Hasta el momento, desde Izquierda Socialista de los Trabajadores (IST), no nos habíamos manifestado sobre los problemas internos que se vienen debatiendo en forma pública dentro del Partido Obrero (PO) de Argentina. Esta crisis del PO se expresa también en los grupos y partidos que componen la Coordinadora por la Refundación de la Cuarta Internacional (CRCI), de la cual también forma parte el Partido de los Trabajadores (PT) de Uruguay.
Fue en este marco que los dirigentes del CC del PT (U) publicaron una carta denominada “A los partidos de la CRCI”, con fecha 20 de julio, en la que dedican al menos cuatro párrafos a “comparar” y realizar diferentes afirmaciones –con las que discrepamos profundamente- sobre la corriente fundada por Nahuel Moreno, de la cual desde IST formamos parte.
Esta carta del CC del PT se enmarca en medio no solo de discusiones tácticas y estratégicas, sino también de diversas y graves acusaciones cruzadas entre la dirección actual del PO y de la denominada “Tendencia Pública” liderada por Jorge Altamira. Acusaciones que –contra los métodos obreros y revolucionarios- van desde denuncias de corrupción dentro del partido, del cobro de sobre-rentas por parte de dirigentes a la toma de locales y hasta la intervención de la justicia burguesa para dirimir cuestiones internas de la organización.
La “analogía” con el MAS que hace la dirección del PT (U)
La carta mencionada señala: “Si vamos a hacer analogías, tal vez la más interesante sería la de la crisis del MAS a fines de los ’80. Naturalmente, en el caso del MAS la dirección empujaba al partido a la derecha y a la integración al Estado capitalista, pero esto no iba en contradicción sino en sintonía con toda la historia del morenismo.” (negritas nuestras).
A lo que a continuación agregan muy displicentemente: “En cambio, en el Partido Obrero una línea de adaptación al parlamentarismo se contradice con su propia historia y exige sacrificar a su propio fundador y principal teórico.” (1)
Llama la atención esta omnipotencia que expresa la dirección del PT, de pretender ser la única corriente de iluminados, los únicos revolucionarios, que tienen la inmunidad de su histórico dirigente Altamira –con quien parece haberse alineado la dirección del PT- aunque no sabemos si cuenta con el respaldo de toda su militancia.
Nosotros, al contrario que la dirección del PT con respecto a Altamira –quien parece algo inmaculado, al cual los compañeros no asignan responsabilidad alguna por la crisis que atraviesa su partido- pensamos que el mayor dirigente de nuestra corriente, Nahuel Moreno, tuvo muchísimos aciertos y también errores, muchos de los cuales él mismo reconocía. No se creía para nada infalible. El propio Moreno lo señalaba antes de comenzar sus informes en el CC, en los Congresos, o ante cada reunión de militantes.
El MAS, surgido en el año 1982 de su antecesor el PST, a partir de unos 600 militantes, fue creciendo al calor de las luchas obreras y populares y de la propia construcción de la LIT-CI, logrando tener creciente influencia en grandes fábricas y en numerosas estructuras obreras, llegando a superar los 5.000 militantes.
Luego de la gran huelga general de 1986, con la consigna de “Moratoria del pago de la deuda externa”, Alfonsín acusaba al MAS: “A esos sectores trotskistas no les interesa la democracia y desean acelerar las contradicciones, con el propósito de seguir buscando carne de cañón que sirva a sus intereses espúreos de tomar el poder”. Y Clarín editorializaba: “El MAS no produce pánico por el número de votos que arrastra, sino por las estructuras sindicales que consiguió controlar”.
La muerte de Moreno en 1987 fue sin duda un golpe terrible para el MAS y la LIT(CI) y la crisis de la dirección –entre otros factores- llevó al partido a la ruptura en diversos grupos.
Una maniobra para evitar su propia discusión de las razones de la crisis
Nosotros desde IST hemos publicado debates en forma fraternal con la dirección del PT (U) sobre las caracterizaciones erradas que –a nuestro entender- los venían llevando hacia el electoralismo. (2).
Creemos que el CC del PT (U) en su carta, con una maniobra muy burda, trata de desviar su propia discusión, con sus militantes y compañeros, mediante la crítica hacia otra organización política, en este caso el MAS argentino y nuestra corriente morenista. En cambio, la dirección del PT no le asigna a Jorge Altamira ninguna responsabilidad por la crisis y la adaptación a la democracia burguesa que se viene desarrollando en la corriente política de la cual es históricamente uno de sus máximos dirigentes.
Es muy extraño que los dirigentes del CC hayan encontrado la razón de la crisis del MAS en la “génesis” del morenismo, pero hayan excluido este mismo razonamiento para analizar la responsabilidad de Altamira en la crisis que atraviesa el PO, cuando su dirección actual fue educada por el mismísimo Altamira, tanto en su política como en sus métodos. Pareciera que, según esta forma de razonar, algunos dirigentes estarían inmunizados de todo error, desvío o claudicación, protegidos por alguna vaya a saber cuál santidad revolucionaria.
Los compañeros no se cuestionan siquiera su construcción fundamentalmente nacional-trotskista, crítica que por ejemplo hicieron los propios grupos de la CRCI en su reunión de Atenas con ambos sectores del PO: “(…) en la reunión tuvimos la crítica al nacional – trotskismo”, afirma un artículo en la web de Prensa Obrera (3).
Nosotros no nos creemos los únicos revolucionarios. La experiencia ha demostrado lo difícil que es superar “la crisis de la humanidad” que se expresa en la “crisis de la dirección revolucionaria”, como señalaba Trotsky.
Por eso, entendemos que el propio proceso vivo de su crisis seguro traerá un análisis más serio y profundo, que permita a los compañeros honestos encontrar las respuestas que buscan para resolver en forma revolucionaria la crisis que atraviesa su corriente política.
1) http://pt.org.uy/carta-a-los-partidos-de-la-crci/
2) https://www.ist.uy/debates-campana-electoral-o-preparar-las-luchas/