Foto Martha Passeggi

La crisis del agua que se ha instalado desde hace varias semanas se sigue agravando mientras el gobierno de Lacalle Pou nos miente en la cara. Nos quieren hacer creer que tienen las cosas bajo control cuando en realidad solo esperan que llueva como “medida de fondo”, mientras nos informan “en tiempo real” las semanas que nos quedan antes de agotar las reservas de agua dulce.

Tan grande es la tomada de pelo que tuvieron que pasar varios días a partir de que nos sacaron el agua potable para que el gobierno saliera a hacer algún tipo de anuncio o conferencia con esos discursos mentirosos. Mientras cada rincón del país hablaba sobre el problema del agua y la bronca se expresaba en todas las conversaciones entre los trabajadores, el gobierno callaba. ¿No querían generar alarma? ¿Pensaron que si no hablaban nadie se daría cuenta de la grave situación? ¡Este gobierno de los ricos nos miente y nos toma el pelo!

El escenario es impredecible y no se avizora una salida en el corto plazo. El discurso “tranquilizador” del gobierno cada vez es menos creíble y la preocupación en los lugares de trabajo y en los barrios aumenta a medida que pasan los días. El esfuerzo económico de tener que comprar agua envasada en muchas familias obreras también se empieza a sentir y los peligros sanitarios aumentan por la mala calidad del agua, no solo en los hogares sino en las escuelas, los liceos, los CAIF, centros de salud, etc.

En este cuadro, ¿Qué pasará con esa preocupación y bronca que crece poco a poco? ¿Se tolerará la creciente falta de agua potable? ¿Que pasará a medida que pasen las semanas y la situación se siga complicando? Como dijimos, el escenario a partir de esta crisis es una incógnita, en tanto el gobierno sigue apostando solo a la lluvia, mientras además prepara un Rendición de Cuentas de ajuste al servicio del pago de la Deuda Externa y el FMI, en lugar de volcar ese dinero para garantizar obras que nos den agua potable por toda las vías posibles.

Impulsemos la lucha por el agua

En este marco se han venido desarrollando diversas actividades vinculadas a la crisis del agua como protestas, charlas o talleres en lugares como Pando, la Costa de Oro, en La Teja y otros barrios. Muchos jóvenes autoconvocados han venido manifestándose en distintos puntos bajo la consigna “No es sequía, es saqueo”. El gobierno ha respondido enviando a la guardia Republicana.

Foto IST

La dirección del PIT-CNT, obligada, debió convocar después de muchas idas y venidas, una manifestación que contó con miles de personas y donde producto de la bronca, un importante sector, a iniciativa de los autoconvocados, siguieron de largo hasta la propia Torre Ejecutiva para protestar.

Es necesario que la clase obrera tome en sus manos esta pelea. Debemos formar en los sindicatos, en las fábricas, los talleres y todos los lugares de trabajo, en escuelas, liceos, facultades y en los barrios, comités de lucha por el agua. Partiendo de las exigencias inmediatas como que todo barrio popular, lugar de trabajo o de estudio tenga acceso al agua potable, pero que además proponga medidas de fondo para terminar con esta situación (ver páginas centrales).

Ante la gravedad de la crisis, no alcanza con movilizaciones aisladas. Desde las bases debemos exigir a la dirección del PIT-CNT que convoque una lucha a fondo por nuestros reclamos mientras construimos en ese proceso una nueva dirección dispuesta a luchar de forma consecuente apoyada en la democracia obrera.

El Uruguay capitalista nos lleva a la decadencia

Los trabajadores uruguayos tenemos una rica tradición en la lucha por el agua. En los 90’ y en los 2000 decenas de comités barriales, encabezados por el movimiento sindical y junto a organizaciones estudiantiles, impusimos con la lucha que se reconociera en la Constitución que el agua no se podía privatizar y que el monopolio debía ser de OSE porque el acceso al agua es un Derecho Humano.

Pero ningún gobierno lo ha respetado. La privatización y el robo del agua han avanzado tanto bajo los gobiernos Colorados, del Frente Amplio como ahora bajo el de la Coalición de Lacalle Pou. El capitalismo uruguayo se ha asentado en las últimas décadas en base a las grandes plantaciones forestales de eucaliptus y de soja para que un puñado de multinacionales como UPM y los agroexportadores sigan ganando fabulosas ganancias a costa de nuestros recursos a tal punto que nos dejando sin agua potable; un recurso en el cual nuestro país fue históricamente abundante. Es la muestra más flagrante de que el Uruguay capitalista está en total decadencia y no va más.

Por eso en el transcurso de esta pelea debemos colocarnos el objetivo de luchar por un Uruguay Socialista donde gobiernen los trabajadores con sus organizaciones junto a los sectores populares, para ponerle fin al saqueo capitalista que nos ha dejado sin agua potable.