Artículo publicado en Rebelión n°54

Desde 1985 cuando se recuperaron las libertades democráticas, se sucedieron diferentes gobiernos de los principales partidos: Colorado, Blanco y tres gobiernos del FA.

El Parlamento, una institución que nos venden como “representante del pueblo” ha sido hasta ahora junto con la “Justicia” y los sucesivos gobiernos pos-dictadura, diferentes pilares que han sostenido la impunidad para los militares y civiles golpistas. Esto es lo que explica de fondo que ha más de 30 años de la salida de la dictadura, la inmensa mayoría de los más grandes genocidas de nuestra historia reciente sigan libres y sin juzgar.

Los gobiernos frenteamplistas y la Ley de Impunidad

Para los trabajadores no fue sorpresa que los partidos Blanco y Colorado hubiesen mantenido la impunidad mientras gobernaron. Creadores de la Ley de Caducidad de la pretensión punitiva del Estado, mantuvieron en libertad a los viejos represores para usarlos cuando fuera necesario contra los trabajadores y estudiantes. Llegando al punto que bajo el gobierno de Lacalle padre en los años 90, producto de una bestial represión fueron asesinatos Morroni y Facal en una protesta en las inmediaciones del Hospital Filtro.

Cuando el Frente Amplio ganó las elecciones y subió al gobierno en el año 2005, había muchas expectativas e ilusiones por parte de los trabajadores y sectores populares en que por fin se lograría el objetivo de obtener la verdad y justicia anulando la Ley de Caducidad, conocida popularmente como “Ley de Impunidad”. Más todavía cuando muchísimos de esos desaparecidos, encarcelados, torturados y exiliados, habían sido militantes del propio Frente Amplio.

Sin embargo, a pesar de tener mayorías parlamentarias, el gobierno frenteamplista se negó desde el primer momento a anular la ley y a juzgar a todos los civiles y militares responsables de los crímenes de la dictadura.

Es necesario entonces que los activistas, los militantes, los jóvenes, discutamos un balance y saquemos las conclusiones necesarias sobre cual ha sido el rol del Frente Amplio a lo largo de estos años en el tema de los Derechos Humanos.

La lucha impidió su intento de “dar vuelta la página”

Como afirmamos en la editorial de este número de Rebelión, la lucha por Verdad, Justicia y Castigo viene siendo sostenida desde hace décadas por parte de los Familiares de detenidos y desaparecidos, de los trabajadores, estudiantes, y de cientos de activistas que mantienen viva en forma constante esta importante pelea contra las atrocidades cometidas por la dictadura en nuestro país.

Fue producto de esta lucha desde abajo que el primer gobierno de Vázquez (utilizando el artículo 4 de la Ley de Caducidad) tuvo que dejar pasar algunos contados casos para que un puñado de los más visibles y siniestros personajes de la dictadura fueran presos, como por ejemplo el caso de “Pajarito” Silveira, Gavazzo, o el ya fallecido Juan María Bordaberry.

Un puñado de violadores de DDHH fueron presos, pero fueron a una cárcel de lujo en Domingo Arena (construida por el propio gobierno del FA , en el ex Cuartel de Ingeniería Nº 7) y otros obtuvieron el beneficio de la prisión domiciliaria por parte de esta “Justicia”.

Con estos pocos encarcelamientos el gobierno intentó mostrarnos que ya estaba “solucionado” el tema sobre Derechos Humanos y que por lo tanto había que “dar vuelta la página”. Lo que siempre habían querido los gobiernos Colorado y Blanco.

En ese sentido fue que durante el primer gobierno de Vázquez se buscó instaurar el 19 de junio (natalicio de Artigas) como el día de “Nunca más uruguayos contra uruguayos”, donde el actual presidente se abrazó con Pedro Bordaberry (hijo del dictador y defensor de la dictadura), intentando dar un mensaje de “reconciliación”. De dicho acto participaron también José Mujica, Marina Arismandi (Partido Comunista), Rafael Michellini, entre otros dirigentes frentistas. El FA junto a blancos y colorados, intentaban de esta forma dar por finalizado el tema.

Sin embargo, no tuvieron esa suerte. La lucha desde abajo siguió manteniendo vivo el reclamo de verdad y justicia, y no aceptamos ninguna “reconciliación”. El “punto final” que el gobierno y la “oposición” quisieron imponer, se había visto frustrado.

El segundo gobierno del FA, encabezado por Mujica, continuó con la política de mantener la impunidad para los militares. Basta recordar su iniciativa para establecer la prisión domiciliaria para los “viejitos”, lo que implicaba que los violadores de DDHH se fueran para su casa, (lo que fue apoyado por el entonces Ministro de Defensa Fernández Huidobro).

También se puede recordar la visita de Mujica en la cárcel al general Miguel Dalmao, preso por la muerte de la militante comunista Nibia Sabalsagaray en 1974, lo que le valió los elogios de los altos jerarcas militares por su “gesto humanitario”.

Por otra parte, Huidobro, quien se manifestó explicitamente en contra de anular la ley de impunidad, se opuso a la extradición de tres militares a Chile por el caso Berríos, estuvo enfrentado con la ex jueza Mariana Motta, a quien le impidió tomar fotos en una inspección ocular en el Batallón de Infantería n°13 y quien además trató de ”enfermitos” a los militantes de DDHH que pedían justicia.

Mujica colocó su gobierno y su prestigio como preso político y “presidente popular” al servicio de esta política de mantener la impunidad.

Nilo Patiño, integrante de Familiares y sobrino de Luisa Cuesta dijo acerca del gobierno de Mujica: “en materia de derechos humanos, siempre que debió elegir, inequívocamente le hizo un guiño solidario a los militares violadores, torturadores y asesinos del pasado.” (1)

Hay que profundizar la pelea contra la impunidad

El gobierno del FA, sus principales dirigentes, han demostrado en sus más de 14 años de gobierno que han traicionado la lucha por Verdad, Justicia y Castigo, y que son junto a los partido Blanco y Colorado sostenedores de la impunidad.

Es en este marco que estalla la actual crisis política tras el conocimiento público de las declaraciones de Gavazzo. Crisis que pone en jaque no solo a las FFAA a las cual se les pretendía lavar la cara, sino también a los principales partidos políticos, a la “Justicia” y al Parlamento.

Esta crisis abierta en las alturas ha dejado grietas para profundizar la lucha contra la impunidad y quienes la sostienen. Necesitamos una gran lucha que tenga continuidad para avanzar en nuestro legitimo reclamo de VERDAD, JUSTICIA y CASTIGO.

– Abajo la impunidad!

– Cárcel común sin privilegios para los genocidas!

– Apertura pública de los archivos de la dictadura!

– Verdad, justicia y castigo!

1) https://ladiaria.com.uy/articulo/2018/11/luisa-es-mucho-mas-que-eso-senor-mujica/