Este 27 de junio se cumplen 51 años del Golpe de Estado y el comienzo de la Huelga General que duró 15 días en Uruguay. El PIT CNT, en esta fecha histórica y en medio de un brutal ataque contra los derechos obreros que lleva adelante el gobierno de derecha, ha llamado a un paro general parcial. Desde IST llamamos a parar y movilizarnos contra este gobierno corrupto que está al servicio del gran capital.

Sobran razones para luchar, y sin duda esta medida arrancada a días de las elecciones internas, es producto de la bronca de las bases que se encuentran dando pelea en varios conflictos aislados. Hay centenares de despidos en la industria, ha escalado la represión como la que se llevó adelante contra los trabajadores de la pesca. Sumado a esto el espionaje que salió a luz en los medio de prensa, que se realiza descaradamente desde las altas esferas del gobierno contra el movimiento obrero, nos retrotrae a los tiempos de la dictadura.

Como afirmamos, sobran razones para parar, el gran dilema es dar continuidad a la lucha, cómo hacer para que esta medida no quede en un paro aislado y sin continuidad. Los trabajadores debemos tomar estar tarea en nuestras manos, un puñado de dirigentes no puede decidir por miles de trabajadores. Deben ser las asambleas de base las que decidan cómo seguir adelante y no la cúpula. ¡Que la base decida! Esa es una de las tareas planteadas junto a la construcción de una nueva dirección.

La discusión sobre el golpe y la huelga General de 1973 y la actualidad

Al final de esta nota, ponemos a disposición de los trabajadores, de la juventud y de las mujeres que luchan contra el machismo, un artículo de la época que recoge una vieja discusión que debemos conocer y profundizar para poder sacar las conclusiones necesarias.

A casi 40 años de reconquistadas las libertades democráticas, es necesario conocer los hechos y las conclusiones de las diferentes corrientes obreras y de izquierda. No basta hablar de la gran Huelga General. Hay que explicar y sacar conclusiones de por qué esa enorme huelga, ese enorme heroísmo de la clase obrera, no pudo detener el golpe. ¿Tuvieron responsabilidad en ello la mayoría de los dirigentes de la época de la CNT vinculados al Partido Comunista? ¿Nos llevaron al triunfo o a una derrota? ¿Fue acertada o profundamente equivocada la política de aquellos dirigentes? Esas y otras preguntas nos ayudarán sin duda en la construcción de la dirección que hoy necesitamos.

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