Luego del triunfo de Dilma en Brasil
Los primeros días posteriores al segundo turno de las elecciones presidenciales ya mostraron cómo será el segundo mandato del gobierno Dilma. Ni bien los votos que dieron la apretada victoria al PT acabaron de ser contabilizados, el gobierno ya señalaba a los banqueros y grandes empresarios.
El último día 29, sólo dos días después de las elecciones, el Banco Central aumentó la tasa de intereses de 11% a 11,25%, sorprendiendo hasta el mismo mercado financiero. La medida, tan criticada por Dilma durante la campaña electoral, empeorará todavía más una economía ya estancada, aumentará los gastos con la deuda pública a los banqueros, además de no servir en nada para el control de la inflación, concentrada principalmente en los precios de los alimentos y en las tarifas públicas.
Aumento del combustible
Lo que sí va a presionar la inflación, y de forma generalizada, es el aumento que el gobierno acaba de autorizar para el combustible. Aún sin fecha para entrar en vigencia, se especula que el aumento, que también va a alcanzar el diésel, se establezca en la franja de 5%.
El último aumento se dio a finales de 2013 con la disculpa de la elevación del precio del petróleo en el mercado internacional, que estaría provocando costos de importación mayores al estatal. En el último período, con todo, ocurrió una baja de las commodities (materia prima tasada en el mercado internacional). Aún así, la Petrobrás y el gobierno van a aumentar el precio del combustible con el fin de garantizar las ganancias de los accionistas extranjeros de la empresa.
Para completar el tarifazo, la cuenta de energía ya está siendo más cara en los Estados. La Light, empresa de energía de Rio de Janeiro, acaba de aumentar su tarifa en 17,75%. El promedio de los aumentos en la luz en todo el país debe establecerse en 18% este año. Y para 2015 se prevé un aumento más de 20%.
Ajuste fiscal
Pero si alguien piensa que esas medidas son emergencias para calmar los ánimos de los mercados y que tienen efecto de corta duración, está muy engañado. Lejos de ser acciones puntuales, son indicaciones de la política económica del gobierno para el próximo período, o sea, una profundización de la política que ya vienen aplicando, con los mismos cortes de Presupuesto que Dilma afirmó que Armínio Fraga haría en el caso de que Aécio Neves (PSDB) ganase las elecciones.
El gobierno ya afirmó que habrá un fuerte ajuste fiscal para el próximo año, o sea, un corte en el Presupuesto para garantizar el pago de la deuda pública, que debe estar entre R$ 40 y R$ 50.000 millones. Además de la reducción en inversiones, un corte de esas proporciones va necesariamente a afectar áreas sociales como salud y educación. Ya la reducción de las inversiones va a ser compensada con las concesiones a la iniciativa privada, la forma con que el PT llama a las privatizaciones.
Claro que ese corte no debe afectar los salarios de los políticos. Muy por el contrario, los diputados articulan en este momento un aumento en sus salarios de más de R$ 26.000, que impactará el Presupuesto en R$ 38,1 millones.
En manos de los banqueros
Ya para comandar el Ministerio de Hacienda, el gobierno convidó a nada menos que el presidente del Bradesco, Luiz Trabuco. El hecho de que la campaña del PT haya criticado la ligazón de Marina Silva con el Itaú no impidió que el partido buscase al sucesor de Guido Mantega entre los representantes de los banqueros. Trabuco no aceptó, pero, de cualquier forma, el nuevo nombre que sustituirá a Mantega será el de alguien plenamente confiable del mercado, muy probablemente Henrique Meirelles. Él fue director del Bank of Boston y asumió el Banco Central durante el primer gobierno Lula.
Con eso, los bancos van a continuar en el comando de la economía del país. No fue en vano que, en este año, mientras la economía se desacelera y los despidos aumentan en la industria, los bancos vienen teniendo ganancias récord. En 2014, Itaú, Bradesco y Santander lucraron juntos R$ 27.400 millones, 27% más que en 2013.
El conjunto de medidas que Dilma viene imponiendo o preparando para el próximo período muestra que, en una coyuntura de crisis o recesión, el gobierno quiere descargar sus efectos en las espaldas de los trabajadores.
Artículo publicado en el site del PSTU (http://www.pstu.org.br/) con el título: El segundo mandato ya comenzó: aumento de intereses, de combustible y cortes en el presupuesto