Día Internacional de los Trabajadores
1. El 1° de Mayo es un día internacional de lucha de la clase obrera, y no un día de fiesta. No se puede festejar que haya 200 millones de desempleados en el mundo. Según la OIT, solo un cuarto de los trabajadores tiene empleo estable y los salarios son cada vez menores. No alcanza hasta fin de mes para la mayoría de los trabajadores del mundo.
Los planes neoliberales atacan derechos mínimos, como la jubilación y las vacaciones. Los pobres mueren antes de ser atendidos en los hospitales públicos. Incluso en los países imperialistas la crisis de la salud y la educación públicas es cada vez mayor. La policía entra en los barrios pobres como tropa de ocupación, matando indiscriminadamente. Eso ocurre también en los países imperialistas en que se atacan las libertades y se reprime cada vez más, como en Francia y en el Estado español.
Cada día que pasa continúa destruyéndose sin freno el medio ambiente para acumular ganancias.
El capitalismo utiliza la opresión para aumentar aún más la explotación y dividir a la clase obrera. El odio contra los inmigrantes, la violencia machista y racista, la homofobia, arrojan a trabajadores contra trabajadores, lo que facilita la dominación de la burguesía.
En los barrios pobres de las periferias de las ciudades del mundo una bronca profunda está creciendo. Es allí que se puede sentir la realidad de la población, y no en los corredores elegantes de los shoppings centers de las ciudades.
2. Trump gobierna los Estados Unidos mostrando que la verdadera cara del imperialismo es la cara de la ultraderecha, del militarismo, del machismo, del racismo, de la homofobia, de la represión, de la destrucción ambiental.
Trump intenta arrojar a los trabajadores blancos contra los negros, las mujeres y los inmigrantes. Habla de conseguir más empleos para los blancos, como si fuesen los otros trabajadores los responsables por la crisis. El verdadero proyecto de Trump es dividir a los trabajadores y conseguir imponer un ataque durísimo no solo a los inmigrantes y negros sino también a los trabajadores blancos, que verán sus salarios aún más rebajados y sus derechos sindicales cancelados.
La reacción contra Trump, con una movilización de tres millones de personas en su primer día de gobierno, mostró que la polarización de la lucha de clases llegó al corazón del imperialismo. Para este 1° de Mayo los trabajadores de los Estados Unidos, en especial sus sectores más explotados –los inmigrantes– están organizando una gran movilización de repudio a Trump.
Trump quiere imponer los intereses de las multinacionales norteamericanas en todo el mundo, usando la fuerza militar y la cobardía de los gobiernos sumisos.
Los recientes bombardeos en Siria y Afganistán, así como la amenaza a Corea del Norte, se convierten en una seria amenaza a los trabajadores y pueblos del mundo. Este Primero de Mayo tenemos que denunciar esto con toda nuestra fuerza, y rechazar su política imperialista de agresiones militares.
No obstante, en muchos países surgen movilizaciones enormes contra Trump, mostrando que la conciencia antiimperialista crece fuertemente en el mundo.
3. Los gobiernos imperialistas europeos como los de Hollande (Francia), Cameron y May (Gran Bretaña), Gentiloni (Italia) o Rajoy (Estado español), aplican planes neoliberales cada vez más violentos contra los trabajadores en sus países, para intentar sobrevivir a la competencia interimperialista.
Pero las crisis políticas importantes y crecientes en Europa –como la del Brexit, y la inestabilidad de esos gobiernos– muestran una polarización creciente en Europa. La Unión Europea, que explota y oprime a todos los europeos al servicio de los bancos y de los imperialismos más fuertes, ya muestra señales de agotamiento.
4. Los gobiernos de los países semicoloniales aplican los mismos planes neoliberales, aún con mayor dureza. Es así con los odiados gobiernos de Temer (Brasil), Macri (Argentina), Peña Nieto (México), Cartes (Paraguay). Es también el caso de Grecia, que se tornó una semicolonia alemana. Las enormes crisis políticas vividas en esos países indican que los trabajadores se cansaron de aceptar esos ataques. Es hora de derribar esos gobiernos que solo atacan a los trabajadores, al servicio de las multinacionales.
5. Los trabajadores en todo el mundo deben reflexionar sobre el papel de los partidos “reformistas” y “nacionalistas”. La enorme crisis actual de gobiernos como los de Hollande, Maduro, Bachelet, se explica porque aplicaron los mismos planes neoliberales de los gobiernos de la “derecha”. La crisis y caída del gobierno Dilma del PT en el Brasil tiene la misma explicación. Los gobiernos de esos partidos son también agentes útiles de las burguesías y del imperialismo.
Cuando esos partidos se colocan en la “oposición”, es para conseguir algún capital electoral e intentar volver a los gobiernos para aplicar los mismos planes neoliberales.
6. Los partidos que se presentan como la nueva izquierda antiausteridad, radical y altermundista, alternativa a la socialdemocracia, tienen la misma práctica al llegar al gobierno.
Ese es el ejemplo que nos da Syriza en Grecia, que subió diciendo que no aceptaría la austeridad y la pérdida de derechos, y cuando llegó al poder, incluso después de que el pueblo lo rechazó en un plebiscito está aplicando el más duro de los planes neoliberales en el país. Esa también es la trayectoria del Bloque de Izquierda en Portugal, que apoya el gobierno del PS portugués.
Estos partidos antiausteridad de hoy son la socialdemocracia de mañana. Podemos, en el Estado español, va a seguir el curso del PSOE, como mostró con su desempeño en la prefectura de Madrid.
Alertamos a los trabajadores que el PSOL en el Brasil quiere seguir los mismos rumbos del PT. No es por casualidad que Lugo (Paraguay) defendió junto con el gobierno de derecha de Cartes la enmienda que permitía la reelección, repudiada por el pueblo paraguayo que incendió el Congreso.
7. Las burocracias sindicales en todo el mundo ayudan a mantener la dominación y la explotación de la burguesía. Aferrados a los privilegios de los aparatos, ayudan a los partidos reformistas y burgueses en el gobierno, o en la “oposición”, a frenar las luchas de los trabajadores. No es por casualidad que muchos trabajadores terminen distanciándose de los propios sindicatos por el papel de sus direcciones.
Es necesario fortalecer el surgimiento de nuevas direcciones desde las bases, comprometidas con las luchas y la democracia obrera.
8. Los trabajadores de China y de Cuba tienen que enfrentar todavía hoy dictaduras capitalistas que en nombre del socialismo atacan a los trabajadores y enriquecen a una nueva burguesía surgida de la vieja burocracia de los respectivos partidos comunistas. En esos países, los trabajadores tienen que luchar duramente por la libertad de organización.
Los partidos que mantienen la herencia de los viejos partidos comunistas, agrupados en el llamado castro-chavismo, partidos de matriz estalinista, acumulan crímenes contra las luchas de los trabajadores y los pueblos. El apoyo al genocida al-Assad, responsable por la muerte de medio millón de personas y la huida del país de doce millones de sirios, es una traición que no será olvidada.
En Venezuela, bajo el discurso falso de socialismo del siglo XXI y de lucha contra el imperialismo, Maduro toma una medida después de otra para atacar a los trabajadores en sus derechos democráticos, mientras el pueblo no tiene acceso siquiera a los productos básicos y a la comida.
9. Las grandes empresas gobiernan el mundo. Ellas financian las campañas de los partidos y después consiguen lo que quieren de los gobiernos. La “democracia” de los ricos no tiene nada de democracia. Los partidos de la “derecha” y de la así llamada “izquierda” son financiados por las grandes empresas y por eso aplican los mismos planes neoliberales. El pueblo vota, pero no decide nada. Quien manda son las grandes empresas.
Las ocho personas más ricas del mundo –dueños de las grandes empresas multinacionales– ganan tanto como la mitad más pobre de la humanidad. El lujo de las casas, los automóviles, las fiestas de la burguesía es escandaloso.
La corrupción aparece en todos los gobiernos. Y los diarios de la burguesía quieren mostrar que “todos son corruptos”. Eso no es verdad. Corruptos son los políticos y partidos financiados por las grandes empresas y bancos que los corrompen para dirigir los Estados nacionales.
10. El mundo es construido por los trabajadores. Son las manos de los trabajadores y trabajadoras que cultivan los alimentos, hacen los automóviles y las casas, los hospitales y las escuelas, los celulares y las computadoras. Son los mismos trabajadores que no consiguen alimentarse, educarse, vestirse y tener una salud y educación dignas.
El capitalismo es el padre de las opresiones, de la represión y de las guerras, y de la destrucción acelerada del medio ambiente. Si los trabajadores estuviesen en el poder y pudiesen liberar el desarrollo de las fuerzas productivas sería posible acabar con el hambre y el desempleo en el mundo, ya en los días de hoy.
11. El 1° de Mayo en todo el mundo debe ser un grito de guerra por la lucha. Vamos a unir a los trabajadores para derrumbar los planes neoliberales y los gobiernos que los sostienen. Vamos a exigir de las direcciones sindicales la unificación de las luchas en dirección a huelgas generales que apunten el camino del futuro. Vamos a llamar a la población explotada y oprimida a derrotar las dictaduras capitalistas.
Vamos a construir organismos democráticos de los trabajadores, nuevas direcciones para las luchas, desde las bases. Vamos a unificar las nuevas direcciones en coordinadoras de luchas.
12. Es posible tener un mundo mejor para nuestros hijos e hijas. No es verdad que siempre fue así y que siempre será. Este 1° de Mayo es hora de levantar nuevamente bien alto las banderas del socialismo.
En 2017 conmemoramos el centenario de la Revolución Rusa. Esa experiencia histórica mostró que es posible cambiar el mundo. La expropiación de la burguesía y la planificación de la economía provocaron el mayor cambio ya visto en la historia económica. Acabó con la miseria y el hambre. El pueblo pasó a tener educación y salud de calidad, la lucha de las mujeres tuvo un avance histórico con el derecho al divorcio, al aborto y al salario igual al de los hombres. El casamiento entre homosexuales fue aprobado por las cortes soviéticas. La opresión sobre las nacionalidades de la Rusia zarista se transformó en una unión libre, en la URSS.
En los primeros años de la Revolución Rusa, antes de la burocratización estalinista, el proletariado ruso estuvo en el poder. Nunca hubo democracia igual. Al contrario de la actual “democracia” de los ricos, en la democracia obrera los que trabajaban decidían los rumbos del país.
Para que ese proceso grandioso se diese, fue necesario que un partido revolucionario, el partido bolchevique de Lenin, encabezase y llamase a construir la Internacional Comunista.
Hoy en 2017 es más actual que nunca la necesidad de construir un partido revolucionario y una internacional revolucionaria.
La propaganda imperialista intentó apagar de la memoria de la humanidad esos avances, igualando lo que fue la Revolución Rusa con el régimen burocrático y totalitario estalinista que acabó restaurando el capitalismo. Pero la crisis capitalista trajo de nuevo las ideas socialistas. El socialismo vuelve a ser hablado en todo el mundo.
Y nuestras banderas rojas están erguidas en este 1° de Mayo con el orgullo de los socialistas revolucionarios.
Venga con nosotros a luchar contra los planes neoliberales del imperialismo y sus gobiernos. Venga con nosotros a construir partidos socialistas revolucionarios. Juntos construiremos la Liga Internacional de los Trabajadores.
¡Viva el 1° de Mayo de lucha de los trabajadores!
¡Fuera Trump y el imperialismo!
¡Fuera las bases y las intervenciones militares imperialistas!
¡Abajo los planes neoliberales! ¡Fuera los gobiernos de la burguesía!
¡Ninguna confianza en los partidos reformistas!
¡Sigamos el ejemplo de la Revolución Rusa!
¡Viva el socialismo revolucionario!
Secretariado Internacional de la Liga Internacional de los Trabajadores – Cuarta Internacional