Por una gran movilización en defensa de los Derechos Humanos
Todos los medios de prensa han tenido que reconocer en estos días las infiltraciones de militares y policías en las organizaciones sindicales, sociales y partidos de izquierda. La información tiende a mostrar cada vez más claro, que lejos de tratarse de casos aislados, las infiltraciones son parte de todo un plan elaborado.
Este nuevo hecho, se suma a una larga lista de sucesos que ya se han denunciado y que vale la pena recordar:
– La filmación de una marcha de estudiantes secundarios este año en el palacio legislativo.
– La información dada a conocer sobre agentes infiltrados en la organización de Derechos Humanos Plenaria Memoria y Justicia.
– El robo de materiales en Facultad de Humanidades el pasado año al equipo de trabajo que investiga crímenes de la dictadura (donde además lo atacantes dejaron marcado en rojo en un mapa los domicilios de los investigadores).
– Los intentos de detenciones por parte de personal de inteligencia no identificados en 2015 a estudiantes (como sucedió con Marcelo Hospitale) luego de la ocupación y represión en el Codicen.
– La denuncia de la FEUU sobre policías infiltrados en la marcha del 14 de agosto de 2013.
Esta nueva denuncia que ha tomado mucha repercusión mediática, tiene que ver con una publicación del periodista del semanario Brecha, Samuel Blixen, sobre la investigación que realizó a una pequeña porción de los archivos de inteligencia que tuvo acceso y que llevó a la identificación del “Agente 03-G”, Infiltrado en el gremio de la Bebida (FOEB) y la mesa departamental del Frente Amplio.
La información del infiltrado, el militar Luis Becerra, que enviaba a la Dirección General de Información de Defensa (DGID) bajo el seudónimo «Leandro», aparecieron entre los 1.444 rollos microfilmados que la ex ministra de Defensa, Azucena Berrutti, encontró en 2006 en un armario del ex-Cgior, una vieja sede de inteligencia militar.
Blixen en su artículo describió cómo la DGID reclutaba personas para espiar e infiltrar sindicatos y partidos políticos, sobre todo de izquierda.
Read, dirigente sindical de la bebida, afirmó a un programa en radio Carve refiriéndose a los infiltrados: “¿Cuántos hay, incluso hoy? (…) ¿Los mandos no sabían? ¿Cuál era la devolución para cobrar salario?, ¿Marcaba tarjeta? Alguien sabía. Estos buchones no son entes autónomos», agregó el dirigente.
Necesitamos una gran lucha por los Derechos Humanos
El hoy ministro de Defensa, Jorge Menéndez, luego de este nuevo hecho público dijo que «no tenía conocimiento de eso. Estamos haciendo las averiguaciones que corresponden, pero eso fue hace unos años y tengo que manejar el ministerio hoy. Lo que esté a mi alcance investigar y aportar a la comisión investigadora del Parlamento, lo haré»
Lamentablemente aún hoy se sigue reclamando, luego de más de 12 años de gobierno del Frente Amplio, la Verdad, el Juicio y Castigo, para los militares y civiles que participaron de la dictadura. Estos nuevos casos públicos muestran que el aparato represivo continua intacto y que el gobierno tiene poca intención de investigar y meter presos a infiltrados, asesinos y torturadores.
El pasado 20 mayo fuimos miles en la calle, ese debe ser el camino para nuestro reclamo. La lucha debe tener continuidad hasta conseguir meter presos en cárceles comunes, a los viejos torturadores y asesinos, a los nuevos infiltrados y a todos quienes reivindican o justifican estos hechos. Desde Familiares, el PIT-CNT y todas las organizaciones de DDHH, se debe convocar ya a una gran movilización.
- Apertura pública de todos los archivos de inteligencia
- Desmantelamiento del aparato represivo y de Inteligencia
- Comisión investigadora plenipotenciaria formada por familiares y todos los organismos de DDHH y los sindicatos.
- Jurados populares integrado en forma mayoritaria por las organizaciones arriba mencionadas
- Juicio y Castigo a todos los involucrados
- Por una gran lucha que tenga continuidad, hasta imponer cárcel común.