El líder de Cabildo Abierto (CA), el ex general Guido Manini Ríos, viene utilizando de manera frecuente y descarada sus intervenciones en el Parlamento para cuestionar la prisión del puñado de golpistas presos. Aduce que para él y su partido debería estar saldado el tema, repitiendo la vieja frase: “hay que dar vuelta la página”. Con ese fin anunció la presentación de un proyecto de ley para “restablecer” la nefasta Ley de Caducidad.
Escrito por Federico
CA, partido de ultraderecha y pieza importante de la coalición de gobierno, tiene un interés particular en mantener la impunidad ya que está compuesto por nostálgicos de la dictadura (1973-1985) y acusados de violaciones a los DDHH durante ese período. Su defensa acérrima de la impunidad es la defensa de ellos mismos.
Que a 36 años del fin de la dictadura presenciemos estos hechos, no es sólo producto de la acción “descolgada” de los trasnochados cabildantes. La impunidad reinante es la que ha permitido a Manini y CA llegar hasta aquí. La Ley de Impunidad a la que se aferran fue producto del Pacto del Club Naval ocurrido a la salida de la dictadura, donde las Fuerzas Armadas garantizaron su impunidad acordando con el Partido Colorado y la cúpula del Frente Amplio, encargándose los Blancos de redactar la norma en 1986.
Desde allí, el “dar vuelta la página” ha sido un discurso recurrente. En eso se basó la política vergonzosa de los gobiernos colorados y blancos, y también del actual gobierno de Lacalle Pou que incluso incorporó a CA a la coalición.
Los gobiernos del FA, que despertaron en muchos honestos luchadores la ilusión de por fin anular la Ley de Impunidad, no lo hicieron. Solo unos pocos casos fueron pasados a la justicia para intentar dar por cerrado el tema. Vázquez quiso instaurar el 19 de junio como el finalmente frustrado “Día del Nunca Más”, que quedó simbolizado en el abrazo entre Vázquez y Pedro Bordaberry, el hijo del dictador. Luego Mujica y Huidobro se encargaron de defender sin tapujos a los milicos.
Este derrotero llevó a que en 2011 se debiera votar apresuradamente la “Ley Interpretativa” -que ahora Manini quiere derogar-, para evitar la prescripción de los delitos de la dictadura, no sin la oposición obvia de blancos y colorados, y también la de Vázquez y Mujica, que “aconsejaban” a los parlamentarios del FA no votarla.
Así a sobrevivido la impunidad hasta nuestros días. Todos ellos y las instituciones de su tan venerada “república democrática”, con diferentes métodos y argumentos, han defendido la impunidad. De ella es hijo Manini y CA.
Sin embargo, para su disgusto, lejos estamos de que la página se de vuelta. No han podido porque la lucha y la memoria que pone en movimiento a ciento de miles de cuerpos y cabezas en nuestro país lo ha evitado y ha dado a este tema un carácter explosivo. La gran organización desde abajo que hubo para hacer un gran 20 de mayo este año a pesar de la pandemia, así como la crisis política latente que se profundiza con cada nuevo hecho vinculado a los DDHH así lo evidencian.
Que ellos sigan en su teje-maneje parlamentario garantizando la impunidad y echando leña al fuego. Por abajo seguimos acumulando la rabia que cualquier chispa puede hacer estallar.
Como lo hicimos el pasado 20 de mayo, continuemos organizándonos desde abajo. Para repudiar cada arremetida de Manini y cía, para evitar que se garantice la impunidad y para profundizar la lucha por VERDAD, JUSTICIA Y CASTIGO.