Las recientes noticias sobre la contaminación del Río Santa Lucía (que abastece a Montevideo y parte de Canelones -60%de la población- con agua potable) se suma a otros hechos como las algas venenosas aparecidas en ríos y playas, los problemas con el agua potable en Maldonado o la "misteriosa" aparición de toneladas de peces muertos en el Río de la Plata. Estos son algunos de los problemas medioambientales recientes más emergentes, y que han puesto sobre la mesa el debate sobre el necesario cuidado del agua y el medioambiente.
Un modelo económico que no se preocupa por la contaminación
“A partir de la década pasada hubo un aumento productivo muy importante -agropecuario e industrial- y eso ha llevado a que los sistemas acuáticos se hayan visto afectados", dijo al diario El País, Luis Aubriot, experto en Liminología de la Facultad de Ciencias.
Según Aubriot, la cosecha de soja está afectando directamente el monte ribereño. "Quieren plantar hasta las orillas del río. Están desmalezando mucho monte. Estos montes son los que funcionan como filtro de las aguas.” (1)
La soja que está siendo plantada a granel en nuestro país, erosiona el suelo y deja inutilizabe este importantísimo recurso. Los herbicidas vertidos desde avionetas en estas plantaciones matan toda la cobertura vegetal del suelo, pero no a la soja. Además, la cantidad de químicos están impactando fuertemente en el ecosistema. Ya existen denuncias en varios pueblos como Guichón, del impacto generado por los herbicidas.
Se ha denunciado también que las diferentes industrias (sobre todo frigoríficos) no cumplen con las normativas y superan incluso los ya permitidos niveles de contaminación en el agua.
El propio Huidobro, ante la magnitud de la situación del agua dijo: "Yo escribí hace años sobre la importancia que tiene Aguas Corrientes, ese lugar de donde sacamos el agua potable para dos millones de habitantes. Si llega a pasar algo en ese lugar será la catástrofe imaginable más grande que el Uruguay pueda vivir" (2)
Un estudio de ONGs, reveló además, que la mayoría de las fuentes de agua de nuestro país está contaminada (3). Y a todo esto se le suma también, la deforestación que avanza y se profundiza de la mano de las grandes plantas de celulosa que depredan nuestros árboles.
Exijamos detener la contaminación y el envenenamiento!
En este preocupante marco, desde el gobierno se busca "no generar alarma", tratando de minimizar la problemática. Hasta desde el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), se ha dicho que existe secretismo y muchos obstáculos para poder obtener información ambiental del Uruguay. (4)
El Frente Amplio durante estos más de diez años, no solo no se ha detenido la contaminación sino que se ha profundizado, dejando al eslogan de "Uruguay Natural", como un chiste de mal gusto. Los dirigentes frenteamplistas se han encargado de convencer por todos los medios a la población de las "bondades" de la inversión extranjera, para justificar la instalación de inmensas plantas de celulosa en zonas francas, para justificar la extranjerización de la tierra y el cultivo indiscriminada de soja, entre otros proyectos.
En síntesis, se han encargado de convencer al pueblo de que este "desarrollo" capitalista, es útil y necesario. El escaso control del gobierno sobre los empresarios que contaminan y las multas que le resultan un chiste a las multinacionales, les garantiza una impunidad impresionante para seguir destruyendo el medioambiente. Muy lejos del "desarrollo sustentable", esta política económica es la que está abriendo las puertas de la contaminación cada vez mayor de ríos, arroyos y del suelo, lo que repercute en la calidad de vida de las personas y de todos los seres vivos.
Los trabajadores y el pueblo, debemos exigir en primer lugar que se de a conocer toda la información con respecto a la situación del agua y el medioambiente. ¡Basta de secretismo!
Necesitamos también, exigir medidas urgentes y concretas al gobierno, como la expropiación de las tierras a todos aquellos responsables de la contaminación, que han plantado más allá, llegando a los márgenes del agua, y de todas las industrias que no respetan ni siquiera las mínimas exigencias medioambientales. Hay que comenzar un plan de obras públicas para recuperar el Río Santa Lucía y el agua en su conjunto, colocando los filtros necesarios para garantizar agua potable a la población.
Debemos exigir el cumplimiento el artículo 47 de la constitución aprobado por plebiscito en el año 2004, donde el 64% optó por mantener el agua en manos del Estado. Para ello, hay que eliminar las “privatizaciones encubiertas” por medio de tercerizaciones y concesiones a empresas privadas, estatizando toda el agua potable, incluida las aguas embotelladas como Salus, Nativa, Matutina, etc, que se benefician con la contaminación del agua y solo buscan hacer su negocio.
Solo así podremos comenzar a avanzar en una solución de fondo para hacer respetar y garantizar un consumo seguro del agua para la población.
(1) http://www.elpais.com.uy/informacion/futuro-incierto-rio-santa-lucia.html
(2) http://www.elpais.com.uy/informacion/cientificos-alertan-riesgo-vuelvan-algas.html
(3) http://www.180.com.uy/articulo/35536_La-contaminacion-compromete-la-mayoria-de-las-fuentes-de-agua
(4) http://www.elobservador.com.uy/noticia/247413/experto-de-onu-sostiene-que-ose-oculta-informacion-sobre-el-agua–/
La lucha por el medioambiente y el agua es una lucha contra el capitalismo
Sin embargo, esto que sucede en nuestro país no es algo aislado. Todo el tiempo vemos como nuestro planeta va siendo devastado por la avaricia capitalista, que nos ha llevado a los serios problemas que hoy tenemos con el medioambiente, con nuestra alimentación, y que incluso amenazan la propia vida de nuestra especie y nuestro planeta sino lo detenemos a tiempo.
Este sistema capitalista y sus gobernantes que lo gestionan, poco se preocupan sobre el resguardo del medioambiente. Preocupados solo por su sed de ganancia, los países dominantes (es decir, imperialistas) y sus multinacionales saquean los recursos de nuestro país y del mundo de la forma que les sea más rentable para sus ganancias millonarios, así haya que dejar daños irreparables en el ecosistema.
Los trabajadores y los oprimidos del mundo tenemos la urgente tarea de organizarnos y luchar para enfrentar este sistema que nos lleva a la barbarie social y ambiental sin ningún tipo de preocupación por las generaciones futuras ni actuales. Solo el Socialismo con democracia obrera, será capaz de reorganizar la sociedad sobre otras bases muy distintas, colocando al servicio del pueblo todo el control de la industria y el país en su conjunto, para lograr un verdadero desarrollo en beneficio del pueblo y en defensa del ecosistema que es imprescindible conservar, y no al servicio de un puñado de empresarios y poderosos que se enriquecen a costa de la destrucción ambiental y la miseria de la inmensa mayoría de la sociedad.