La situación política de Brasil sigue generando polémicas dentro de toda la izquierda. En este caso, la misma se da en torno a la posible condena al ex presidente Luiz Ináncio “Lula” Da Silva, la cual no le permitiría ser candidato en las próximas elecciones que se realizarán el mes de octubre.

Las diferentes posiciones de las diversas corrientes de izquierda sobre esta polémica, están estrechamente vinculadas a su análisis de la situación política y esas posiciones comenzaron a tomar más fuerza con el impeachment a Dilma Rousseff. Desde ese momento, en la mayorìa de la izquierda, se comenzó a hablar de “golpe de estado” frente a la maniobra del impeachment. Ahora, nuevamente, hablan de una “profundización” de ese “golpe”, ante el fallo de la justicia burguesa sobre Lula. Tal es el discurso del propio PT brasilero, con el cual buscan agrupar detrás de sí y en torno a su defensa, a los trabajadores y al resto de la “izquierda crítica”.

Antes que nada, queremos aclarar que existen siempre, aún bajo la democracia burguesa “más amplia”, constantes ataques a las libertades democráticas sea cual sea el gobierno (persecución y represión a los luchadores, leyes “antiterroristas”, el mantenimiento de la impunidad para los militares de la dictadura, etc.), y que, por la propia dinámica de la crisis capitalista, esos ataques tienden a profundizarse.

Pero los revolucionarios y los trabajadores debemos distinguir cuando se trata de una genuina defensa de las libertades democráticas para las cuales estaremos en la primera línea de lucha, y cuando bajo ese discurso, buscan embaucarnos para defender políticas contrarias a los intereses de la clase obrera.

La posición de la mayoría de la burocracia sindical uruguaya y el estalinismo

Los burócratas sindicales cumplen la tarea de ser la correa de transmisión de la ideologìa y la política de los “gobiernos progresistas” patronales dentro de la clase obrera. Para ello, hoy hacen parte del discurso que le dice a los trabajadores que debemos apoyar al “progresismo” contra la “ofensiva de la derecha”. Este discurso, en las pasadas movilizaciones contra Dilma se profundizó y comenzaron a denunciar un supuesto “golpe” en Brasil, que estarìa poniendo en riesgo la democracia.

El Partido Comunista uruguayo, ya habìa emitido un comunicado el año pasado, en el que manifestaba “su repudio al procesamiento del compañero Luiz Inácio Lula Da Silva” que significa, según ellos: “hacer retroceder todas las conquistas de nuestro pueblo hermano y destrozar la democracia.” Afirmando que “esta barbaridad jurídica es parte de la contraofensiva del imperialismo y las clases dominantes contra los pueblos latinoamericanos.” (Declaración del PCU 12 de julio de 2017)

Bajo este mismo análisis, el Secretariado del Pit-Cnt repaldó a la delegación de sindicalistas que viajó a Brasil para apoyar a Lula . El dirigente Marcelo Abdala, que además integra de la dirección del Partido Comunista uruguayo, encabezó esta delegación, y dijo que la condena a Lula significa un “nuevo recorte de la democracia”. El objetivo del juicio, según Abdala, es impedir que vuelva a ser candidato a la presidencia de su país, sostuvo.

Este discurso y política del PC no es para nada nuevo. Este partido históricamente nos viene agitando el cuco de la derecha desde los años 60, siempre para asustar a los trabajadores e impedir que salgan a la lucha para no poner en riesgo la “democracia”.

Esta actual posición de la burocracia sindical uruguaya y de los dirigentes del PCU, es la misma que defiende la dirección del FA en Uruguay y el PT en Brasil. Es una “teoría” inventada para intentar tapar el repudio y ruptura que se produce en la regiòn con los gobiernos de Dilma y Lula, Vázquez, etc.

Esta defensa tiene como objetivo tapar que fueron esos propios gobiernos los que comenzaron y abrieron paso a la aplicaciòn de los planes de ajuste y la represión contra los trabajadores. Quieren ocultar también que esos gobiernos “progresistas”  fueron parte de la criminalizaciòn de las protestas, fortalecieron el aparato represivo (y el judicial) contra los luchadores y los pobres. Y que sus dirigentes terminaron embarrados en la corrupción, ya sea en forma directa o “indirecta”, con las grandes empresas para las cuales gobernaron, como las constructoras Odebrecht u OAS.

Sin decir ni una palabra sobre este verdadero rol de los “progresistas”, ahora quieren nuevamente asustarnos y que no luchemos, o peor aún, que luchemos, pero para defender a los gobiernos “progresistas”. Para lograr su objetivo invocan el viejo cuco de la vuelta de la derecha y el “riesgo de la democracia”, afirmando que hubo un “golpe de estado” en Brasil.

Ahora, los defensores de estos gobiernos, se enredan en explicaciones jurídicas, constitucionales, se abrazan a la democracia de los ricos y sus valores, pretendiendo trasladar el debate del análisis de la lucha de clases a los marcos jurídicos del orden burgués.

¿La justicia burguesa es parcial? ¡Claro que lo es! El “Estado de Derecho” de la burguesía es la justicia al servicio de los patrones, una “justicia” de clase y totalmente arbitraria. Nosotros no tenemos ninguna ilusión en esta justicia de los ricos. Pero no creemos que los gobernantes de la burguesía no deban o no puedan ser juzgados por ella. Aclaremos de paso, que la ley conocida como “Ficha Limpia”, que inhabilita los derechos políticos de un procesado con condena, fue aprobada por el propio PT de Lula.

¿Deben ser condenados los corruptos bajo la democracia burguesa?

El dirigente argentino del Sindicato de Obreros y Empleados de Minoridad y Educación (Soeme), Marcelo Balcedo, fue detenido en Uruguay. Le encontraron millones de dólares en sus cuentas, una mansión en las costas de Maldonado y la justicia de los patrones actúa por diferentes intereses e incluso por roces entre sectores burgueses.

¿A algún izquierdista o revolucionario se le puede ocurrir que a este corrupto no se lo debe juzgar, y decir que hay que esperar las elecciones del gremio, que sea candidato, y que lo juzguen los trabajadores? Esperamos sinceramente que no.

Sin embargo, pareciera que algunos corruptos se los puede juzgar e incluso pedir prisión en este sistema burgués, y a otros no. Quienes hacen este tipo de diferenciación sobre “corruptos de izquierda” y “corruptos de derecha”, terminan defendiendo aún más impunidad para los poderosos y sus representantes.

Esto hacen quienes se suman a las movilizaciones y los actos pro-candidatura de Lula, afirmando que corre riesgo el régimen democrático burgués en Brasil. Este es un análisis que busca justificar el apoyo político a uno de los sectores burgueses en disputa: el sector de colaboración de clases representado por el PT y por Lula y compuesto también por Renan Calheiros del PMDB (partido de derecha) y tantos otros.

Decir que Lula no puede ser juzgado ni investigado, y mucho menos condenado por la justicia burguesa, porque sería supuestamente un “representante” de la “clase”, “del pueblo” o de un sector “progresista”, es hacer retroceder en la conciencia de clase al proletariado.

Los trabajadores debemos exigir que se juzgue a todos los corruptos, que se confisquen sus bienes y sus empresas, pasándolas al estado bajo control de los trabajadores.

La discusión dentro del trotskismo

Pero si bien la defensa a Lula y al PT por parte de los viejos partidos estalinistas y los frentepopulistas no es algo de extrañar, si puede parecer más extraño que sectores que se reclaman del trotskismo asuman esa defensa. Nos referimos particularmente al Partido Obrero (PO) de Argentina – cuya posición es compartida y reproducida por el PT de Uruguay- y al PTS argentino y su corriente en Brasil, el MRT.

En ambos casos, profundizan “su análisis” (en realidad tomado del discurso frentepopulista) sobre el impeachment como un “golpe de estado”, que ahora, ante la condena de Lula, los lleva a seguir profundizando este error fatal.

En una declaración del 24 de enero, si bien el PO afirma que: “no se nos puede escapar la descomposición del PT y su gobierno, envuelto en un sinfín de actos de corrupción. -y que- Lula ha sido un agente de Odebrecht y vehículo de sus negociados, no solo en Brasil, sino en América Latina.” (1), más adelante nos dice: “Denunciamos la condena a Lula como parte de una manipulación y proscripción política y llamamos a derrotar esta tentativa reaccionaria”.

Es decir, para el PO la condena de Lula forma parte de un intento de proscripción política, y que además no debería ser juzgado por la propia justicia burguesa (¡aunque el PT haya sido parte de todo el sistema burgués, incluida su justicia!). Así, como antes le capitularon al discurso del golpe, ahora capitulan al discurso “democrático” del PT brasileño: hubo un golpe, con esto se quiere profundizar el mismo, defendamos la candidatura de Lula contra la ofensiva de la derecha. De esta forma, se encolumnan, como ya lo venían haciendo (más allá de las críticas) detrás del discurso del PT de Lula y Dilma y su política.

Por otra parte, en una nota titulada “PSTU y la izquierda golpista: juntos a la justicia contra el derecho de millones a votar en quien quieran”, la corriente del PTS en Brasil afirma: “La ceguera de esa izquierda golpista es hermana gemela de su completa postración frente a los mecanismos represivos del Estado. El proceso contra Lula es claramente arbitrario, pues sus fundamentos jurídicos son incomparablemente más frágiles que los que pesan sobre prácticamente todas las figuras políticas del golpismo, y se basa en la inversión de la carga de la prueba y en una condena por hecho que consta en la denuncia.” (2)

Lo primero a destacar, es el método que el PTS usa para su polémica con nosotros. Mediante la vieja usanza del método del estalinismo, no buscan polemizar, sino generar un manto de duda sobre el PSTU y la LIT. Por eso, desde el título ya se nos acusa de “izquierda golpista”, como sucede a lo largo de todo el artículo. Ese método y discurso que ha tomado el PTS argentino y su sucursal en Brasil, tampoco es para nada nuevo.

Los trotskistas sufrimos desde el tiempo en que el estalinismo se hizo del poder en la URSS, una campaña de calumnias interminables. El método para discutir del estalinismo fueron y son las descalificaciones y las calumnias. Si hoy se dice que el PSTU de Brasil y la LIT se volvió “pro golpista”, que apoya o hace el juego “al golpismo”, seguro que ese calificativo empleado no explica nada, pero si logra desviar el centro del debate y les evita una discusión profunda.

Este método y discurso estalinista y efectista no cambia en nada su propia claudicación al Frente Popular. Ese es, de hecho, la esencia de su acalorado discurso contra nuestra corriente, y que se expresa muy claramente en su política de pedido de ingreso al partido reformista del PSOL. Los dirigentes del PTS-MRT tomaron la misma “teoría” que fabricaron los dirigentes del PT brasileño y ahora la reproducen con la misma intensidad (¡e incluso más!) que ellos.

En su nota de La Izquierda Diario podemos leer lo siguiente:

“Myriam Bregman, legisladora porteña del PTS-FIT, señaló que “si la condena de primera instancia fuese ratificada estaríamos ante la continuidad del golpe institucional que primero destituyó a Dilma Rousseff y ahora quiere evitar que los trabajadores y el pueblo de Brasil decidan ellos a quien pueden votar y a quien no. Es completamente antidemocrático que tres jueces que nadie votó se tomen tal atribución.”

“Por su parte, Christian Castillo, referente del PTS/FIT, afirmó que “si se aplicase el criterio con el que hoy quieren prohibir la candidatura de Lula contra el resto de los políticos brasileños prácticamente ninguno podría ser candidato.” (3)

Con estos discursos los dirigentes del PTS defienden a Lula: que los argumentos jurídicos son “más frágiles” que los de otros corruptos y que si se aplica al resto “ninguno sería candidato”.Esta degeneración del PTS no es más que el producto de su asimilación al régimen democrático burgués, al que le rinden culto y sobre el cual desarrollan “argumentos jurídicos” y un método de discuciòn estalinista para encubrir su gran claudicación al PT de Lula y Dilma en el Brasil.

Es cierto, el congreso brasileño está plagado de corruptos desde “la izquierda” hasta la derecha. Pero los revolucionarios debemos exigir que se juzgue a todos los corruptos, la confiscación de sus bienes, que pasen al estado sus empresas y colocarlas bajo control obrero. La tarea no es defender a un sector de corruptos contra otro.

La tarea de los socialistas

Sin duda los gobiernos de la vieja derecha encabezados por Temer en Brasil y Macri en argentina están tomando duras medidas contra los trabajadores. Estos gobiernos han profundizado los planes de ajuste y la criminalizaciòn de la protesta. Son ellos sin ninguna mediación la expresiòn de la burguesía y de un capitalismo decadente.

Pero no menos cierto es, que quienes mantuvieron a los viejos golpistas en la impunidad, quienes financiaron, armaron, prepararon y utilizaron el aparato represivo, fueron los gobiernos de la patronal “progresista”: Néstor y Cristina Kirchner, Lula y Dilma, Vázquez y Mujica, Morales, Maduro, etc. Ellos tambièn aplicaron los planes de ajuste contra los trabajadores, aumentaron la extranjerización de los países, aplicaron duras privatizaciones y aumentaron el empleo precario y las tercerizaciones.

Y lo peor, en los países como Argentina y Brasil, donde posan de «opositores», usan toda la estructura sindical que controlan para que Macri y Temer pasen los planes durísimos contra los trabajadores. Ese es el papel de los dirigentes de la CUT, ligados al PT en Brasil, y de la CGT y sus variantes ligados al peronismo en Argentina.

Nosotros entendemos que no existe ningún giro a la derecha, como nos quieren hacer creer a los trabajadores para que no luchemos. Lo que sí hay es una mayor polarización social, producto de los ataques que comenzamos a sufrir los trabajadores bajo gobiernos “progresistas” o de la derecha clásica. Los trabajadores no están derrotados, sino que están saliendo a luchar cada vez más en todo el continente.

Por eso, el camino es la lucha contra estos gobiernos y sus planes de ajuste, tanto los de la vieja derecha como los denominados ”progresistas”, sabiendo que en toda la región existe un aumento de la polarización social, las clases se enfrentan con más dureza.

Tanto los gobiernos progresistas y sus dirigentes, como también los de la derecha están siendo cuestionados en forma creciente.

El papel de los revolucionarios es construir en este proceso el partido socialista revolucionario que tire de una vez por todas este sistema social capitalista para construir el socialismo con democracia obrera. En esta tarea estamos empeñados los partidos que conformamos la LITCI, interviniendo en la lucha de clases en toda América Latina y en los más de 25 países donde estamos presentes.

1) http://www.po.org.ar/prensaObrera/online/internacionales/el-partido-obrero-frente-a-la-ratificacion-de-la-condena-a-lula#.Wmkg5UAEoCx.twitter

2)http://www.esquerdadiario.com.br/PSTU-e-a-esquerda-golpista-juntos-ao-judiciario-contra-o-direito-de-milhoes-votarem-em-quem

3) https://www.laizquierdadiario.com/Bregman-y-Castillo-se-pronunciaron-sobre-el-juicio-a-Lula-en-Brasil

 

IZQUIERDA SOCIALISTA DE LOS TRABAJADORES – LITCI

 

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– La defensa jurídica de Lula en la así llamada «izquierda socialista»