —y disuelta junto con ella por Stalin— para agrupar a los sindicatos fundados por los comunistas en oposición a la burocracia reformistas.
Cada tarea requiere una organización específica, no creo en la espontaneidad en ese terreno (…). Yo diría que la construcción de los partidos nacionales y la internacional es un proceso combinado. En primer lugar, para intervenir en la lucha de clases es indispensable partir de un análisis correcto de la situación nacional. La tarea de hacer ese análisis y elaborar la política y lo que llamamos la “línea” del partido —es decir, la combinación de tareas y consignas que proponemos para movilizar a las masas y construir el partido— es tarea en primer término del partido nacional.
Pero ese análisis sólo puede ser completo en el contexto de una apreciación correcta de la situación internacional (…). No es casual que en nuestros congresos partidarios la discusión de la situación mundial preceda al punto nacional en el orden del día. Pues bien, es aquí donde la organización internacional aunque sea pequeña y débil como la LIT-CI cumple un papel indispensable, al recoger las experiencias y opiniones de militantes y dirigentes de muchos países. El análisis siempre va a ser más amplió, más rico, que el que pueda elaborar un partido nacional, por brillantes que sean sus dirigentes.”