Decenas de miles de trabajadores, jubilados y estudiantes, defraudados con los denominados gobiernos “progresistas”, comienzan a darle la espalda a esos partidos. Estas organizaciones sostuvieron -y sostienen todavía-, que es posible gobernar con los patrones “progresistas” para lograr un capitalismo “menos salvaje”, “más humano”, haciendo una justa “redistribución de la riqueza”.
Pero esa vieja utopía acerca de la posibilidad de reformar el capitalismo que nos proponen los frentes populares y los partidos nacionalistas burgueses como lo son el PT en Brasil, el kirchnerismo (y el peronismo en general) en Argentina, Maduro en Venezuela y el Frente Amplio en nuestro paìs, comenzó a derrumbarse más aceleradamente ante los primeros embates de la crisis económica mundial. La ilusión de que estos gobiernos responderían a los intereses de los trabajadores, comienza a romperse.
Los motivos de la ruptura
La aplicación de políticas económicas que favorecen a los más ricos y perjudican a los trabajadores, generó que obreras y obreros saliéramos a luchar para enfrentar la rebaja salarial que se quiere imponer en los Consejos de Salarios. Luchamos para reclamar que no se puede vivir con sueldos de 13,15 o 20 mil pesos, como cobramos más de 400 mil trabajadores. Luchamos contra las tercerizaciones y los contratos chatarra, que mantienen a 130 mil jóvenes en la precariedad laboral, y también para enfrentar el desguace en las empresas públicas, en la salud y la educación, ante la falta de inversión y el avance en las privatizaciones.
El BID, el FMI y Estados Unidos dictan las políticas que nos aplican, y más allá de algún roce en el discurso, todos los “progresistas” pagan la deuda externa que nos saquea y mantienen a nuestros países totalmente dependientes de las multinacionales.
El retiro de la organización de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos al grupo creado por Tabaré Vázquez “por Verdad y Justicia”, pone al desnudo también en este terreno que el tema de la impunidad sigue sin respuesta.
Y como no podía ser de otra manera gobernando bajo el capitalismo, estos dirigentes y sus gobiernos terminaron, al igual que la derecha, enchastrados y acusados de corrupción.
Durante más de diez años los gobiernos “progresistas” contaron con una economía que permitió por un lado un enriquecimiento sin precedentes de clases más ricas, los patrones y las multinacionales. Esto les permitió, por un tiempo, contener con promesas y migajas las luchas de los trabajadores.
El discurso era: “cuando crezca la torta la repartimos”. Pero la torta creció mucho, y no solo no se repartió, sino que ahora achican cada vez más la porción que le toca a los trabajadores y jubilados.
Estas razones de fondo son las que generan un proceso de ruptura de los trabajadores y sectores populares con el “progresismo”, comienzan a ver que son muy parecidos a la derecha, que no son gobiernos que defiendan los intereses de los trabajadores, sino que defienden las ganancias y el capital de los más ricos.
Ante la debacle del “progresismo”, los trabajadores debemos sacar conclusiones. Este fracaso, no es el fracaso de los trabajadores. Es el derrumbe de la utopía de querer reformar el capitalismo, de gobernar bajo sus leyes. Lo que fracasó es la “teoría” de que los obreros debamos unirnos en un frente político permanente con los patrones que nos explotan.
Una gran oportunidad para poner en pie el partido obrero socialista
Desde nuestra corriente política siempre sostuvimos que tenemos la necesidad de construir un partido totalmente diferente. Cuya actividad central sea la participación y el apoyo a las luchas de los obreros, de la mujer trabajadora, de los jubilados y los estudiantes.
Un partido que luche contra todas las opresiones: contra el machismo, el racismo, la homofobia; que el capitalismo usa para dividirnos y explotarnos aún más.
Necesitamos un partido sin patrones, sin generales patriotas ni burócratas sindicales. Necesitamos esa organización para poner fin a este sistema social, para instaurar mediante una gran lucha, un gobierno de los trabajadores, en la tarea de establecer el socialismo con democracia obrera a nivel mundial. Desde IST y la LIT te convocamos a construir el partido y la internacional para llevar adelante esta importante tarea que tenemos por delante si queremos una sociedad libre de explotación y opresión.
¿Existe un giro a la derecha?
Los “progresistas”, ante la pérdida de sus lugares de privilegio, de sus cargos, de sus sueldos pomposos, viáticos y viajes, tratan de ocultar la verdadera razón de su derrumbe.
Para evitar seguir cayendo cuesta abajo, elaboraron de la mano de Dilma, Lula, un discurso común y engañoso, que intenta atemorizar a los trabajadores. Ellos dicen que hay un “giro a la derecha”, que existió un “golpe de estado” en Brasil, y que está en proceso la “restauración neoliberal” y en riesgo la “democracia”.
Como ejemplo nos muestran a Temer en Brasil y Macri en Argentina. Este es un discurso para que los trabajadores no luchemos, o peor aún, para que salgamos a defender a los progresistas, porque sino “se viene la derecha”, nos repiten.
Los trabajadores no podemos aceptar este chantaje político. No existe un “giro a la derecha”. Lo que sí existe es una mayor polarización social, más luchas e inestabilidad. Los obreros salimos a pelear contra el progresismo y la derecha, contra todos los que gobiernan para los ricos. La falsa izquierda, que llevó en sus filas a Temer, ni la derecha represora son una opción para los trabajadores.