Fuera Temer, fuera todos ellos

Paro de 48 horas, ocupemos Brasilia  

Construyamos una alternativa de los trabajadores 

Escrito por el PSTU de Brasil

Michel Temer, actual presidente de Brasil en su discurso afirmó que no renunciaría, aun cuando el gobierno se desmorone. Pero la grabación ahora pública, de la conversación de Temer con el dueño de la empresa frigorífica JBS, apoyando la compra del silencio del corrupto Eduardo Cunha, dejó a este gobierno en una profunda crisis.

Con popularidad por el piso, después del paro General del 28 de abril, el gobierno quedó aún más debilitado, mostrando que los trabajadores podemos derribarlo a Temer y a todos los estafadores del Congreso y sus reformas patronales.

Temer sigue siendo sostenido por el “mercado”: banqueros internacionales y nacionales, industrias, la Red Globo, todos los medios y toda esa banda burguesa de este país, que no pasan de 1% de multimillonarios que nos explotan todos los días. Creían que Temer conseguiría junto con este Congreso corrupto aprobar las reformas que arrancan nuestros derechos para aumentar las ganancias y continuar robando. De la misma manera como apoyaron ayer a Dilma mientras ella tenía gobernabilidad, para hacer la misma cosa: acabar con nuestra conquistas conseguidas con la lucha.

Ahora que todo eso está cuestionado, parecen remotas las posibilidades de que el gobierno Temer lleve adelante la aprobación de las reformas, pues perdió mucho su capacidad de gobernar efectivamente. Del mismo modo que ocurrió con Dilma allá atrás, ellos quieren escoger a través del Congreso a otro presidente que garantice las reformas contra nosotros.

Temer anunció que no renuncia, quiere convencer a ricos y poderosos que él puede garantizar las reformas. Los principales sectores burgueses aparentemente evalúan lo opuesto y hay presión por la renuncia que viene de varios lados sobre el gobierno. Pero defienden que sea electo otro presidente por el Congreso, que el actual equipo económico sea mantenido y que las reformas se aprueben, para dar más dinero a los banqueros, la JBS y Cía.

Si la primera tarea es echar al gobierno Temer, no es menos importante impedir que sea el Congreso y el Supremo Tribunal Federal (STF) los que decidan quien nos va a gobernar. Vamos a ocupar las calles y hacer un nuevo paro general de 48 horas para derrocar a Temer y esos estafadores del Congreso, y derribar también esas reformas de una vez. Nosotros tenemos fuerza para derrotarlos, y construir una alternativa de los de abajo. Al final, quien produce todo lo que existe y hace funcionar este país es la clase obrera, los trabajadores, los sectores populares.

Por ello vamos a ocupar Brasilia el próximo 24 de mayo para derribar las reformas y ahora también el gobierno y este Congreso. Es necesario exigir a las otras centrales que acepten la propuesta lanzada por la CSP-Conlutas y convoquen la huelga general de 48 horas y una jornada de actos unificados que pueda poner a millones en las calles.

¡No basta con sacar a Temer, hay que derribar a TODOS ellos y las reformas!

Nos vamos a dejar que “cambien alguna cosa para que todo continúe igual”. Debemos imponer ¡Fuera Temer y TODOS ellos! No vamos a aceptar un “nuevo” presidente electo por este Congreso para que junto con una banda de bandidos retome la aprobación de las reformas en pro de los patrones y corruptos. No debemos aceptar ese “acuerdón” por arriba.

El PT, el PSOL, la REDE, entre otros, están defendiendo directas para presidente, lo que mantiene a este Congreso de estafadores donde está. No podemos aceptar elección de presidente por el Congreso, ni que este Congreso de corruptos permanezca y siga adelante con las reformas que acaban con nuestros derechos. Exijamos en las calles Fuera TODOS ellos, y el retiro de las reformas de la Previsión, la laboral y de la ley de tercerizaciones.

El camino para eso es organizar comités en la base, exigir la convocatoria de una nuevo paro General, esta vez de 48 horas, y ocupar las calles. En ese camino también vamos a organizar y defender las alternativas de los trabajadores para la crisis.

Sabemos que no vamos a cambiar de verdad el país a través de las elecciones de esta democracia de los ricos, que no es verdaderamente democracia pues ellas están controladas por el poder económico; los políticos son electos prometiendo una cosa y después pasan cuatro años haciendo otra y gobernando para quien manda en este sistema: los banqueros y grandes empresarios. Con Dilma (PT) y con Temer gobernaron los bancos y las grandes empresas. Basta de gobiernos de las grandes empresas y de los partidos que gobiernan para ellas, como hicieron el PSDB y el PMDB, pero también el PT.

La verdadera alternativa es, a través de la lucha y la unión de los de abajo, conquistar el poder para los obreros y el pueblo pobre, para que podamos gobernar por medio de consejos populares, con una verdadera democracia, para aplicar una política económica que acabe con la explotación, garantizando una sociedad en que no exista una ínfima minoría de ricos y una enorme mayoría de pobres.

Debemos construir nuestra alternativa

Sin embargo, no vamos a aceptar de ninguna manera elección indirecta para presidente ni que este Congreso continúe gobernando, porque no nos representa. Vamos a derribar el gobierno y si no tenemos el poder de los de abajo construido, debemos exigir elecciones generales ya, para todo: Presidente, Diputados, Senadores, y todo el mundo.

 Construir una alternativa de los trabajadores. ¡Obreros y pueblo pobre al poder!

La situación de la clase trabajadora brasileña es muy difícil y quedó todavía peor con la crisis capitalista actual, porque para mantener y aumentar el lucro de los patrones, ellos despiden en masa, disminuyen nuestros salarios, aumentan la violencia contra la juventud pobre y negra de las periferias, los quilombolas, los indígenas, y quieren acabar con los pocos derechos que conquistamos.

Necesitamos de empleo, vivienda, tierra, educación, salud y derechos. No podemos dejar que acaben con la jubilación, los derechos laborales e impongan la ley de las tercerizaciones, y continúen cortando dinero sociales para remunerar a banqueros y corruptos.

La alternativa de los trabajadores para la crisis es acabar con la explotación y los robos de los empresarios y políticos patronales, con las siguientes medidas:

Reducción de la jornada de trabajo sin reducción de salario para que todos tengan empleo, y seguro de desempleo para todo desocupado mientras hay crisis;

Plan de construcción de vivienda popular y de saneamiento básico, escuelas, hospitales;

Presupuesto para la educación, salud pública y previsión;

Para garantizar nuestras exigencias es necesario enfrentar a banqueros, multinacionales y corruptos, y:

No pagar la deuda a los banqueros, que consume casi la mitad de todo lo que el país recauda, para enriquecer a un puñado de especuladores que cobran las mayores tasas de interés del mundo; Prisión y confiscación de los bienes de todos los corruptos y corruptores. No basta cobrar una “multita” y dejar a esos ladrones millonarios que se enriquezcan robando el patrimonio público, con sus empresas y fortunas.

Defendemos que todas las empresas involucradas en corrupción sean expropiadas, estatizadas sin indemnización a sus dueños ladrones, y puestas bajo control de sus trabajadores. Odebrecht, JBS, J&F, OAS, y todas las demás empresas (incluso los bancos).

Estatización del sistema financiero bajo control de los trabajadores;

Estatización de las multinacionales y grandes empresas:

Nacionalización y estatización del latifundio bajo control de los trabajadores, para que sean colocados al servicio de producir alimentos para el pueblo y parte también para la reforma agraria.

Esas medidas son posibles. Pero solo un gobierno socialista de los trabajadores, que gobierne a través de consejos populares electos en los barrios, en las escuelas, en las fábricas, en los cuales sean los de abajo los que debatan y decidan lo que debemos hacer en el país, y no el 1% de patrones y este Congreso vendido, podemos cambiar todo eso que hasta aquí.

No vamos a conseguir un gobierno así a través de elecciones, sino a través de nuestra movilización unificada. Vimos en la huelga general que la clase obrera, toda la clase trabajadora, los estudiantes y el pueblo pobre unidos tienen mucha fuerza. Somos nosotros los que producimos todo lo que existe y hacemos funcionar el país. No precisamos de banqueros y dueños de fábricas ni de políticos corruptos electos en estas elecciones, en las cuales quien manda es el poder económico.