Joe Biden – Luis Lacalle Pou – Foto Casa Blanca

El gobierno nos ha dejado sin agua potable. Unos y otros se echan la culpa de la situación y quieren hacernos creer que todo es responsabilidad de la sequia y cambio climático, del cual en ultima instancia tiene sus raíces en el sistema capitalista que este gobierno sostiene. Con ese discurso de medias verdades, intentan esconder sus responsabilidades: la falta de obras publicas y mantenimiento, la baja cantidad de personal en OSE y su acelerada privatización con el Plan Neptuno. El fondo de esta crisis hídrica uruguaya, viene de la mano con el saqueo que se ha permitido lleven adelante las multinacionales que arrasan nuestros recursos naturales. Hoy el agua es un gran negocio y las patronales que la embotellan, la mayoría en manos extranjeras están de fiesta. Esta es y ha sido la política del gobierno de los malla oro.

El FA y su política de «conciliación de clases»

El 31 de mayo se realizó una importante movilización exigiendo soluciones para el gravísimo problema del agua potable. En ella participaron miles de trabajadores y sectores populares y un sector organizado como «autoconvocados», que llegó a las mismas puertas de la Torre Ejecutiva.  

Esta movilización y otras posteriores, han sido muestra de la disposición a dar la pelea por soluciones reales y concretas que existe por abajo, principalmente en un amplio sector conformado por jóvenes. Así sucedió también en la lucha contra la LUC y en la pelea contra la reforma educativa en curso.

Sin embargo, las cúpulas dirigentes del PIT CNT y del FA no se hicieron presentes en la marcha del 31, ni a posterior organizaron paros o un plan de lucha por el tema del agua o la educación pública. Solo hacen discursos para la televisión. En los reclamos en las calles no se ven a los principales dirigentes de la Central, ni tampoco los más conocidos políticos frenteamplistas, que no organizan una respuesta contundente ni preparan un verdadero plan de la lucha que derrote a este gobierno y su plan de ajuste.

Foto – Diario El Observador – Inés Guimarães

Seguramente, algunos de ellos estarán en sus despachos haciendo alguna «gestión» decisiva. Otros tomarían un café en el parlamento, intentando llegar a una buena negociación sobre cuántos minutos dedicar a las tremendas denuncias por abuso sexual contra el senador Penadés. Algunos, también, tuvieron tiempo para meterse dentro de un peluche para participar de la “La máscara”, ¡el programa de entretenimiento promocionado por canal 12!

En realidad, a estos altos dirigentes no les gusta promover manifestaciones con sus bases, salvo en raras ocasiones como el 1 de Mayo, al que asisten también varios ministros del gobierno burgués de turno, como un ritual ya preestablecido. Ellos prefieren «discutir», «negociar» y llegar a acuerdos con quienes consideran sus pares, incluyendo a los representantes de Cabildo Abierto, pese a sus propuestas reaccionarias y su defensa de los golpistas y torturadores del ’73.

Foto – Juoquin Deleón @deleonjuaquin / Canal 5 / El Observador

No siguen el ejemplo de los viejos maestros del socialismo, como el propio Marx, Engels, Rosa Luxemburgo, Trotsky, Liebnecht, entre otros.

Por el contrario, temen tanto a la movilización de las masas, que en la década de los ’60, sus partidos como el P. Socialista, el P. Comunista, la Democracia Cristiana y sectores blancos y colorados se pusieron a la cabeza de un Frente policlasista, con el fin de desviar el fuerte ascenso obrero, estudiantil y de sectores de clase media -que llevó la lucha hasta la heroica Huelga General del ’73 contra el hambre, la miseria y la dictadura- hacia un «cambio en paz» y una «democracia avanzada».

Una política de «paz social»

Hoy, la máxima dirección del FA, en los hechos, sigue la política de las corrientes de la socialdemocracia europea, que capitularon a sus burguesías al inicio de la 1a. Guerra Mundial y hoy apoyan la negociación de TLC con el FMI, acuerdan concesiones y saqueos de las multinacionales como UPM, y entregan tierras y puertos a las grandes industrias agroalimentarias, a cambio de ridículas compensaciones.

Ni una medida concreta para dar respuesta a los problemas de nuestra vida cotidiana, como son la falta de agua potable, los femicidios y homicidios casi a diario, el hacinamiento de las cárceles, la reforma educativa contra la voluntad expresa de estudiantes y docentes. 

Eso sí, nos vuelven a proponer esperar a las elecciones del 2024. Incluso adelantaron su campaña electoral, intentan distraernos con las candidaturas mientras en el parlamento llevan a fondo la política de «conciliación de clases». Así, le hacen un gran favor al gobierno corrupto y antiobrero de Lacalle Pou y su coalición, que está en franca y profunda crisis. 

En ese marco, la mayor crítica que realizó Fernando Pereira, actual presidente del FA, fue decir que el presidente Lacalle Pou «le ha fallado a la gente». Pero solo sugirió la separación del cargo del ministro Heber: «Creemos que no debería estar en el cargo por su propia decisión o por la del presidente … no está preparado para ser ministro del Interior» (El País, 4/6/2023). 

El FA otra vez abandona a sus honestos militantes, desconoce sus necesidades y les da la espalda. Como siempre señalamos desde este periódico, no hay salida dentro del capitalismo, no se puede construir un capitalismo más humano como pretenden los progresistas. Eso es una enorme trampa para que perdamos las ilusiones y dejemos de luchar.

En IST les ofrecemos un lugar humilde de lucha, pero para cambiar de raíz este país, derrotar al gobierno capitalista y hambreador y comenzar el camino hacia una nueva sociedad socialista con democracia obrera. En nuestro país, en América Latina y a nivel mundial.