Lenin Haciendo un discurso al costado del estrado León Trotsky

Nuestra corriente Internacional, la Lit CI, anunció en su página una serie de artículos y videos para conmemorar el centenario de la muerte de Vladimir Lenin.

Si queremos ser parte del proceso revolucionario que está sacudiendo al mundo entero, los jóvenes y los trabajadores, las mujeres, los estudiantes y los pobres, tendremos mucho que estudiar y aprender del máximo dirigente del Partido Bolchevique y de la revolución obrera y socialista de 1917 en Rusia que cambió al mundo. Vladimir Lenin murió en Moscú el 21 de enero de 1924, pocos meses antes de cumplir 54 años.

Millones de trabajadores manifestaron su dolor ante la pérdida de uno de los dirigentes revolucionarios más conocido y respetado en todo el mundo. Porque Lenin, junto con Trotsky, estuvo a la cabeza de la primera revolución obrera triunfante, derrotando al régimen despótico del zarismo, que hundía en la miseria y el hambre a millones de hombres y mujeres en Rusia y en varios países asiáticos.

En uno de sus artículos, el compañero Godeiro señala: «Hoy, sin embargo, en el centenario de su muerte, su papel de dirigente comunista internacional está olvidado, despreciado, distorsionado y enterrado por el terremoto de la degeneración burocrática de la revolución rusa, que culminó con la restauración del capitalismo en todos los llamados «países socialistas» (URSS, China, Europa del Este, Alemania Oriental, Cuba, etc) en las décadas de 1980 y 1990″.

Lenin fue consciente del proceso de burocratización que comenzaba a darse tanto en el Partido Bolchevique como en el Estado soviético. Pero no vio el proceso consumado. Estando ya muy enfermo, alertó sobre el peligro que significaba la burocratización y la no consulta a los trabajadores y sus soviets. Llegó incluso a romper las relaciones personales con Stalin y propuso su destitución como Secretario general del partido. A fin de evitar una posible escisión, adelantó su posición de «pasar a Stalin a otro puesto y nombrar para ese cargo a (…) otro hombre que sea más tolerante, más leal, más correcto y más atento con los camaradas, menos caprichoso». (Lenin, 24/12/1922).

Lenin, teoría y acción

Lenin adhirió desde muy joven a la teoría revolucionaria de Marx y Engels. Puso toda su pasión en el estudio de la concepción materialista de la historia y la dialéctica y volcó todos sus esfuerzos a la construcción del partido revolucionario para la derrota del capitalismo y la construcción de una sociedad socialista a nivel mundial.

Así dirigió al P. Bolchevique hacia un implacable enfrentamiento con la corriente de los grandes partidos europeos socialistas que apoyaron, ante la guerra de 1914, a sus respectivas burguesías imperialistas, traicionando la lucha por la revolución proletaria y socialista. El planteo central de los «falsos socialistas» pasó a ser que era posible «humanizar al capitalismo». Lo que en versiones actualizadas, los estalinistas y el reformismo llaman «las democracias avanzadas» o con la expresión más posmoderna y vacía de que «otro futuro es posible». Las inmensas figuras de Rosa Luxemburgo y Carlos Liebnecht serán testigos permanentes de esta traición.

La lucha por el socialismo hoy

A la bancarrota y claudicación de la Internacional Socialista, Lenin y los bolcheviques respondieron con la fundación -en marzo de 1919- de la Internacional Comunista o III Internacional. En vida de Lenin, sus cuatro primeros Congresos, nos legaron reales enseñanzas para la construcción de una dirección revolucionaria para la clase obrera a nivel mundial.

Pero ya en 1943, la III Internacional fue disuelta por Stalin, mediante los acuerdos firmados con los gobernantes de las potencias imperialistas en el curso de la 2a. Guerra Mundial.

Fue Trotsky y los militantes de la Oposición de Izquierda quienes enfrentaron a la burocracia estalinista y en 1938 decidieron la fundación de la IV Internacional. Hoy desde la Lit-CI asumimos el desafío de continuar esa decisiva lucha por el triunfo de la revolución obrera y socialista.

Democracia burguesa y Dictadura del proletariado

«Todos los socialistas, al explicar el carácter de clase de la civilización burguesa, de la democracia burguesa, del parlamentarismo burgués, han expresado el pensamiento que con la máxima precisión científica formularon Marx y Engels al decir que la república burguesa, aún la más democrática, no es más que una máquina para la opresión de la clase obrera por la burguesía, de la masa de los trabajadores por un puñado de capitalistas. No hay ni un solo revolucionario, ni un solo marxista de los que hoy vociferan contra la dictadura y en favor de la democracia que no haya jurado ante los obreros por todo lo humano y lo divino que reconoce ese axioma fundamental del socialismo.

Pero ahora, cuando el proletariado revolucionario empieza a agitarse y a ponerse en movimiento para destruir esa máquina de opresión y para conquistar la dictadura proletaria, esos traidores al socialismo presentan las cosas como si la burguesía hubiera hecho a los trabajadores el don de la «democracia pura», como si la burguesía hubiera renunciado a la resistencia y estuviese dispuesta a someterse a la mayoría de los trabajadores, como si en la república democrática no hubiera habido y no hubiese máquina estatal alguna para la opresión del trabajo por el capital». (Lenin, 1er. Congreso de la Internacional Comunista, marzo 1919, Extracto).