Desde la extraordinaria manifestación del 2 de julio, integrada fundamentalmente por miles de jóvenes que rodearon el Parlamento cuando se votaba la LUC, cada vez son más los sindicatos y las organizaciones sociales que manifiestan públicamente su rechazo a la ley Nº 19889 conocida con “Ley de urgente consideración” (LUC).

Escrito por Mónica

Entre ellos están los sindicatos de la Enseñanza que son directamente afectados por la sección III que comprende fundamentalmente los artículos 127 al 206. Es necesario analizar en profundidad estos artículos porque ninguno de ellos está puesto inocentemente. Todos y cada uno de ellos tienen un propósito bien definido.

Desde el siglo XXI … pero hacia el retroceso

La LUC destaca que busca adecuar la educación a la sociedad del siglo XXI. Sin embargo, la mayoría de los estudios sindicales coinciden en que uno de los objetivos centrales de la ley es subordinar la educación a las exigencias de los cambios que están sucediendo a nivel del sistema capitalista, de acuerdo a las demandas de las patronales. Algo que no es nuevo, pues ya venía sucediendo por ejemplo en la UTEC, a instancias del Banco Mundial y organismos internacionales, a partir del gobierno de Mujica.

Varios son los artículos que reiteran el ya conocido y polémico concepto de “habilidades y competencias para la vida”, con el argumento mentiroso de que así se favorece la “inserción laboral”, lo que una falsedad porque justamente lo que prima en esta sociedad capitalista en descomposición es la falta de empleo.

La LUC pretende disminuir y hasta anular aquellos conocimientos que promueven la creatividad, la innovación y el pensamiento crítico. Contenidos como expresión plástica, musical o corporal se irán minimizando o aun descartando. Pero no debemos engañarnos. También se reducirán los conocimientos de utilidad práctica para el empleo, al mínimo necesario según las necesidades de las cámaras empresariales. Contenidos como expresión plástica, musical o corporal se irán minimizando o aun descartando. Por esta vía se perderán aún más cientos de puestos de trabajo.

Para acelerar este proceso de reducción del sistema educativo público, se refuerza la designación política de las autoridades de la ANEP que estarán sujetas directamente al MEC y se eliminarán los actuales Consejos de Primaria, Secundaria y UTU. Sin decirlo explícitamente, se va erosionando la Autonomía de la Educación, pese a que está consagrada constitucionalmente. En cambio, se promueve la “Autonomía de los centros educativos” como ya lo planteaba el Banco Mundial, un modelo que desde hace unos años viene fracasando tanto en Inglaterra como en Argentina o Chile.

Esta LUC viene a contrapelo de la historia y su modelo ya ha fracasado. No sirven los directores-gestores, ni los centros eficientes según su gestión. Eso solo aumenta la fragmentación del sistema educativo y profundiza la polarización entre las escuelas de barrios pobres y las de barrios ricos.

Además, es una ley que somete a los docentes de clase a las arbitrariedades de los directores-gestores, tanto porque restringe la libertad de cátedra como su posible permanencia en el cargo; cada docente en forma individual dependerá de cómo sea evaluado su proyecto o su metodología para tener derecho al cargo.

Es posible pensar, siguiendo esta propuesta retardataria de la LUC que quieren hacer pasar como muy “renovadora”, que ya no habrá más equipos multidisciplinarios ni Asambleas Técnico-Docentes que permitan la reflexión y el quehacer colectivos.

La Universidad de la Educación no es necesaria para esta concepción gerencial-capitalista. Sería un gasto innecesario. Prefieren pagar “becas” a algunos pocos docentes, y de ese modo financiar, descaradamente, las Universidades privadas.

Es por todo esto que denunciamos que la “mercantilización” de la educación es el eje principal de la LUC. Ya en 1997, el Maestro Miguel Soler escribió críticamente “El Banco Mundial metido a educador” (Correo de la Unesco).

Los trabajadores y el pueblo en defensa de la educación pública

La escuela pública es patrimonio de todos los trabajadores, desde su etapa inicial hasta la Universidad. Es tarea de todos, sean docentes o no, asumir el desafío de tirar abajo el proyecto neoliberal que propone la LUC y que es funcional al gobierno y a las cámaras empresariales, así como a la banca y organismos internacionales.

La marcha del 2 de julio marcó el camino. Desde IST hemos señalado con claridad que no vemos el referéndum como una solución. Porque ya nos han mentido y engañado, como cuando desde el gobierno no se respetó lo resuelto en el plebiscito sobre el agua.

Con referéndum total o parcial, lo cierto es que tenemos una lucha muy fuerte como desafío para los próximos meses. Porque la escuela pública es de todos los trabajadores y unidos en la lucha tenemos que defenderla ya.