Que los hogares de INAU tienen muchos problemas no es un secreto. Las precarias condiciones en algunos de ellos se vieron en los medios varias veces. Las instituciones internacionales se han quejado del hacinamiento y la falta de infraestructura adecuada en varias ocasiones, pero el problema persiste. Es que sin presupuesto para tener mejor atención y más trabajadores los niños y adolescentes no acceden a una atención integral.
Escrito por Katia
Hace algunos días vimos la noticia de una adolescente que noqueó a una educadora en el CEIF, un centro de INAU que ya ha resultado problemático en el pasado.
La violencia que escala entre los más jóvenes es un síntoma del sistema en que vivimos, sin oportunidades en los barrios más pobres y falta de educación. Pero además, el llegar a estas situaciones deja a los trabajadores sin herramientas para trabajar. Demasiados niños y adolescentes para pocos educadores, falta de psicólogos, psiquiatras y asistentes sociales implica también que los trabajadores estemos más vulnerables.
Tan pobre es la atención que noticias como la intoxicación a través de un jugo en un hogar de INISA nos hace ver que los jóvenes están, en la mayoría de los casos, sobremedicados para “no causar problemas”. En lugar de tratar los problemas con atención integral y con el individuo, intenta esconderse.
Violencia, falta de infraestructura y una situación que no mejora
Aunque las instituciones de Derechos Humanos han denunciado a INAU en más de una ocasión, los hogares siguen siendo problemáticos, tanto por falta de personal como por la situación de los niños. Durmiendo en colchones en el piso, con sobrepoblación y pocos funcionarios para la tarea, la violencia aumenta. Las situaciones complejas que traen de los hogares se reproducen, y muchos trabajadores terminamos viviendo momentos donde nuestra vida corre riesgo.
El Sindicato de INAU (SUINAU) tuvo una asamblea especial por el tema de los centros de 24 horas y decidió declararse en alerta. Se colocaron pancartas en todos los lugares, para obvio malestar de las autoridades, que quieren ocultar el problema.
Según las autoridades de INAU, ahora hay mayor internación de niños y adolescentes y mayor constatación de violencia hacia la infancia porque se llega a lugares donde no se llegaba gracias a la cobertura de la institución.
Con este discurso se quiere ocultar que la cantidad de casos de violencia en las casas de estos jóvenes ha aumentado como producto de la pobreza y la marginalización, y por ende, así llegan a la internación, con un trasfondo problemático, sin un seguimiento adecuado individual, lo que lleva a menos garantías para los trabajadores que día a día conviven con ellos. El sistema y la institución los abandona así a ambos, tanto al niño como al trabajador.
¡Basta de tercerizaciones en el Estado!
A todas estas situaciones se suma el hecho de que INAU no se queda por fuera de las tercerizaciones en el Estado. Recientemente las limpiadoras de la empresa Redes, una empresa tercerizada, no tuvieron su salario por varios meses. Así es que el Estado se libra de la responsabilidad y beneficia a los privados, con trabajos precarios.
Todo esto suma a la mala calidad de los Centros de 24 horas y del INAU en general, donde los niños, niñas y adolescentes no reciben la atención que se precisa, mientras los trabajadores hacen lo posible por llevar adelante las situaciones complejas sin ninguna garantía que los proteja y poniéndose en peligro constantemente.