Los peligros del Guardián: las violaciones a los derechos personales y la persecución política y social
Por Katia
El miedo que Orwell plasmó en 1984 de una sociedad totalmente vigilada y reprimida es una realidad. No se trata de ficción ni miedos infundados: el gobierno puso en funcionamiento el Guardián, un sistema que es capaz de monitorear a un mismo tiempo cientos de teléfonos celulares, teléfonos fijos, correos electrónicos y redes sociales.
El Ministerio del Interior asegura que será fundamental para el combate del tráfico de personas, de armas y de drogas, pero la mayoría de las organizaciones no están de acuerdo con su utilización sin previa discusión. Según ellos, el Poder Judicial no tendrá control sobre El Guardián, sino sobre el Sistema Automatizado de Intercepciones Legales (SAIL), que contiene las solicitudes, las decisiones penales y las respuestas de los operadores telefónicos.
La desinformación impuesta y el nuevo método de vigilancia
El protocolo firmado por las partes indica que el Poder Judicial tendrá acceso al SAIL, pero no al Guardián en sí. Nadie sabe si cumple con las normas del software libre, tampoco cómo se almacenan los datos, ni como funciona realmente. Si las organizaciones sociales que tratan el tema no lo saben, mucho menos el resto de la población que será vigilada con este sistema.
Por otro lado, las partes firmantes indican que es necesario “garantizar la mayor reserva de las actuaciones tendientes a la instrumentación del sistema informático de interceptación legal de comunicaciones”. El Instituto de Estudios Legales y Sociales del Uruguay (IELSUR) y el Centro de Archivo y Acceso a la Información Pública (CAInfo) dicen que esto en realidad no debería ser así, sino con la mayor transparencia.
En una sociedad donde vivimos expuestos a través de tarjetas de crédito y redes sociales, el gobierno debería poder dar garantías de nuestros derechos como individuos y como sociedad. Eso implica tener privacidad, la cual quedará más vulnerada todavía con este tipo de instrumentos. La implementación se dio sin una discusión pública y sin conocimiento popular, esto por si solo, ya debería generar desconfianza y sospecha por parte de los trabajadores.
Desde IST pensamos que no debería haber ningún sistema legal ni ilegal para interceptar comunicaciones. Es decir, el Guardián no tendría que existir. La excusa de que es “para combatir el crimen”, es siempre la utilizada para aumentar el control y la represión sobre las protestas de los trabajadores y el pueblo.
¿Qué nos espera a los luchadores?
El año pasado, en medio de los conflictos por la educación, algunos estudiantes y trabajadores fueron rastreados por los medios más inauditos. Solo por participar de las luchas y las reivindicaciones fueron llevados presos. Ahora que el Guardián está activado, nos esperan cosas aún peores. Los correos electrónicos y celulares estarán controlados, lo que permite al Ministerio del Interior reprimir aún más fuerte.
Con este panorama, es lógico que muchos compañeros se sientan cada vez más expuestos. La herramienta que supuestamente va as ser utilizada para “terminar con los crímenes”, será usada en realidad para fines represivos, así como anteriormente buscaban a las personas de forma rudimentaria. Dado que la información del Guardián es poca, tendrán además, la ventaja de nuestra ignorancia para vigilarnos con impunidad.
Los grandes empresarios y políticos se quejan cuando algo de su vida es publicado en la prensa, pero el resto de los ciudadanos también tenemos derecho a nuestra vida personal, a manifestarnos y a vivir sin ser constantemente vigilados. Se trata de una sociedad con una estructura panóptica al máximo exponente, donde somos controlados por todos los medios posibles.
Este control no es una forma de evitar el gran narcotráfico o crímenes de cuello blanco, que están íntimamente ligados al poder político, a la corrupta institución policial y al estado en general.
El objetivo son los trabajadores y estudiantes organizados. Es a los manifestantes y luchadores a quienes se va a perseguir, como ha sucedido hasta el momento. Es necesario que todos defendamos nuestra privacidad y pensemos desde donde se ejerce el poder y para qué. No podemos aceptar más herramientas de represión contra los luchadores.
Debemos exigir que no se utilicen sistemas de monitoreo de la población.
– Basta de métodos represivos contra los luchadores, activistas y organizaciones populares!
– Por el desmantelamiento del aparato represivo!
– Que no se viole la privacidad de los trabajadores!