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El 2022 recién comenzó y ya dejó en claro que nada ha cambiado en lo que respecta a la seguridad de las mujeres y derechos adquiridos. En lo que va del año ya hemos visto varios casos de violaciones, demoras de la justicia en la respuesta, medios de comunicación misóginos, murgas que no sueltan su legado machista y un debate en torno al 8M que deja mucho que desear.

Escrito por Katia

Mientras tanto, Argimón se las da de feminista en los medios, posicionándose solo en palabras contra la violencia hacia la mujer. Que no nos engañe sus fotos inaugurando el primer juzgado especializado en violencia basada en género, porque esa no es su victoria. Fuimos las mujeres las que salimos en masa a las calles pidiendo una ley contra la violencia machista. Además, poca confianza podemos tener en una justicia de los ricos.

Esa misma ley nunca tuvo presupuesto para ser implementada. Hoy en día ningún departamento tiene lugares especializados para casos de violencia machista, no hay sitios a donde las mujeres puedan ir para estar seguras mientras denuncian, no hay equipos multidisciplinarios, no hay acompañamiento. Y la falta de dinero para implementar la ley no estuvo ni en gobierno frenteamplista ni en el actual.

La violencia machista nos persigue

El caso más renombrado fue el de una violación grupal en el barrio Cordón. Más allá de los detalles del caso, lo que quedó en claro es que la justicia no está de nuestro lado. Mientras siguen las demoras judiciales la víctima sigue sufriendo el acoso de medios de comunicación que la cuestionan y que dan espacio a los violadores.

Mientras tanto, los culpables de la Operación Océano siguen tan campantes y un hombre que violó a una niña lleva dos años de prisión, pero al mismo tiempo muchas mujeres con condenas de narcotráfico por algunos gramos vendidos llevan presas mucho más tiempo, alejadas de sus hijos y en las peores condiciones humanas.

A esto se suma que hace algunos días fueron imputados tres policías por violar a dos mujeres en un patrullero. ¿Cómo esperan que confiemos en una policía que dice «cuidarnos» pero en cambio nos viola y nos golpea? Estos son los mismos policías que te trasladan si no tenés cédula y que entran a barrios pobres a reprimir. ¿Qué seguridad podemos sentir?

En Uruguay y en todo el mundo decimos ¡Basta de violencia hacia las mujeres!

El 8M y la lucha de las mujeres desde hace algunos años genera movimientos en todos los países. Gracias a las movilizaciones se han logrado importantes victorias. Por ejemplo, el aborto legal en Colombia este mismo año. Pero sabemos que este logro no implica que hay que dejar la lucha, porque los gobiernos capitalistas siempre van a intentar derribar esas leyes o ponerle trabas, como hace la justicia en Uruguay al poner excepciones o los médicos con las objeciones de conciencia, o incluso con un tribunal inquisidor que cuestiona a las mujeres que deciden abortar.

En Chile, las mujeres salieron a las calles en los últimos años y actualmente muchas de ellas participan de la convención conseguida para cambiar la constitución. Es el caso de nuestra compañera María Rivera, que utiliza ese espacio para denunciar la situación de las mujeres.

En Argentina, miles de mujeres siguen movilizándose por violaciones que no han tenido respuesta judicial, como el caso de Thelma Fardin, pero además cientos de otras mujeres siguen siendo violadas y asesinadas con la complicidad de la justicia y el gobierno.

Todo esto es solo un panorama general de la violencia con la que tenemos que lidiar las mujeres en Uruguay y en el mundo. Es una lucha que solo puede ser efectiva si se da de forma internacional y con la clase obrera, con el enfoque de tirar al capitalismo, el culpable de todos estos males.