¿Y la dirigencia del FA?
La lucha contra la LUC tuvo como protagonistas a los jóvenes, quienes expresando su bronca contra el gobierno comenzaron movilizándose contra la ley y luego tuvieron un rol protagónico en la juntada de firmas y en la campaña por el SÍ.
El resultado desfavorable en las urnas continuó alimentando un proceso de reflexión muy importante acerca del rol jugado por los dirigentes del Frente Amplio, partido al cual pertenecen o simpatizan muchos de esos jóvenes.
Son ellos quienes comienzan a cuestionar la tibieza de sus dirigentes, su comodidad, su atornillamiento a los cargos, sus nulas intenciones de luchar. Es que mientras los jóvenes luchaban, los dirigentes no se cansaban de decir que el referéndum “no era contra el gobierno”. Yamandú Orsi llegó a declarar que él no tenía tiempo de juntar firmas y Mujica que no intervino prácticamente en la campaña, sólo lo hizo para sacarle importancia a la votación.
A su vez, el denominado “Comando del SÍ”, nunca consultó a los jóvenes y las bases para nada sobre cual debía ser el contenido de la campaña. Manejándose de esa manera burocrática, inconsulta, eligieron a Valenti, de 74 años, como publicista de la campaña, apostando a alguna “genialidad” marketinera en lugar de apoyarse en las ganas de luchar de esa base joven que había conquistado el referéndum.
Y cuando comenzó a circular la idea de un caceroleo el día de la conferencia de Lacalle Pou, la propia dirigencia del FA llamó a evitarla… ¡para no asustar indecisos! ¿Qué pasó con aquel Frente Amplio de las movilizaciones y caceroleos? Se preguntan muchos de esos jóvenes que, con toda la razón, están con bronca con su dirigencia y comienzan a realizar cuestionamientos.
Muchos jóvenes piensan que, a pesar de todo, estos son errores que pueden ser remediados si los dirigentes se ponen las pilas. Pero ¿se sienten escuchados los y las jóvenes por esos dirigentes del FA? ¿O se espera que los jóvenes solo pinten muros y repartan volantes pero dejen la discusiones y decisiones políticas para “los grandes”?
Nosotros de IST pensamos que esos dirigentes no quieren luchar porque se han acomodado en el sistema capitalista y ahora solo piensan en cargos y elecciones. Y por eso mismo están cada vez más alejados de los barrios obreros y sus necesidades, cada vez más anquilosados, ninguneando y no dejando espacio a los jóvenes y sus opiniones, como lo demostraron a lo largo de la campaña por el referéndum.
Nosotros queremos construir una izquierda revolucionaria donde el espíritu de lucha y de crítica de los jóvenes sea un componente fundamental de su construcción y para cambiar la sociedad de raíz. Eso queremos proponerle a la juventud que está cada vez más descontenta con este gobierno antiobrero y antiderechos y también con su propia dirigencia que está más preocupada por negociar con la derecha que por luchar y escuchar a los jóvenes.